domingo, 31 de mayo de 2009

amigos de míriam, ámbito trabajo: abdel y saïda, esther y ferran, rosa, queralt, sara y ódel. tarragona, domingo junto al mar

(el roc de sant gaietà —pueblo típico— es un parque temático del costumbrismo de fin de semana en la costa. comer, beber, reír, posar para las fotos. ódel necesita guardarlo todo en píxeles. así, míriam y yo acabamos convertidos en una sonrisa, juntitos, juntitos)

sábado, 30 de mayo de 2009

míriam riega las plantas. le duelen los pies y camina descalza por el patio. acabamos de volver de comprar. los tomates pera son baratos y jugosos. haré ensalada para cenar

(tiempo de espera en el fnac. tengo cuarenta y cinco minutos hasta que llegue míriam. después iremos a comer y a la primera sesión de good en el floridablanca. hojeo la broma infinita, de david foster wallace. pienso en por qué se ahorca un tipo tan brillante. un muro de mil doscientas páginas contra el que me estrello. me fascinan los dibujos de jon j muth en m, su recreación de la película de fritz lang. hojeo más libros, más novelas gráficas. coraline, enfermo, el nuevo de chris ware, hago el cálculo mental de cuánto podría gastar, más de doscientos euros que tampoco me salvarían la vida)

(a las dos y cuarto puntualmente. una cerveza en la principal. en la mesa de al lado, una niña juega con una cámara de fotos, sus padres posan, se besan, se miran, ella no se decide, se ríen, me hacen reír, me siento feliz de estar allí, tranquilo, sin esperar nada)
y al final desaparecer. las raíces de los árboles rompen el asfalto del carril bici en la rambla del celler, poco a poco, sin tiempo, como las venas hinchadas de un yonqui que todavía no quiere morir

imagino la vida en el mundo sin nuestra presencia. cuánto tardaría en volver la selva? la vida, si la dejas, sigue su camino inexorable. pienso en lo que sentí al leer la carretera, de cormac mccarthy. el último hombre vivo en el último minuto de su vida. el frío y el barro gris contrastan con el sol de este sábado. podríamos ir al cine, al pryca y llenar la nevera. podríamos dejar de pensar
correos electrónicos. un video de cómo trabajan los francotiradores canadienses en afganistán. la cabeza del enemigo estalla como un huevo contra la pared. ésta y no otra es la belleza de la guerra

una presentación powerpoint con diecisiete fotografías de un accidente de coche. no hay supervivientes. otra vez las cabezas han estallado y la piel de la cara cuelga sin forma, como una careta abandonada. el mensaje final invita a no beber al volante

mi hermano mayor siempre me envía mierdas así. también fotos de pablo montando a caballo, de pablo en la graduación, de pablo en y con y cuando. mi sobrino tampoco sonríe nunca en las fotos. el resto de nuestra relación se reduce a videos sobre coños y culos que él me manda y yo borro, casi siempre sin mirarlos. hemos conseguido un bonito equilibrio de miserias

viernes, 29 de mayo de 2009

escuchamos a trijntje oosterhuis durante todo el puto día. la jornada laboral de los viernes es de seis horas y media y ella es otra idiota inaguantable con un millón de discos en el spotify. este programa es mi infierno

me concentro en el trabajo hasta cabrearme. me jode tener que hundir la cabeza en la pantalla para no escuchar a esa mujer. me jode no tener la confianza para pedir una tregua. me jode que mi trabajo tenga días como éste, en el que todo me araña la garganta

las cuatro de la tarde. necesito dormir un rato si quiero seguir viviendo. obviamente, lo de la música es lo de menos. lo que de verdad me quema es el enorme muro de silencio que se levanta entre todos los que trabajamos allí. extraños, completos desconocidos

jueves, 28 de mayo de 2009

lo mejor de todo es que mañana es viernes y aquí el lunes es fiesta y voy a hacer todo lo posible para estar bien. prometido
no sé explicarte por qué, pero hoy tienes mil arrugas más que ayer, me dice el espejo. y sigue: hay cosas que necesitas hacer un millón de veces antes de entenderlas

no hay mucho que entender con lo de las arrugas: he dormido poco y ayer bebí más de la cuenta. llevo todo el día trabajando en proyectos que me son indiferentes y con los que trato de establecer algún tipo de relación afectiva. el sol entra por la ventana entre las ocho y media y las nueve y cuarto quemándome los ojos. nubes de polvo que se revelan en la luz como constelaciones que respiro y devuelvo al espacio en forma de violentos estornudos. ni qué decir tiene que me noto más y más hinchado a cada instante que pasa, como si, en el fondo, fuera incapaz de soltar el aire que me llena los pulmones

