miércoles, 30 de septiembre de 2009

animales enjaulados y un esfuerzo de contextualización. hace días que intento encontrarme aquí y allí, en cualquier sitio o de cualquier manera que signifique algo. no sirve nada de lo que tengo. no sirve un espejo porque sería demasiado fácil: los ojos cansados no engañan a nadie a estas alturas. tampoco engañan las arrugas, ni el abandono que significa estar sin afeitar, ni tan siquiera las canas o la camisa amarilla de cuadros que compré en sevilla. no sirven como no sirve un texto de goldhagen, unas palabras de luque, una pintura de rothko o de motherwell, una canción del último hype sin nombre o una mirada de mi chica favorita. un abanico de posibilidades que son jugadas sin valor, apuestas perdedoras con un trasfondo demasiado ruidoso. una papelera llena de esperanzas un minuto antes de que todo estalle y los zoólogos se queden sin respuestas

domingo, 27 de septiembre de 2009

conectar todos los pedales en el orden correcto. igualar volúmenes de entrada y de salida. afinar como afinan las personas normales, si, la, re, sol, si, mi. pulsar el botón de grabar, tocar las guitarras, contar las vueltas, trazar una mínima estructura sobre esas dos notas concretas, ritmos, contrarritmos. repetir veinte veces el proceso. fumar lucky, beber cerveza, comer pollo, comer patatas, hablar de cine, hablar de gestalt, preparar café. el suelo del estudio está lleno de moscas muertas. domingo en casa de daniel, domingo de nubes y tortugas

sábado, 26 de septiembre de 2009

anticristo, de lars von trier, es una puta basura, la clásica mierda para intelectuales, rica en referencias y vacía de contenido, lenta, elefantiásica y deforme, risible, pretenciosa. al salir del cine, una cerveza checa en el bar de la esquina me ayuda a dejar de odiar

(me ducho a oscuras, abro la ventana, me tapo con la manta finita verde, míriam dormita a mi lado, nos abrazamos. me gustaría soñar algo bonito)

jueves, 24 de septiembre de 2009

tengo seis años y estudio en un colegio de madrid que ya no existe. sé leer y escribir perfectamente. recito de memoria ríos y reyes. en clase de trabajos manuales pego granos de arroz encima de una cartulina. jirafas y elefantes y palmeras con pegamento imedio y témpera de colores. vivimos en un doceavo piso y no tengo miedo a las alturas

tengo treinta y nueve años y trabajo en un estudio de diseño gráfico que es todo de madera por dentro. intento que nadie sepa qué pienso de las cosas, los cristales de mis gafas está rayados y sé que puedo pasarme horas inmóvil mirando por cualquier ventana. como ahora

miércoles, 23 de septiembre de 2009

hoy he visto hafner's paradise, un documental de günter schwaiger, un viaje al infierno que habita la cabeza de paul hafner —criador de cerdos de dieciséis costillas, inventor de yogurteras, marido putero y teniente de la ss— en su retiro dorado en el paraíso español

(ante el espejo, hafner hace gimnasia, nada en la piscina, juega al ajedrez, levanta el brazo y cierra los ojos, sueña, se aburre, se cansa, se queja, lo niega todo, él no vio nada, canturrea deutschland über alles y coge el autobús. ante el espejo, hafner está solo)

martes, 22 de septiembre de 2009

(como estar en una piscina en la que apenas haces pie, intentando respirar, a flote mínimamente, así son nuestros días, la vida que nos queda, aguantar las conversaciones de los demás, sus ruidos, su presencia pesada y venenosa, el corazón a trompicones en una eterna sala de espera)

domingo, 20 de septiembre de 2009

duermo porque no me encuentro bien, como vacío. míriam, entretanto, vuelve de la sirena con un montón de cajitas de sushi y de sopa de pescado. míriam ha descubierto recientemente el poder de los congelados y ahora está como una niña, probándolo todo, decidiendo, ordenando una lista de preferencias que parece infinita. sonrío mientras me cuenta, abriendo expresivamente las manos. es imposible que pueda quererme tanto

