viernes, 30 de abril de 2010

cada vez tienes más canas, dice isaac. sí, supongo que sí. mi reflejo transparente en el cristal de la puerta del bar de siempre. just for men, añade sonriendo. son sólo pelos blancos, pienso, fumo y bebo. mi reflejo temblando en el fondo del mar, en el humo, en la llama de cada una de las cerillas de la caja. te has afeitado, le digo. es primavera, añado. es verano, pienso mientras busco la pieza que falta en esa conversación desierto

jueves, 29 de abril de 2010

(en la fotografía nada hace presagiar el demonio que vive en la cabeza del joven daniel, el que le susurrará esas canciones maravillosas, hiedra en cada una de mis lágrimas)
escucho canciones de los pixies al azar. acaba de sonar el teléfono y he hablado con mi hermano mayor durante una hora o más. dos vidas y dos concepciones del mundo separadas por —grosso modo— ocho mil cincuenta kilómetros, un océano negro y cien mil millones de peces abisales. me duele la cabeza de escucharme y preferiría estar solo: soy una puta máquina de huesos
un partido de fútbol que es el partido de fútbol, escríbelo con mayúsculas y neones. la sensación de haberlo dado todo, dentro y fuera del campo. volver a casa y pensar en daniel johnston, en el vacío lleno de demonios de los que arañan y te dicen todo lo que tienes que hacer y a quién tienes que odiar y a quién el miedo y el amor. imágenes borrosas en un pequeño televisor programado para apagarse a la una, sábanas moradas, penumbra y olor químico desde que pinté la habitación. soñar con una mujer con diamantes en los bolsillos, una habitación de hotel, no quiero que te vayas, una ciudad olvidada y el despertador a las seis y media

hoy el mundo está en silencio y está bien, aunque tengo los dedos llenos de heridas, untados con declobán crema, pringándolo todo. es una sensación incómoda, como de ciénaga, que mancha un poco el aire de la mañana de un día que podría ser de puta madre

miércoles, 28 de abril de 2010

lunes, 26 de abril de 2010

la vida de los demás es un campo de minas por el que paso de puntillas, con cuidado por conversaciones opacas y gestos amables que me invitan al grupo, incapaz como soy de negarme y sabiendo que, en el último momento, buscaré una excusa que me aparte del bienestar de pertenecer. sonrisas como campos de minas o infecciones: la muerte en directo o en la confortabilidad del hogar

yo como un campo de minas por el que tú y todos pasáis de puntillas, con el mismo temor que a mí me pisa el corazón, un temor espejo que insiste en reflejar con nitidez los momentos más incómodos, mis vacíos, mis pausas, ausencias, distancias, mis miedos a todo y por todo

domingo, 25 de abril de 2010

la imagen de un barco que se hunde lentamente, de una manera agónica, pesada, ésa es mi respuesta a qué estás pensando. también hay niebla y carreteras ciegas a las tres de la mañana y sueños vívidos y rayitas de cielo azul colándose por la ventana, pero de mi boca sólo sale esa imagen oscura y fría, llena de peces negros esperando

viernes, 23 de abril de 2010

y llega el gran día y me encuentro sobreexcitado, tenso y con la boca del revés. sentirse vivo es agradable aunque sea así, sin servir para nada. hoy sólo quiero beber hasta reventar

jueves, 22 de abril de 2010

un vaso con té frío, una cucharada de azúcar, girar en el sentido de las agujas de reloj. qué queda después de eso? barrer la cocina, seis y media de la mañana, el cielo como una sima que despega en vertical justo encima de tus pasos y mis pasos. un mundo feliz lleno de animales sonrientes, todos cantando las mismas canciones, todos ilusionados con un viernes en un plis

miércoles, 21 de abril de 2010

mi monstruo llena la cama, agradable y cálido monstruo de peluche y corazón de oro, monstruo que despierta y lame mis manos con lengua de lija, mirándome, ya llegué, no me estabas esperando?
fumo mientras espero que empiece el partido de fútbol. daniel me llama y me cuenta una historia delirante con la que nos reímos durante un rato largo, hasta que tiene que colgar porque le llaman, le llaman, le llaman. daniel es una hoguera de teléfonos con prisa a cualquier hora del día o de la noche. dame dos minutos, dice. mientras espero que regrese cambio de canal. en la televisión hay una mujer que llora mares enteros, tristes y negros, porque los errores se repiten y no nos damos cuenta hasta que pum, un aplauso para enrique