(la verdad es, ciertamente, una buena mierda)

pero con lo de las cosas un millón de veces antes de es diferente. soy incapaz de entender nada, ni un millón ni una sola vez. las cosas se hacen por inercia y duelen sólo si piensas en ellas. apenas se desgastan. en ese sentido, ellas son unos cuchillos fabulosos y yo, el perro más tonto de la perrera

(todo ejercicio de sinceridad es, a la larga, un agujero con tu nombre escrito)
eto'o es mi jugador favorito, sabes? sonríe y sale el sol aunque sean las tres de la mañana

jueves y sí, hoy empieza todo y no sé explicarte por qué
la noche es oscura y beso a mis amigos. un silencio inesperado: el mejor partido de fútbol hace que me crezcan tréboles en el alma, y sí, soy feliz

miércoles, 27 de mayo de 2009

martes, 26 de mayo de 2009

(míriam conduce por una carretera de curvas suaves. a nuestra derecha, las aguas esmeraldas del pantano de la baells. la ventanilla bajada, el mundo quieto y, de repente, caemos. las vueltas de campana son blandas, lentas y silenciosas. son una vida entera. despierto al chocar contra el agua, martes, seis y media, buenos días)

lunes, 25 de mayo de 2009

el lunes es una maratón, cuarenta y dos kilómetros con ciento noventa y cinco metros en solitario, con los ojos cerrados y el corazón saliéndose del pecho. un buen día, el día gris

un paso, dos, tres y la inercia hará el resto. con suerte no hará calor, no me caeré muerto, tendré ganas de vivir cuando llegue a la meta. hasta me alegraré si hay preñadas aplaudiéndome al cruzar la calle

saludar con la mano, una sonrisa tímida: la guerra ha terminado un día más. buenas noches
el lunes es una vuelta al estadio, cuatrocientos metros en solitario, con los ojos cerrados y el corazón saliéndose del pecho. un buen día, el día gris

ya toca estar con el ventilador encendido. desde temprano, el sonido del motor tapa un poco la música que suena de fondo. gianmaria testa es ferroviario y canta. erri de luca es albañil y escribe. es bonito que haya gente tan honesta. me pregunto por esa honestidad en mí, en si sabría encontrarla

pero testa no me gusta mucho. me recuerda a paolo conte y siento rechazo, así que me concentro en correr esos cuatrocientos metros y escuchar el zumbido del ventilador. el aire caliente se puede cortar con un cuchillo y tú puedes aplastar mi honestidad entre los dedos

nueve horas en el estudio. nueve horas como nueve puñetazos en el pecho. cruzo la meta en solitario y escupo en el suelo. otro día más aquí. estoy contento, absorbido por el trabajo. la vuelta al estadio se eterniza al principio y después casi se desvanece, así pasa el tiempo ante la pantalla del ordenador. paolo conte me recuerda a josef fritzl. los imagino desnudos a ambos y me veo a mí mismo sentado en la cama, desnudo también, limpiándome las gafas

un montón de papeles con datos señalados en rojo. una regla de metal. un lápiz con el que escribo y dibujo. cero medallas, cero antorchas olímpicas. cien millones de lunes todos iguales, así

domingo, 24 de mayo de 2009

descanso sin descansar realmente. despierto a las cuatro de la mañana y consigo llegar al wc. me resulta imposible volver a dormir. me ahogo y me duele el vientre, me pican los ojos, la nariz. chirrío. encendería la televisión pero no quiero despertar a míriam. que pasemos juntos los fines de semana se ha convertido en la dinámica habitual. en su mesita de noche, el despertador de leds rojos marca las cuatro y veintiocho, pero no hay nada seguro en esta casa. de todos los relojes —muchos, uno o varios en cada habitación, más los que se encuentran en los temporizadores de la calefacción y demás aparatos eléctricos—, sólo uno, el pequeño de la cocina, marca la hora correctamente. el resto suelen tener desfases que van desde los cinco minutos a la media hora. incluso hay varios que señalan las diez y media de la noche a las ocho menos cuarto de la mañana. encontrármelos es como tener que luchar constantemente por un tiempo en el mundo