duermo porque no me encuentro bien, como vacío. míriam, entretanto, vuelve de la calle con una bolsa gigante de plástico y dentro de la bolsa, unas vans negras, con detalles verdes, grises y blancos. tenían un diez por ciento de descuento, me dice. está entusiasmada. le ayudo a poner los cordones. como vienen dos pares, unos verdes y unos blancos, ella elige los blancos. son demasiado anchos para el diámetro de los agujeros. las he comprado en la tienda que está al lado de los italianos. conozco esa tienda: la dependienta es bajita y muy delgada, con un acento muy marcado, alguien con quien no me cuesta imaginar cerdadas. los italianos es un restaurante y enfrente hay una frutería. si tienes que salir otra vez, tráeme algo de fruta, por favor, le pido. sandía está bien, sí, de la que ya está cortada

duermo porque no me encuentro bien, como vacío. enciendo la tele y pongo un bucle de noticias. veinticuatro horas de noticias. hablamos de un naufragio frente a la costa de marruecos y un número de muertos aún por concretar. hablamos de una joven prostituta atropellada en la jonquera. hablamos de leo messi. hablamos de fèlix millet. hablamos de cosas que no me importan en absoluto. míriam, entretanto, regresa con una bolsa de papel kraft. en la bolsa está impreso el logotipo de mango. he ido al centro comercial y he aprovechado para comprar dos pantalones, unos grises y otros negros. me siento mejor, sí, gracias. supongo que sólo necesitaba descansar un rato y la fruta me ha sentado bien. tendrías que ir al médico, me dice. sí, a veces creo que sí, respondo. el suelo alrededor del cubo de la basura está lleno de hormigas muertas. te gustaría comer sushi?

sábado, 19 de septiembre de 2009

(rafa espera en el comedor mientras salgo de la ducha. kadri está resfriada. rafa me enseña fotos de la boda de ana barluenga. las cámaras digitales son el peor invento del mundo, una enciclopedia de los recuerdos de los demás. ana está vestida de blanco. ana está embarazada de tres meses. ana es comadrona. todo el mundo en esa boda parece estar pasándoselo bien. la gente vive las bodas con intensidad, no sólo en el momento del jamón. kadri sonríe. kadri, que está resfriada, es un mueble de ikea que sonríe)

(rafa me dio el teléfono de ana. es diferente al que yo tengo, así que borré el de la memoria del móvil. tampoco apunté el nuevo. sólo tengo que buscarlo en la bandeja de entrada del gmail, pensé. las cosas se quedan allí quietas, esperándome, como putas trampas para osos. llámala, me dijo. sí, lo haré cuando llegue a casa por la noche, respondí. fue simplemente una exageración)

a means to an end. escucho joy division. la batería pesada y lenta de esa canción me estremece. es sábado. no consigo enfocar un sólo pensamiento que no sea un muro derrumbándose. creo que no quiero estar aquí

miércoles, 16 de septiembre de 2009

ese tipo de cosas siempre está ahí, como un millón de fantasmas que te seguirán arañando la espalda muchos años después de. puedes cambiarte de ropa, dejarte bigote, afeitarte la cabeza, empezar de cero en una ciudad diferente, exactamente como decía el marica de kavafis. puedes intentar olvidar las cosas que te emocionaban cuando tenías dieciséis años y sólo querías follarte a todas las chicas que iban a tu clase y a casi todas las madres de tus amigos. puedes hacer lo que te salga de la polla porque de esta trampa no se escapa nadie, no. o no ahora

pedro enciende la moto y el animal ruge. es temprano y tiene los dedos llenos de grasa. su imagen se desvanece en la memoria. puedo recordar que fumábamos porros en el rompeolas y que hacía un frío atroz al volver a casa. olor de cuero húmedo por las curvas del cementerio. puedo recordar a su odiosa novia y a todos sus cuñados, unos mierdas. puedo recordar a su hermana ciega. la hermana ciega de pedro vendía cupones. fantaseaba con ella y con su boca. follar con una ciega debe ser como follar con un animal que te estará esperando siempre, sin saber que realmente no estás. te tocaría, te acariciaría, te comería la polla como si tú no fueras la persona más fea del mundo. los ciegos son las personas más tristes cuando tienes dieciséis años, como ahora