lunes, 19 de abril de 2010

un asteroide de diez kilómetros de diámetro estrellándose contra la tierra a una velocidad de noventa mil kilómetros por hora. un cráter de ciento ochenta kilómetros de diámetro en la península de yucatán. la muerte del setenta y cinco por ciento de las especies hace sesenta y cinco millones de años y el camino libre para los torpes mamíferos. un niño que llora en la escalera, ajeno a la desintegración que le rodea y que le convertirá en carne de cañón. treinta y siete millones de gordos pobres comiendo basura en el dunkin' donuts. drunk girls, una canción de lcd soundsystem, otra insufrible mierda de la que no acordarse dentro de diez minutos, esta vez en exclusiva en elpais.com. pensar en momo, en su puto novio y en los pies de momo. en la lluvia de cada lunes, algo mágico que respirar cuando apenas se puede respirar. en peces que se muerden la cola y en cómo una ciudad abandonada para sobrevivir un año entero

domingo, 18 de abril de 2010

de qué me sirve saber que existen colores brillantes si soy incapaz de hacer nada bonito con ellos?
pienso obsesivamente en la extinción de los dinosaurios. pienso en mi padre y en que no me cuesta reconocerle allí, en el escenario, oculto a todos salvo a mí, mirándome fijamente, recordándome que él siempre lo ha hecho todo lo mejor que ha sabido. pienso en christian shephard y pienso en el tío que está a mi lado, el veinteañero de la grabadora en mano, y la chica que va con él. estoy en una nube, dice ella. es que ha sido muy, muy grande, responde él. pienso en michael nyman y los treinta y ocho euros de la entrada. pienso en su desgana y sus gafas redondas, en su actitud funcionarial ante un público entregado aún antes de empezar. pienso en su pijama y sus zapatillas, en michael nyman cagando, riéndose de todos. pienso en las mismas canciones —una agradable ensalada de bandas sonoras, frenética y delicada a la vez—, tan vacías como mi cabeza

en fin. que el día es gris y frío en la parada del autobús. que las cenizas derriban aviones. que tengo hambre porque no he desayunado. que me pasa algo y no sé qué es. que he soñado con el trabajo, con un bucle de esos en los que tengo la sensación de estar reviviendo la misma escena toda la puta noche. que he despertado tres veces y lo de siempre. que los centros comerciales son tan tristes como los restos de un naufragio

viernes, 16 de abril de 2010

sirven estas palabras para definir lo que sucede aquí, en la fortaleza. me he convertido en todo lo que no quería ser cuando tenía diez años y no quería seguir enfermando
friedrich nietzsche escribe: "quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti"

jueves, 15 de abril de 2010

hola, buenas tardes. si éste es mi verdadero hogar, no necesito volver a casa. por eso no entiendo el porqué de todas esas imágenes que se amontonan en mi cabeza, todas pidiendo con urgencia ser repetidas una y otra vez, en un bucle de montaña rusa que me hace perder la perspectiva de las cosas
hola, buenos días. me he acostumbrado a estar aquí, entre estas paredes. los muros son gruesos y blancos, y la sensación de seguridad aumenta con el paso del tiempo. he aprendido un idioma, unos códigos que no son los míos pero en los que me desenvuelvo con solvencia. pienso en un camaleón que cambia de color. pienso en un loro que repite sonidos. pienso en barro y en plastilina, en peces de colores que boquean hasta morir fuera del agua
hola, buenos días. mi nombre es giovanni drogo y paso los días aquí, en mitad de la nada, esperando una visita que no vendrá. mientras, me emborracho, tengo erecciones, como verduras en conserva y veo películas en un televisor pequeño. no hablo con mucha gente y las imágenes en color me resultan un puto misterio. esta mañana he escuchado un búho durante largo rato. ha sido antes de lavarme los dientes y abrir la puerta de la fortaleza. nubes de polvo, espejismos y un ruido ensordecedor que no viene de ninguna parte porque esto es el desierto