(viajes en el tiempo. escucho el porqué de mis peinados. creo que es mi disco favorito de sr. chinarro. creo que el corazón me deja de latir cada vez que lo escucho. como ahora)

sábado, 23 de mayo de 2009

(álex y mire se casan. una pancarta escrita torpemente en tela de sábana con spray negro, anudada a la baranda de un puente. el único adorno, un corazón en el mismo color. pienso en lo que significa tener el corazón negro. pienso en mi corazón. en mis tripas. en álex y mire, en quien ha escrito esa pancarta, en lo que estaban pensando al hacerlo, en la gente que la ha visto antes que yo y los que vendrán después, hasta que alguien la quite, quizás el propio álex, la misma mire. que se entere todo el mundo: un corazón negro resume su historia de amor)
míriam se ha ido al posgrado y yo pongo lavadoras. prelavado manual, stop, programa corto, jabón y suavizante. toda la ropa que quepa dentro del tambor y el día gris

neal feather. el disco se llama revelation of an anaplumb. una hora de ruido constante, un mantra eléctrico con mínimas variaciones. cierro los ojos. los altavoces están al máximo. es la música que querría escuchar siempre. es la música del vacío, la música de las ciudades llenas de gente incapaz de mirarse

194142434445

viernes, 22 de mayo de 2009

hoy es una herida, mañana será una cicatriz que te impedirá escapar al intuir el peligro

jueves, 21 de mayo de 2009

un momento precioso. los tilos están enormes este año, es primavera y los gorriones han salido de sus nidos. es fácil verlos volando torpemente en la calle anselm clavé a mediodía. me gusta que no se aparten a mi paso porque camino con cuidado de no asustarlos. los imagino posándose en mi mano, con todo el tiempo del mundo para estar así
jueves por la tarde. una chica con una camiseta amarilla y ocre, dibujos geométricos, sin mangas, zapatillas deportivas, pantalones vaqueros, gafas de sol. una vieja pelirroja, tinte barato, blusa blanca, bolso azul, falda azul, zapatos azules. dos adolescentes en moto. conozco a uno de ellos: es de los que iban los viernes al bar de siempre, se ponían hasta el culo y después la liaban. fantaseo con que se mata y todo el mundo habla bien de él. es un barrio, así que todo el mundo se conoce. fantaseo con cagarme en su puta madre. fantaseo con follármela. fantaseo con algo que me hace apretar los dientes de satisfacción

la epidemia de las embarazadas. todas las preñadas tienen los pies hinchados como animales putrefactos, las uñas sucias y rotas, picaduras de mosquito en el empeine. todas las preñadas caminan como elefantes moribundos, con la frente sudada y el pelo recogido en una coleta que da asco. todas las preñadas llevan un racimo de niños pequeños colgando de ellas, todos con la cabeza abierta, con el moco colgando, con las manos pegajosas de la merienda de supermercado. imagino a las preñadas follando, como gigantescas máquinas de sangre y mierda que son capaces de gemir y dar placer a cualquiera, empezando por el tipo gordo que está todo el día en la puerta del taller mecánico, el mismo que tiene un seat panda tuneado como un tanque del ejército. sé que se llama jordi y no ha trabajado nunca. es la clase de tipo al que no me gusta cruzarme porque siempre me lo imagino follando y me dan arcadas

odio la gente con sandalias y pantalones piratas. ese cerdo fuma y tira la colilla al suelo. es un buen padre de familia que no duda en estafar a la hacienda pública todo lo que puede. sus niños son como él: pequeños lechones apestosos que se arremolinan en sus piernas sudadas. la imagen me hace desear que un coche se los lleve a todos por delante, justo enfrente de la juguetería de la calle padró. ni qué decir tiene que se me acelera el corazón de felicidad

hablo con dani y consigue hacerme reír. he tenido un día tenso en el estudio. mucho calor, mucho trabajo, muchas horas en la misma posición. me miro en el espejo y veo una gallina ponedora. a veces se me pone la polla dura pero no sé qué hacer con ella. es una especie de termómetro de mi hartazgo, pero me pone contento

miércoles, 20 de mayo de 2009

unos guantes de boxeo tirados en la lona. una foto de urtain con el cuerpo destrozado después de tirarse de un décimo piso.una foto de urtain sonriendo, rodeado de chicas guapas. una silla vacía en un rincón, allí estaba sentado urtain

