jueves, 1 de abril de 2010

primero jugamos al fútbol y acompañamos todas las jugadas, hablamos entre nosotros, gritamos y fumamos, bebemos, corremos a oscuras por un terreno de juego que conocemos bien. después seguimos trazando líneas, una copa de cerveza y dos y tres, nos abrazamos a desconocidos intentando descifrar la ruleta que se esconde detrás de la serie de moda. el humo pica en los ojos y apesta la ropa. después, partidas de texas hold'em hasta que se acaba el dinero que hay encima de la mesa. hablamos de vino y de uvas, criticamos a las mismas personas de siempre por su manera de vestir. el mismo bar de paredes rojas donde asfixiamos nuestros veinte años, ahí seguimos

(con una diminuta caja de cerillas con las que prender el mundo)