domingo, 27 de diciembre de 2009

la noche tranquila sucede al día frío y soleado. hablamos de problemas irresolubles y enfermedades terminales. no importa cómo lo llames porque el resultado será siempre el mismo: mearás sin sujetarte la polla mientras vacías una lata de cerveza de un trago, tambaleándote antes de estropear tu vida una vez más. buenas noches

sábado, 26 de diciembre de 2009

xenia, ohio, no es visalia, california. tampoco hablamos de la misma basura blanca, sino de alienadas familias de clase media en las que crecer sigue siendo un problema irresoluble. sábado con ken park, de larry clark

viernes, 25 de diciembre de 2009

viernes de navidad visitando el vertedero de xenia, ohio. los cachorros de la basura blanca se empapan bajo la lluvia, morreándose como perros mientras se dejan querer por la cámara. viernes con gummo, de harmony korine

jueves, 24 de diciembre de 2009

(barcelona bajo una llovizna incómoda y fina y las calles del centro llenas de gente con paraguas. compro aguacates en el mercat de la boqueria. compro tomates, cebollas, limas y limones. el domingo haremos guacamole en casa de josep maria)

(he quedado con míriam para comer en el centro, y quien dice el centro, dice el sol. una cerveza y dos y tres, unos buñuelos, algo de fritanga, una sepia a la plancha para ella y un cortado y un té. yo pago, que tengo que celebrarlo)

(a míriam le encanta celebrar cualquier cosa. acaba un contrato de trabajo y empieza otro, menos responsabilidad, igual dinero y también en la empresa pública. está contenta y me invita a comer, compra gilipolleces —un broche con un click de famobil, una cámara estenopeica para montar en casa, un artilugio para dibujar en tres dimensiones con gafas incluidas—, insiste en que me pruebe esas etnies de color naranja. serán tu regalo de navidad, dice, y me abraza)

(míriam se desboca. un gorro con orejeras de pelo sintético y exterior de polar-tex con el que irse a vivir a la puta siberia sin más problemas, un chubasquero rojo tipo capelina y otro chubasquero rojo tipo chubasquero. son las cuatro y veinte de la tarde. ella cenará en casa de sus padres. yo no tengo muchas ganas de nada pero llamaré al sr. linares por si han quedado en el bar de siempre)

(no me gustan las navidades. evidencian todas mis carencias como individuo, tanto a nivel afectivo como social y familiar, incluso económico. en cierto modo, es preferible seguir trabajando y no tener que pasar por ésto. mònica me ha llamado y quizás quedemos el miércoles para tomar algo. le he comprado a mi madre un par de jerséis de lana, uno de color verde botella y otro mostaza, ambos de cuello vuelto, y le han gustado mucho. no tenías que haberte molestado, dice. tu hermano está enfermo, añade. se me estropeó el teléfono, sigue. no sé bien qué decir, pero hace tiempo que no creo en las soluciones mágicas, ojalá)

lunes, 21 de diciembre de 2009

ahora eres el rey, y serás un rey realmente grandioso

(te comeré de tanto que te quiero)
todos mis monstruos, los tuyos, todos los monstruos de max. ayer fuimos al cine y míriam se ahogó en lágrimas con donde viven los monstruos, de spike jonze, tristísimo y hermoso cuento sobre cómo hacerte mayor, crecer, envejecer

martes, 15 de diciembre de 2009

a veces tengo la sensación de estar actuando como si alguien estuviera mirándome todo el tiempo, vigiládome, confirmando todo lo que

lunes, 14 de diciembre de 2009

las palabras de míriam son las palabras de begoña. entre ambas, yo, incapaz de levantar la vista del suelo. las dos con la misma visión del monstruo, el teléfono sonando, el ardor de estómago, el frío gris en la nuca y las navidades como un desierto helado. no puedo decirle a nadie dónde estoy mentalmente

(tengo veinticuatro años y hace un mes que estoy ingresado en el parc taulí. el ritmo de las deposiciones fluctúa entre las veinte y las treinta. para dormir me inyectan algo agradable y esponjoso: la paz blanca de los yonquis. los primeros días tengo un viejo en la cama de al lado. después, un chico joven con lo mismo que yo. después, un tío con infarto y bigote. después me quedé solo)

(arroz hervido, pescado hervido, biscotes, jamón dulce, leche en polvo, zumo de melocotón, dulce de mebrillo. pastillas pequeñas y blancas tres veces al día en vasos diminutos de plástico blando. análisis de sangre todos los lunes. la rutina se distrae pensando en la comida, en la merienda, en la cena. cuarenta años en la cárcel. a veces viene oriol y me trae el egin. me ducho diez veces al día o más. hay una enfermera de sesenta años que es una hija de puta. la doctora de planta es otra hija de puta. sólo me gusta la enfermera de las gafas redondas. es la única persona que hay aquí dentro)

(mi cara desencajada en el espejo del cuarto de baño. son las cuatro de la mañana y míriam duerme. pienso en esos días en el hospital, en el edredón azul con lunas naranjas que me tapaba hace un momento, en la sombra de la ventana, que parece una cara con la boca abierta, riéndose, en la luz amarilla de la calle, en la puerta cerrada de la habitación. pienso de nuevo en el hospital y en mi cara desencajada con el mismo rollo de siempre. me limpio)

soy un muro, pero creo que a míriam no le importa, o le importa, sí, pero sólo dos minutos. es diametralmente diferente de begoña. ella se desesperaba con mi falta de interés por todo. he estado varias semanas sin saber nada de ella. hoy me ha escrito y me ha contado de estos días. he sentido como si algo me mordiera la garganta. inevitablemente, es desaparecer de las vidas de los demás

miércoles, 9 de diciembre de 2009

(son unos días densos, demasiado blancos como para ser de verdad. son días de respirar tristeza y mentir todo el tiempo)
(es imposible llegar al borde de la piscina. todo el esfuerzo, todo el miedo, todo el peso en el corazón arrastrándome hacia el fondo de mosaicos azules, fríos, temblorosos)

(es imposible cruzar cualquiera de las calles. el río de personas sin rostro, los ruidos y las voces blandas, las luces de navidad avisándonos del peligro, los semáforos, los coches, el miedo, el peso en el corazón arrastrándome hacia el fondo de alquitrán y barro)

(es imposible llegar a ti, dice míriam. te quedas callado, sin mirar nada, como si nada te importase. apenas puedo tocarte porque me evitas, no hablas. eres un puto muro, un frontón contra el que estrellar mil veces la pelota, contra el que abrirte la cabeza apretando los dientes)