todos mis amigos son chicos de buena familia, de colegio de pago. chicos que se peinan con la raya al lado, sacan buenas notas y se esmeran en hacer buena letra. chicos odiosos que lo entienden todo a la primera. el tiempo hará de ellos unos ciudadanos ejemplares, gente que creerá en las leyes del mundo. la gran mayoría de veces no sé qué pinto allí. no hablo su idioma, no nos interesan las mismas cosas, apenas confío en un par de ellos. confiar cosas mínimas, claro. todavía no lo sé, pero con el tiempo tendré que redefinir la amistad como concepto. ahora sólo corremos detrás de la pelota y nos observamos, estudiándonos como cachorros saltando al mismo tiempo: yo quiero ser como ese chico de allí, el de los pantalones de peto y las top ten en los pies

(el chico de allí, el de los pantalones de peto y las top ten en los pies, morirá años después de un infarto. morirte de un infarto con menos de treinta es algo que no suele entrar en las estadísticas. es algo que desafía la lógica. la gente especula con la farlopa que te podía caber en la nariz los viernes por la noche. la gente especula con un millón de cosas. a la gente le encanta especular por el mero placer de herir a los demás. no importa, porque xavi está pudriéndose y su novia le llora lágrimas de oro. a veces veo a su hermano y nos saludamos cortéstemente. a veces veo a su madre y sólo sé que nunca querría follar con ella. a veces veo a su exnovia y sólo tengo ganas de vomitar. su padre es director de banco o algo así)

los recuerdos vienen, se llaman los unos a los otros como cazadores ante una presa fácil. soy una presa fácil de los recuerdos. soy una presa fácil de casi cualquier cosa que me aleje de la realidad. pedro arranca la moto. los pantalones demasiado ajustados y llenos de grasa. no me gusta pedro, o no físicamente. su novia nunca sonríe. los imagino follando. pedro no es mi amigo, ni lo era antes ni lo es ahora. pedro es de esas personas que han desaparecido del mapa. no tengo ni puta idea de dónde estará. tampoco me importa. me conformo con sobrevivir y para eso no necesito a pedro. hace casi veinte años de pedro

para sobrevivir tengo suficiente con algo de alcohol. el alcohol se mezcla con el amor y se convierte en algo pegajoso en los dedos. no puedo escapar de lo que soy. en el bar, josep juega en la tragaperras mientras el barça intenta vencer el cerrojo que mourinho ha tendido en la segunda parte. pienso en cómo sería acariciar su nuca, su cabeza rapada. pienso en sus manos grandes y en cómo mueve las caderas buscando un equilibrio inexistente, porque el equilibrio no existe cuando estás borracho. pienso en la gente que conozco desde hace un millón de años y sólo siento una profunda lejanía. a mi lado, míriam y javi y oriol. el final del partido está cerca y nada me une a nada porque no hay nada en el centro del campo, todos encerrados atrás, atrás

lunes, 14 de septiembre de 2009

por no necesitar contacto físico, por no desear explotar, porque nada fuera una triste canción de amor, por saber esperar la vida entera, por tener reacciones normales, por, por, por, aquí y allá
(la sala está a oscuras y míriam bebe del tanque de cocacola que hemos comprado para los dos. una piruleta con forma de corazón. wikus van de merwe le habla a la cámara, sonríe, me gusta su chaleco, su corbata, su pulcritud de burócrata empeñado en que las cosas salgan bien. los primeros minutos de district 9 son incómodos. los falsos documentales son incómodos. me tapo la boca, cierro los ojos, algo me apreta el corazón. la ficción se difumina y lo que vemos en pantalla está sucediendo en ese mismo instante en mil sitios a la vez, aquí y ahora. la realidad es otro espectáculo televisado más y que ignoramos cambiando de canal)