(me quedé hasta tarde viendo la tele. un documental sobre el underground en pekín. el underground en beijing. suenan bien algunos de esos grupos. las chicas son amarillas y delicadas, hablan un inglés que se entiende bastante bien. esta mañana me quería morir por segunda vez)

(tonterías. salí con míriam. su primer día en el nuevo trabajo no da para mucho. bebemos cerveza fría en la plaza de la iglesia. el camarero tiene las uñas llenas de mierda. un cuenquito con aceitunas verdes, aceitunas negras y pepinillos. frío en los pies, en los riñones. hablamos de ir el sábado a ikea. míriam tiene que comprar dos estanterías para el patio. te puedo pasar a recoger por el posgrado, propongo. podemos comer cualquier cosa por el camino, añado. asiente entusiasmada. saber que puedo hacerla feliz con tan poquito me llena los ojos de lágrimas y la cabeza de vértigo)

martes, 19 de mayo de 2009

una sala amplia, com columnas, sofás y sillas de ruedas, mantas rojas a cuadros, una televisión en una esquina, miércoles, la final de la champions, todos mis amigos como viejos arrugados esperando algo

jose mea de pie. hace mucho que no nos vemos. sigue estando preciosa aunque no tiene cara: toda ella es un borrón. me abraza sin dejar de mear. en qué te equivocaste?, me pregunta mientras me empapa el pantalón

suena el despertador. remoloneo un rato con la luz apagada. pienso en jose, en la última vez que nos vimos. apenas hablamos. intento retener los detalles del sueño antes de que se vayan gastando con el día

es un lavabo grande y ella lleva zapatos de tacón alto. es la única persona que hay allí que parece no tener cien años

mis amigos no hablan, sonríen y se tocan las manos emocionados

apostaría mi vida a que es un subterráneo, todo luz de fluorescentes y suelo de cemento. apostaría a que es mi vida en el asilo

lunes, 18 de mayo de 2009

aquí las calles están llenas de papeles, polvo, polen, preñadas y coches aparcados en doble fila. chusma adolescente con la música a todo volumen. los niños que gritan en el parque son los que pagarán mi jubilación, serán mis vecinos, serán las mujeres con las que fantasearé. el ciclo de la vida se completa así: la muerte de mario benedetti y a mi alrededor, un millón de madres revientan en niños tan asquerosos como sus padres. ni qué decir tiene que sonrío hipócritamente ante la felicidad de los demás, cuánto tiempo tiene, cómo se llama, dormís bien por la noche?

domingo, 17 de mayo de 2009

(una vieja me masturba. ambos estamos sentados en sillas de madera y ella, frente a mí. me corro en su mano, me la ofrece y la lamo: tengo la lengua áspera de los gatos. detrás de ella, un niño escribe palabras que no entiendo en una pizarra)

(un viaje en tren. hay un hombre con una cicatriz que le cruza la cara. tengo miedo de él. sé que ese hombre tiene el secreto de la isla y que puede convertirse en un gigante siempre que quiera. todos en el vagón estamos en silencio cuando él pasa)

(una plaza y al fondo un centro comercial. un millón de perros enterrados hasta el cuello en el suelo. algunos lloran, otros están quietos, otros jadean, algunos parecen dormidos, son todos iguales. cruzo en dirección al centro. allí, en una papelería, me esperan daniel y su optimismo)

despierto. no me muevo durante un rato grande. me siento bien, tranquilo, con la habitación llena de tarde de domingo en penumbra

sábado, 16 de mayo de 2009

es una fácil elección, ciudadano rubalcaba: entre votos y bombas, ni qué decir tiene que prefiero tu muerte, la de tu democracia infecta
tiendo la ropa al sol. un avión cruza el cielo. el tacto de las sábanas frescas y húmedas. las flores a medio abrir en el alféizar de la ventana. pinzas de plástico y pinzas de madera en el cesto amarillo. pensar en comprar nueces para la ensalada. mi reflejo en la pantalla del portátil de míriam mientras escribo

