miércoles, 5 de octubre de 2011

(toca trabajo, toca planteamiento, nudo, no toca desenlace. sueño que estoy ante una pantalla, que pixelizo fotos, que cuadro textos, que lo convierto todo en rutinas de cuadraditos de dieciséis colores diferentes, la realidad como un andamio de veinticuatro horas)

(los días en el estudio se caen de la puta silla. aquí no hay futuro, ya sé que allí tampoco pero allí no me importa, me importa aquí y me importa ahora. la trampa de la cooperativa, los precios a pagar, sé que tengo miedo pero el bloqueo mental me impide actuar, mi única respuesta es hacerme una paja pensando en)

(pero la importancia del dinero es mínima si la ponemos en una balanza frente al capital humano. sería como naufragar junto a personas a las que hasta hace cuatro días no me hubiera importado demasiado ver ahogadas en cualquier orilla, pero no, ahora toca salvarnos todos juntos, remando como buenos chicos y repartiendo equitativamente la poca mierda que nos queda. no sé si podría vomitar)

(hablo con paco, con él sí me entiendo. tanto él como yo tenemos mucho que perder —ya se sabe, somos los asalariados, la puta clase obrera de esta película— y, en rigor, poco que ganar. es trabajo, sí, claro que sé que es trabajo, pero es un trabajo enfermo de cáncer que elige quimioterapia y santos al mismo tiempo: aquí no hay dinero porque la administración pública, nuestro principal cliente, ahorca a sus perros antes de morir y todo el mundo sabe que es imposible colgar indefinidamente de una cuerda)

(manchas de humedad, en la radio sólo se hablan gilipolleces y a mí se me llena la cabeza con edie sedgwick y esa canción de espanto y los television personalities antes de caer con la cabeza abierta después de un concierto de mierda)