domingo, 30 de octubre de 2011

(sueño que mi madre está muerta en una bolsa de deportes llena de ropa sucia y que espero un autobús y hay un chico que lee a joyce y me regala el libro y me encanta ese chico con su pelo sucio y le pido un correo electrónico y lo apunta en un trocito de cartón que le da una amiga y que yo guardo en el bolsillo de atrás del pantalón)

(sueño que meto más ropa sucia en la bolsa de deportes y mi madre es un cuerpo pequeño y encogido y yo estoy contento porque en ese trocito de cartón una chica ha escrito algo así como te quiero y me empiezo a comportar como un imbécil y ofrezco comida a alguien que se llama gonzalo muñoz muñoz y no me mira y siento su desprecio pero no sé parar porque)

(y estamos en un sitio que parece la ronda de dalt a la altura de vallcarca y es de día y gonzalo muñoz muñoz estudiaba conmigo, con nosotros, un buen chico que tartamudeaba, alto, rubio, hizo derecho, a saber qué mierda debe)

jueves, 27 de octubre de 2011

(lluvia intensa a las tres de la tarde, ropa empapada, cielo de plomo, la pantalla del ordenador es una piscina olímpica en la que flotan colores, hace tres semanas que no tengo teléfono móvil, la dependienta de la frutería nueva no tiene dientes, sueño con trabajo todas las putas noches, vidas de cuarenta y ocho céntimos y mañana mogwai)

domingo, 16 de octubre de 2011

(sueño que estoy en una pista de baloncesto con gente que no conozco y esperamos y tiramos a canasta con balones buenos y caros, un poco blandos, sin presión, la pelota cae floja dentro del aro. sueño que un poco más allá de la valla hay un campo de golf y después un polígono industrial y después la carretera que lleva a sabadell y después un camino que termina en un sitio que se llama saioles, se puede ir andando, sólo es un buen paseo. sueño también con una chica vestida de negro que lleva un libro con la cara de alfredo landa, una de esas ediciones de la taschen que están bien impresas y que no son muy caras)

(el campo de golf está lleno de gente, si abres un navegador en un ipad puedes verlo a través de un satélite cualquiera, bultitos de colores que se mueven despacio aquí y allá, casi tan claro como las estrellas detrás del cielo lleno de mierda)

(la chica vestida de negro presume de estar rebosante de sol, no te puedes ni imaginar lo que desprecio a la gente así, la conciencia colectiva pringada de felicidad)

(hace días que me duele la garganta y tomo hibitane y tomo phonal pero el dolor no se larga y es entonces que busco cáncer de laringe en el google y de los nueve síntomas tengo cinco pero me da lo mismo, caliento la sopa y como temprano, cómo es posible que no estés preocupado, no, no sé explicarme, es que me da lo mismo, así que sigo lavándome los dientes y sigo teniendo la piel llena de fantasmas, los ojos borrosos, la polla llena de sudor, aquí se mezcla todo)

sábado, 15 de octubre de 2011

(un ciervo, otro ciervo, atrapado en un fingido escenario de plantas de plástico y planos paisajes fotográficos, la vida en el museo de historia natural)

(una cabeza de ciervo, otro ciervo, como un trofeo más en una pared cualquiera, fotos de bodas y otras cacerías, sonrientes cachorros de león)
(tengo nueve años y nos cortamos el pelo en la barbería del viejo xufré, en la calle de sant quintí, cerca de casa. justo al lado hay un taller mecánico y el dueño nos deja entrar cada vez que vamos: en una jaula apenas más grande que mis brazos abiertos, un zorro lleno de grasa consume sus días, enroscado, sin apenas moverse. a mi hermano y a mí nos parece la puta ostia tener un zorro y fantaseamos con algo así cuando seamos mayores)

viernes, 14 de octubre de 2011

(mi jefe, antes de dejar la empresa y largarse a la puta kenia, ha empezado a hacer un horario extraño, así que no viene los viernes ni los lunes y entonces pasa que trabajo más en silencio aún, conceptualizando tonterías para tener las horas ocupadas, preguntándome qué coño, escuchando lo que den en la radio, pensando en un ciervo moribundo con los ojos muy negros y brillantes y el costado lleno de flechas, un bosque antiguo de helechos, un manto de nieve brillante, una calle llena de gente que cruzará un paso de cebra)

jueves, 13 de octubre de 2011

(una lechuga podrida en la nevera, una carta encima de la mesa, una llamada a la hora prevista, el movimiento del caballo en un tablero de ajedrez)

martes, 11 de octubre de 2011

(no quiero que me hables porque no tengo nada que decirte, le digo a mi madre mientras como, ella me imita como si tuviera cinco años y se levanta de la mesa, me mata y yo la mato, insistimos en matarnos, apoya la pistola de mi hermano en mi frente mientras duermo, un poco de matarratas en la sopa agria, yo la asfixio con cualquier cojín babeado, tiembla y deja de moverse, sesenta y ocho años en la cárcel, corremos como fantasmas por el piso vacío a las seis de la mañana, las tres de la tarde, las once y cuarto de la noche, no nos tocamos, no nos miramos, no tenemos nada que perdonarnos porque no tenemos nada)

lunes, 10 de octubre de 2011

(la puta tarde con el unknown pleasures y el closer y bebiendo té caliente mientras una paja y videos cerdos con pollas descomunales y borrosas y culos que no huelen a nada. la puta tarde a oscuras, but we remember when we were young)

sábado, 8 de octubre de 2011

(esperar/desear/temer que un tren me descarrile en la puta boca, la vida así, la vida siempre)
(ya he estado más veces en ese sitio y ya le he visto antes, pero esta noche es la primera vez que he hablado con ese chico, mackenzie flores, toca el clavicémbalo primero con la mano izquierda y después con la derecha y vuelta a empezar, rutina de ejercicios)