(a veces tengo miedo de que ella consiga saber qué tengo dentro de mí. intento no dejar pistas, borrar rastros, comportarme de la manera más aséptica posible. sonreír, sí, pero no profundizar en los motivos de esa sonrisa. llorar y pensar que el mundo está lleno de cosas a las que puedes culpar de tus lágrimas)

el sonido de una persiana que se levanta. alguien que sale al balcón. entro en casa. pienso en comprar el periódico. enciendo la televisión y busco un canal de noticias. un bucle en el que nada invita a la esperanza. suena el teléfono. juank y yo hablamos sobre el último capítulo de la serie. sábado, un día perfecto de playa

viernes, 15 de mayo de 2009

conversación. esa imagen —sirve cualquiera que te sugiera el tiempo lento— es un símbolo, dice él. esa imagen no es una invitación a ver, añade satisfecho. todas las imágenes, por definición, son invitaciones a ver, replico. ver símbolos es un prejuicio racional infeccioso, añado. la música francesa sigue en el itunes, el trabajo bosteza en todos los ordenadores. todavía queda una hora y preferiría que me dieran por el culo a pasar un sólo segundo más aquí

jueves, 14 de mayo de 2009

acaba la quinta temporada de nuestra serie favorita. todos los capítulos en versión original subtitulada, trescientas cincuenta megas de vida hecha isla en carpetas ordenadas con números. meses por delante hasta la sexta y última. después, la nada

no tengo sueño. pienso en conducir directo a un muro y acelerar en el último momento. romper el parabrisas con la cabeza. pensar en cuál sería mi último pensamiento: una chica alejándose en el andén, cada uno de sus pasos, su perfil al decirme adiós con la sonrisa, la manito

no tengo sueño. pienso en salir a dar una vuelta, respirar el aire lleno de lluvia, sentir cómo se moja la sudadera azul, el reflejo de las farolas en el suelo, los coches cruzando deprisa camino de ninguna parte
el fútbol en todas sus variantes arrincona la caída de la economía a los minutos de la basura en los noticiarios. un trofeo se convierte en la esperanza de una sociedad enferma. diferentes patologías que nos nublan la vista y nos permiten seguir caminando entre las ruinas

ahí fuera sólo hay un desierto, un desierto y una diáspora. florentino pérez —él se siente capaz de casi todo— arranca lágrimas y aplausos entre un madridismo necesitado de fe. en el otro extremo de la cuerda, la euforia blaugrana amenaza con convertirse en pandemia

ha dejado de llover. míriam está en casa viendo capítulos de perdidos. la ropa se seca en el tendedero interior. son los últimos días con la estufa puesta. una hilera de calcetines negros. una camiseta azul con un tracto digestivo serigrafiado en blanco. hacer de tripas, corazón. hacer del trabajo, la vida; de las sobras, la cena; del amor, rutina, de francisco camps, un mártir. buenas noches

miércoles, 13 de mayo de 2009

(dos cucharadas soperas de consuelda en un litro de agua hirviendo y dejar reposar durante veinticuatro horas. el líquido resultante —dulzón, turbio, oscuro, acre— deja en la jarra de plástico un poso parecido al lodo y boca y dientes con la sensación de estar sucios)

(pasar la primavera sin tomar loratadina, sin tomar ebastel forte. ni uno sólo de los antihistamínicos en el mercado confiesa la terrible verdad: te vas a engordar como un cerdo, te vas a morir con las diarreas, estarás con sueño todo el puto día. a cambio, serás feliz porque le habrás dicho adiós a la rinitis alérgica, a la sensación de ahogo)

(mañana bajarán las temperaturas. fantaseo con un partido de fútbol para recordar, con un estado de excitación permanente, con luces silenciosas en el cielo anunciando el principio de)

martes, 12 de mayo de 2009

como una velita que se apaga, tan lento que apenas puedes verlo

lunes, 11 de mayo de 2009

todo lo que serás al final de tu vida es una secuencia desordenada de imágenes en movimiento, testimonio desenfocado de lo que has sido, como un eco de un eco de un eco de un eco que. tan sólo imágenes unidas por un hilo invisible y eléctrico, brillante al sol, sin diferencia apreciable con otras imágenes de otras vidas, vacías hasta decir basta

domingo, 10 de mayo de 2009

(sueño, finalmente, con pepe candía. lo veo por la calle, cruzo la acera, lo abrazo, le invito un café. viejo, ausente y serio, su conversación es inconexa, hecha de retales, de pedazos. el alzheimer hará que acabes como yo, me dice antes de desaparecer)