martes, 13 de abril de 2010

michel foucault escribe: la verdad no está fuera del poder, ni sin poder. la verdad es de este mundo; se produce en él gracias a múltiples coacciones y detenta en él efectos regulados de poder. cada sociedad tiene su régimen de verdad, su "política general de la verdad", es decir, los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como verdaderos o falsos

lunes, 12 de abril de 2010

los lunes se han acostumbrado a llover aunque sea un poquito, lunes de mejillas grises y vientre frío, lunes de hablar en idiomas inventados, de dibujar ciudades con el color azul de la pantalla. lunes oxidados y temblorosos, lunes en el túnel, lunes de mover los pies pensando en el verano y llegar al fin del mundo a través de un camino de grava brillante como el sol

domingo, 11 de abril de 2010

qué quieres conseguir?, pregunta ella. no lo sé, respondo. una casa grande y soleada, una mujer embarazada, un hombre que me resulta vagamente familiar me mira mientras se masturba sentado en un sofá de color rojo. estoy donde quiero estar. el suelo está lleno de gusanos, digo. no puedes pisarlos, añado. dónde tienes una escoba?

barro el primer piso. barro la escalera que baja al sótano, un agujero lleno de luz. cuando me doy cuenta, los gusanos me suben por las piernas y despierto con un grito: son las cinco de la mañana y me siento infinitamente culpable

(la cabeza se mueve deprisa. soy incapaz de recordar qué coño hice ayer por la tarde. una mancha negra en la memoria hasta que ya era de noche y el mundo giraba como un balón de fútbol)

jueves, 8 de abril de 2010

un enorme lienzo en blanco en el que proyectar días fríos y sonrientes, mi madre tejiendo un jersey rojo, las primeras flores del cerezo que plantamos en verano, la tarde sin luz y en equilibrio

lunes, 5 de abril de 2010

leo a charles burns, a camille jourdy, a nicolas de crécy mientras llueve, esperando un sol deslumbrante que rompa las nubes metálicas como si fuera una gigantesca y vacía herida blanca. me distraigo con programas de televisión en los que nadie habla de nada y con malas películas de buenos directores. me distraigo con el volumen demasiado alto de las conversaciones de tren. los asientos contiguos llenos de niños pelirrojos y mamás pijas que tienen a sus abuelas en residencias en las que no hay mucho que hacer, simples mortuorios de colores amables. miro relojes baratos porque me gustan los relojes dorados y metálicos, a todas luces falsos, tramposos. bebo cerveza en un bar pintoresco y salgo en, al menos, diez fotos de turistas. paso a formar parte de sus vidas, a habitar en sus recuerdos de vacaciones. quizás hasta consiga mis doscientos kilobytes de memoria en páginas como flickr o picasa. me atrevo a sonreír. comemos en el kaitensushi he después de una espera de diez minutos o diez horas. me acaba dando casi lo mismo estar mal que estar bien, así que sí, yo también comeré col fermentada, dulce y picante, y arroz y pato y todas las mierdas que me quepan en la boca. sabores que soy incapaz de identificar pero que sé que, de alguna manera, me pertenecen. me dejo fascinar por las máquinas de vending llenas de paquetitos de llamativos colores que hay en las estaciones. dioses diminutos a los que adorar por el médico precio de un euro y cincuenta céntimos. dioses a los que devorar como si ésa fuera la única manera de salvarme de mí mismo. dioses que me llenarán la boca de azúcar y las venas de grasa, engañando mis sentidos con una falsa noción de realidad. intento no pensar porque charles burns ya lo hace por mí: mi nombre es tony delmonto y tengo el teléfono lleno de llamadas perdidas, cien mil cien en total

jueves, 1 de abril de 2010

primero jugamos al fútbol y acompañamos todas las jugadas, hablamos entre nosotros, gritamos y fumamos, bebemos, corremos a oscuras por un terreno de juego que conocemos bien. después seguimos trazando líneas, una copa de cerveza y dos y tres, nos abrazamos a desconocidos intentando descifrar la ruleta que se esconde detrás de la serie de moda. el humo pica en los ojos y apesta la ropa. después, partidas de texas hold'em hasta que se acaba el dinero que hay encima de la mesa. hablamos de vino y de uvas, criticamos a las mismas personas de siempre por su manera de vestir. el mismo bar de paredes rojas donde asfixiamos nuestros veinte años, ahí seguimos

(con una diminuta caja de cerillas con las que prender el mundo)