domingo, 26 de enero de 2014


(sueño que compro medicinas, grandes cajas de retrovirales que guardo en un agujero en el sótano que tapo con ropa sucia perfectamente doblada, ordenada por colores, que compro medicinas, grandes cajas de retrovirales que guardo en un agujero en el sótano que tapo con ropa sucia perfectamente doblada, ordenada por colores, que compro medicinas, grandes cajas de retrovirales que guardo en un agujero en el sótano que tapo con ropa sucia perfectamente doblada, ordenada por colores, que compro medicinas, que despierto, que tengo diarreas y me duelen las rodillas, que miro el suelo y respiro como si tuviera los pulmones llenos de peces queriendo el mar, las soleadas playas polacas)

sábado, 25 de enero de 2014

(sólo estoy tranquilo ahí, en la pista de cemento, lanzando a canasta una y otra vez mientras los brazos se alargan hasta el infinito, serpentean como látigos bajo los focos siempre encendidos, recorriendo cada instante de la pelota que rueda hasta que estalla en el aro rojo, en la red de cadena, en el tablero de metal, en el suelo de placas ligeramente separadas, sintiendo el frío en las mejillas y en el pecho, mi respiración y el bote de un balón de cuero negro marca nike)

miércoles, 22 de enero de 2014


(vomito un poco sobre un kleenex, suena el timbre, abro, alguien trae un pendrive, están los documentos pero no están las fotos, illustrator chilla que no las tiene, que las reemplace, que las ignore, que cancele y apague el ordenador, que me ahorque a las dos de la tarde, alguien llama por teléfono y habla con otro alguien, me pasa el teléfono, cambio de idioma, llovizna en la calle, vuelvo a vomitar otro poco sobre otro kleenex, pienso en mermelada de fresa, pienso en antiguos compañeros de clase, pienso en el miedo que tengo resbalándome entre las piernas siempre frías mientras alguien habla sin saber ni querer saber)

martes, 21 de enero de 2014

(te persiguen y te dan caza una y otra vez, te convierten en mierda y odio y sigues sonriendo pero cada vez se nota más que ya no sirves para nada)

sábado, 18 de enero de 2014

(sueño que marta nada y nada en una playa desierta, que la espero en la arena hasta que descubro que hay gente, chicas, familias correctas dentro de un pequeño espejo que guardo en un bolsillo. sueño que hablo con carles rovira, han pasado tantos años y ahora vuelve a estar ahí, pinta hierros de colores brillantes, rojos y azules, espirales y nudos que proyectan sombras de animales sobre las paredes de la nave en la que vive, llena de muebles de madera vieja, le pregunto por carles rovira y sonríe, afirma no conocerle, todo lo que soy también es culpa suya)
(el hombre que habla conmigo sin que pueda ver su rostro ahora es un buen ciudadano que pide perdón: cuando era joven me encontraba perdido, gritaba, robaba coches, los hundía en el lago sólo por el placer de verlos desaparecer, uno, dos, tres, cuatro, escucho con atención, cinco, seis, siete, todos buenos coches alemanes con asientos de piel y motores caros de porcelana, tenía amigos y eran como los tuyos, dice, nos pintábamos la cara de azul noche, enseñábamos los dientes, clavábamos cuchillos, éramos demonios como hodell, despierto, un año masticando mierda)

domingo, 12 de enero de 2014

(pero no desaparece, tan sólo se esconde en mi espalda, aplastándome contra el suelo y la carretera, ahogándome los ojos, convirtiéndome en una marisma fosforescente en la que pavel, el muerto viviente de mi último sueño, busca los huesos de las manos del asesino mitt cortone, imposible recordar los nombres de todos los asistentes a la última convención demócrata en rego park)

sábado, 11 de enero de 2014

(el espantapájaros, el león, el hombre de hojalata bailan en la pista central de la discoteca, las luces de colores brillantes convierten sus cuerpos en altas figuras monstruosas, la gente ríe y se envía mensajes de whatsapp que se salpican de un teléfono a otro, la fiebre debería desaparecer al despertar)

viernes, 10 de enero de 2014

(en el piso de arriba del restaurante de la playa de benicarló hay un arcón frigorífico donde guardan sacos de plástico con mujeres jóvenes, con lombrices gruesas como sogas, las secuestran en el piso de abajo, se las dan a los retrasados y a los testigos de jehová cuando vienen a comer con sus familias, el resto del tiempo rezan de rodillas por la salvación de su alma junto el muro del ambulatorio)

(es algo que sabe todo el mundo y todo el mundo calla, como un gran secreto que nos une, un trabajo que debemos mantener a cualquier precio. cortamos el morro de los perros para secarlos y guardarlos, dice la mujer gorda, como un amuleto que ayuda y protege. yo arrastro un saco con tierra, levanto la tapa de la nevera, hay un gruesa capa de escarcha sobre un montón de pequeñas cabezas humanas, es entonces que despierto)

martes, 7 de enero de 2014


(el coño de la mujer del matadero es perfecto, suave y húmedo; follamos en su casa, yo tengo la polla más grande que nunca, ambos trabajamos en el turno de noche y a las nueve cogemos el tren, la pierdo en el andén de plaça catalunya, es entonces que me doy cuenta de que he olvidado la mochila con ropa en su casa y vuelvo, hay alguien durmiendo en su cama, alguien que se tapa con el edredón y que gruñe y respira como un jabalí)

jueves, 2 de enero de 2014