(en la imprenta familiar en la que trabajé durante varios años, pepe candía era el jefe, la persona que me contrató. un tipo emprendedor y agradable con una infinita fe en dios y en la bondad de las personas)

despierto. son las siete de la mañana del domingo. la ropa sucia está en el suelo y abro la ventana. la luz que entra en la habitación dibuja a míriam casi transparente
un sol precioso, la música de fondo, las conversaciones en grupos pequeños, las fotografías yendo y viniendo, el humo de la barbacoa, todo el alcohol del mundo, todo el tabaco que seas capaz de fumar, estar con quien quieres estar: el cumpleaños de marina, un sábado perfecto

duermo a trompicones. los recuerdos se difuminan y retuercen, se caen al suelo, se pierden debajo de la cama. míriam se despierta varias veces, se mueve, se agita, me habla, me abraza, se vuelve a dormir. nos atropellamos constantemente en un millón de direcciones diferentes

sueño con un desierto y con elizabeth volkenrath sacando perlas de una montaña de úteros arrancados. son capaces de esconderlas en el lugar más insospechado, me confía

sueño con la casa llena de gente que no conozco, que nadie tiene cara, tan sólo un borrón que me da miedo. que grito para que nadie me toque, para que todo el mundo se vaya de allí

me levanto varias veces. me muevo fácil por la casa a oscuras pero siempre me golpeo en la cabeza con el pequeño armario de ikea que míriam compró el otro día. el animal de costumbres ante el desafío de un nuevo laberinto

sábado, 9 de mayo de 2009

qué te pasa?, pregunta míriam. nada, sonrío, sólo estoy cansado. dejo la cazadora en la silla y enciendo la televisión mientras ella termina con los correos electrónicos del día. te duchas y puedo ir preparando algo de cenar, propongo. en la segunda cadena dan la noche de los girasoles, podemos verla. claro, responde. siento que estés tan cansado. no pasa nada, de verdad, sólo necesito dormir un poco

(espero el autobús durante media hora en la parada. he visto marcharse al anterior. repaso todas esas pequeñas cosas en las que podía haber arañado un minuto de mierda a lo largo de la tarde. a mi lado hay una chica con un hiyab de color mostaza. lleva tejanos y zapatillas de deporte caras. juguetea con la tapa deslizante de su teléfono móvil mientras resopla. un poco más allá, tres trabajadores de la delphi esperando su autobús. el turno de noche, las horas extras, los días festivos. la conversación deriva hacia lo estrictamente personal. mi mujer se ha dejado, dice uno de ellos. antes era un mercedes y ahora es una furgoneta. los demás sonríen, siguen fumando. uno de ellos lleva sandalias y pienso en eso, que realmente hace frío para llevar sandalias. llega un cuarto —un hombre bajito, con un anorak demasiado grande para él— y vuelven a su turno de noche, a sus horas extras, encargados, producción, ochocientas bombas. ya no hay confianza porque en el fondo son sólo desconocidos. no puedo evitar ponerme triste, pero será que me pongo triste con facilidad. está bien que míriam lo confunda con cansancio. yo tampoco doy muchas pistas y miento con facilidad sobre mis estados de ánimo. me siento protegido así. el autobús que debo coger está prácticamente vacío, tan sólo dos chicas rubias que viajan separadas. si hopper hubiera pintado autobuses, hubiera pintado ese autobús)

viernes, 8 de mayo de 2009

pienso en la felicidad de los demás. una cocacola a sorbos en el bar de paco con jaume vila a las seis de la tarde. hablar de fútbol, de política, de niños, de trabajo. es un buen momento, dice él. nada que temer en ningún sentido. su mundo es sólidamente clase media. la luz de la tarde se filtra mansamente a través de los tilos, con eso tengo suficiente

jueves, 7 de mayo de 2009

la vida detrás de las máscaras. el espectáculo cotidiano. el papel a interpretar. la felicidad imitada. buenas noches
(en un universo paralelo, andrés iniesta patea esa pelota, la manda a la grada y hoy los titulares de todos los periódicos hacen referencia al sueño roto del mejor equipo del mundo. las jugadas repetidas hasta la saciedad son los errores arbitrales y hoy no tengo resaca porque me fui a casa en cuanto acabó el puto partido. así las cosas, el día es una mierda hasta que matan al lehendakari, me pongo la mar de contento y pienso en beber hasta reventar. sé que no debo hacerlo, pero un día es un día)

