sábado, 29 de octubre de 2016


lunes, 24 de octubre de 2016

(la herida del muslo derecho —una hiedra o un río po que arrastra el caballete del pintor al interior de la carne—, una mujer avispero que menstrúa, que me mira mientras me avergüenzo)

domingo, 23 de octubre de 2016

(bajo los párpados, las sombras, todos los ancianos desnudos. cómo crecen, enterrándose en el calor de los ojos, un nicho de hormigón entre los pómulos)

domingo, 16 de octubre de 2016

(días después, mientras she's lost control martillea gemidos contra el espejo del vestuario, reconoceré a júlia en esa mujer que muere. junto a su cuerpo inerte, otra júlia —diferente y la misma a la vez, como dos cuerpos siameses separados por una o varias vidas, apenas unos centímetros, siete o treinta años a través de la carne— dirá que no va a volver, que ahora el bosque, el vientre oscuro de la ballena, que nada le hace tanto daño como arrodillarse a mi lado)

sábado, 15 de octubre de 2016

(bajo la piel, una ciudad caliente y oscura, llena de rencor, una ciudad que crece en los muslos y el vientre, que se consume en los túneles del pecho, los brazos, los costados y el sexo, que sangra y se pudre lentamente sin que arquitecto o dermatólogo sepa cómo frenar su caída. en la más grande de las llagas —una fosa gris y brillante en la pierna izquierda, ahora cubierta por una venda— una mujer desnuda que bebe lejía azul, se quema por dentro, muere sin que pueda evitarlo)

jueves, 6 de octubre de 2016

(un cisne de heridas púrpuras, el rostro que se desvanece siempre será el nuestro)