(hay más críos allí, una especie de colegio que realmente es una cárcel y también un conservatorio, una estructura radial de pasillos abovedados que se alejan del centro, un patio cubierto donde juegan a tenis y estudian mientras esperan algo que mackenzie me cuenta y que no consigo recordar, quizás en el próximo sueño)

(está sentado en el suelo y me llama la atención por su físico, asexuado, de unos doce años, alto para su edad, muy delgado, muy rubio, me reconoce y me llama, se convierte en mi guía y protector, pienso en ranxerox y lubna, en cómo dibujaba liberatore)

jueves, 6 de octubre de 2011

(no me queda vómito en el cuerpo)

(pero no era de eso, no, era del sueño de esta noche, una casa llena de gente en vacaciones, son mis amigos pero no reconozco ni sus cuerpos ni sus caras, bueno, sí, vicente y david fontanals flotan y ríen en la piscina, se bañan vestidos, beben, me ofrecen porros y me mojan con su abrazo)

(y mi madre sudando en la cocina con ollas a fuego lento para darles de comer, ya casi está, no hace falta que me ayudes, ollas grandes, gigantes, ollas llenas de cosas que se derraman, sopa de colores cuadrados y redondos, un pez despanzurrado y sangrante encima de una de ellas y un calor que ahoga a cristo)

(y entonces llega kathleen, estamos en cádiz y viene con una amiga suya, una lesbiana que hará fotos a escondidas a una chica que se pinta las uñas de negro y se masturba en mi habitación, sólo un poco, han venido en dos coches grandes llenos de maletas)

miércoles, 5 de octubre de 2011

(toca trabajo, toca planteamiento, nudo, no toca desenlace. sueño que estoy ante una pantalla, que pixelizo fotos, que cuadro textos, que lo convierto todo en rutinas de cuadraditos de dieciséis colores diferentes, la realidad como un andamio de veinticuatro horas)

(los días en el estudio se caen de la puta silla. aquí no hay futuro, ya sé que allí tampoco pero allí no me importa, me importa aquí y me importa ahora. la trampa de la cooperativa, los precios a pagar, sé que tengo miedo pero el bloqueo mental me impide actuar, mi única respuesta es hacerme una paja pensando en)

(pero la importancia del dinero es mínima si la ponemos en una balanza frente al capital humano. sería como naufragar junto a personas a las que hasta hace cuatro días no me hubiera importado demasiado ver ahogadas en cualquier orilla, pero no, ahora toca salvarnos todos juntos, remando como buenos chicos y repartiendo equitativamente la poca mierda que nos queda. no sé si podría vomitar)

(hablo con paco, con él sí me entiendo. tanto él como yo tenemos mucho que perder —ya se sabe, somos los asalariados, la puta clase obrera de esta película— y, en rigor, poco que ganar. es trabajo, sí, claro que sé que es trabajo, pero es un trabajo enfermo de cáncer que elige quimioterapia y santos al mismo tiempo: aquí no hay dinero porque la administración pública, nuestro principal cliente, ahorca a sus perros antes de morir y todo el mundo sabe que es imposible colgar indefinidamente de una cuerda)

(manchas de humedad, en la radio sólo se hablan gilipolleces y a mí se me llena la cabeza con edie sedgwick y esa canción de espanto y los television personalities antes de caer con la cabeza abierta después de un concierto de mierda)

martes, 4 de octubre de 2011

(sueño que me cuesta andar, que tengo heridas en los pies pero no me atrevo a quitarme las botas, míriam me trae una silla de ruedas y así puedo seguir los pasos de los demás, estamos en una feria, hace calor y es de noche, son mis amigos pero no son sus caras ni sus cuerpos, la silla cada vez menos, tengo heridas en las manos, ya no se mueve, unos chiquillos se ríen de mí, comen algodón de azúcar y arrancan pedacitos que soplan como copos de nieve rosa, vuelan sobre la multitud y sobre la noria y el pulpo y el tiovivo, nunca podrás tragar, hijo de puta, hijo de puta, cantan y despierto, dos y veinte)

(las botas quizás están llenas de insectos que no quiero matar al caminar)

domingo, 2 de octubre de 2011

(detrás del colegio hay un barrio entero que no conocía y allí, una cárcel de rejas inmensas donde una mujer loca predice tu futuro, tienes las manos sucias, no me toques, me dice, haz lo que quieras pero no me toques)

(un hombre camina a gatas, está desnudo, sé que es miquel —el hijo menor de maria raich— a pesar de estar en un cuerpo viejo, arrugado, se acerca, nos acariciamos, me gusta su polla, es pequeña y circuncidada, me siento bien, despierto, cierro los ojos, me tapo, me ovillo)

(conduzco un coche grande y pesado, un hummer quizás, recojo a una mujer con la que quiero follar, tenemos tres horas, se quita los zapatos, tienes los pies bonitos, observo, ella agradece mientras se calza unas sandalias finas, ahora sus pies están llenos de pelos en el empeine, uñas agrietadas y oscuras, garras de animal que sonríe)

(compro un vinilo de anestesia a pesar de saber que no lo podré escuchar nunca porque no tengo plato ni intención de. la tienda está al final de la celda, camino con cuidado para no despertar a nadie, una bolsa con mi nombre escrito y el disco dentro)

sábado, 1 de octubre de 2011

(espejito, espejito, hasta cuándo vas a poder con todo, fingir que)