(porque la realidad es así, seis de la mañana, la boca seca y el culo empapado de la misma vida que me corre por las venas. suerte del fútbol, de las pocas cosas que me salvan)
gritar hasta quedar afónico, beber hasta no poder más, saber que la justicia tiene la línea precisa del gol de andrés iniesta. fin, por fin

miércoles, 6 de mayo de 2009

martes, 5 de mayo de 2009

nubecitas de polen que el viento se lleva. las bicicletas, los niños, las plazas, la rutina del día hecha un nudo en la garganta

martes alterno quiere decir sesión de acupuntura, quiere decir dormir con el cuerpo lleno de agujas, el calor de la lámpara naranja, las medias verdades por sistema ante las preguntas de pablo. para él siempre estoy bien, siempre o casi siempre. me pregunto qué sentido tiene seguir con ésto. me duele el vientre y tengo agujetas en las piernas por el esfuerzo continuado. es como ser un puzzle al que le sobran un millón de piezas

míriam me recoge a las ocho. una cerveza en la plaza de la iglesia. la mesa de metal gastado. hablamos de trabajo. me sorprende su seguridad en las entrevistas porque yo sólo tengo miedo dentro de la cabeza

no sé en qué momento empecé a perder interés por todo. una pareja joven se besa en la mesa de enfrente. siento como si estuviera contra un cristal, con la cara aplastada, respirando mientras el mundo se empaña y acaba desapareciendo

lunes, 4 de mayo de 2009

nada espectacular en nuestras vidas. cotas de euforia que contrastan con simas silenciosas en las que nada es suficiente. una máscara nos protege de los demás, convenciéndonos a nosotros mismos de la veracidad de las respuestas y alejándonos de la vida real. caminamos a oscuras, esperando encontrarnos la felicidad entre la hierba

(mirar las estrellas, recorrer la vía láctea, añorar cualquier instante de paz anterior, superponer las ventajas de vivir anestesiado a vivir herido y colgar el teléfono a las nueve y cuarto de la noche)

domingo, 3 de mayo de 2009

(bajo la ventanilla del coche. el aire frío me da en la cara y cierro los ojos. a pesar de todos los esfuerzos de míriam por quererme, no consigo dejar de sentirme solo, más que nunca)
la felicidad es una droga, una cadena de reacciones químicas que condicionan nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos. los seis goles del barcelona al madrid sirven para poder aparcar durante un rato largo la sensación histérica de estar siempre a punto de derrumbarme, de cagarme encima. esa presión muchas veces es inaguantable: es imposible disfrutar del camino de ida a la molina. el dolor y el miedo arrinconan el paisaje y la conversación. la sola idea de no poder más me absorbe hasta reducirme a nada, y así es imposible ser feliz

(la felicidad es un puente que pasa por encima de cualquier desierto. los abrazos de quien quiero son ese puente. desde allí no existe el miedo)
nos convertimos en animales sudorosos y excitados. el bar lleno de gente, la televisión a todo volumen y el partido de fútbol como un narcótico más, el definitivo. la felicidad es una pelota describiendo una parábola, trazándose con tiralíneas sobre el césped

sábado, 2 de mayo de 2009

viernes, 1 de mayo de 2009

(acompaño a lourdes a comprar un microondas. el dependiente nos enseña varios modelos, haciendo especial hincapié en las ventajas de un modelo concreto de marca desconocida. según él, es el único que puede ser reprogramado una vez está en funcionamiento, justo lo que estábais buscando, insiste. lourdes y yo dudamos mientras el dependiente atiende a otros posibles compradores, pero al final coincidimos en que ésa es una buena elección. todavía en la tienda, ella abre la portezuela —todos los modelos expuestos son muy grandes, como hornos convencionales— y dentro hay un niño, un bebé de pocos meses que no se mueve y respira ahogadamente, desnudo, con sólo unas botitas tejidas de color rojo. los dos cerramos la puerta con cuidado y entonces suena el despertador)

he dormido poco. sigue lloviendo. es viernes. buenos días