(curvas cada vez más acentuadas. la paz del espíritu es la línea plana, la ausencia casi total de emociones que la perturben. ningún estímulo, ninguna pasión, otra máquina más, otro día más, domingo en el cine)

domingo, 13 de septiembre de 2009

sábado, 12 de septiembre de 2009

me veo a mí mismo cada vez más rápido, acelerándome. dentro de media hora estaré cenando/emborrachándome con mis amigos. tengo la sensación de desastre esta noche. sensación de holocausto. daría lo que fuera por un abrazo, por explotar antes de tiempo, porque nada fuera una canción de amor obligado, por saber esperar una vida más, por tener reacciones normales, por, por, por
(luces de colores sobre la sórdida españa tardofranquista. el cuerpo de urtain se desploma sobre la lona. es una pelea perdida de antemano: la democracia no necesitará de sus excesos pero él todavía no es consciente de ello. el último acto, cuatro días antes de la inauguración de las olimpiadas. mil novecientos noventa y dos y españa se redime ante el mundo. el cuerpo de josé manuel ibar aspiazu revienta contra la acera. hablamos de suicidio. hablamos de imágenes fáciles de encontrar en internet. hablamos de la última caída, del último aliento, del olvido del juguete que ya nadie quiere)
como un eco, qué he hecho yo para que todo lo que hago sea tan sucio?

viernes, 11 de septiembre de 2009

aquí cerca hay un bar que está bien, así tranquilo, dice rosa. tomo nota mentalmente de que rosa y yo no tenemos los mismos gustos, porque el bar es una puta mierda aséptica, con mantelitos en las mesas, penumbra a la luz de velas encendidas y camareros franceses y argentinos. imagino a rosa meando en el bar de paco y no puedo evitar sonreír. porque sonríes?, pregunta míriam. estaba escuchando esta conversación, respondo. en la mesa de atrás, cuatro veinteañeras hablan de trabajo. no hay nada especialmente gracioso en lo que dicen, pero sirve como una respuesta estúpida a una pregunta incómoda, porque casi siempre que sonrío es por cosas que me están pasando en la cabeza y que tienen una traducción compleja o inexistente

nunca antes he estado en el romea, de hecho, voy muy poco al teatro. pese a ello, el carácter provinciano de una ciudad como barcelona hace que sea fácil encontrar gente conocida. no hablamos de famosos, que alguno hay, sino de gente anónima que para mí sí tiene significado, como ese tipo bajito y calvo que siempre está en los sitios, en todos los sitios, el de las gafas modernas. o montse, que está igual a la última vez que la vi, en la estación de clot-aragó

(ahora montse no me besará porque está acompañada de un chico con unas nike rojas y un chándal gris. por eso y porque han pasado mil años. por eso nos miramos y no decimos nada porque no hay nada que decir. la vuelvo a mirar varias veces más en los diez minutos que faltan hasta que empieza la función. ambos en la fila catorce, ambos en el lado del pasillo. puta mierda. es increíble la cantidad de cosas que soy incapaz de olvidar: la cabeza como un desguace a medianoche)

urtain, el último trabajo de animalario, es sencillamente fascinante. qué he hecho yo para que todo lo que hago sea tan sucio?, se pregunta un roto josé manuel ibar en el ring que hace las veces de escenario. sus palabras me encogen el corazón, me dejan sin palabras. ven, acércate, te voy a enseñar cómo funcionan los juguetes rotos, te voy a enseñar el despiece del carnicero, el trabajo del matarife, te voy a

viernes como domingo porque hoy es festivo. mañana sábado y después, otra vez domingo. impresionante sucesión de días y de ruidos

martes, 8 de septiembre de 2009

cóbrate lo que te debo, paco, y ponme una cocacola de lata. ciclistas en la televisión a las cinco de la tarde, la calle sin apenas sombra donde esconderse y la cabeza a punto de estallar. una chica pálida con un carrito de niño. una chica de negro abriendo el estudio de logopedia. el chino que siempre se ríe y su hijo en el bazar oriental. adolescentes con shorts y sobrepeso que fuman y gritan. pienso en gauss. pienso en una campana de cristal donde nada puede pasarme. pienso en el centro mismo de una predicción matemática. pienso en

un refugio, un sitio perfecto donde poder aprender a respirar. una mierda de martes, debatiéndome entre la comodidad de vivir en la cara afortunada del capitalismo —un buen trabajo, un buen sueldo, algo de dinero en el bolsillo, un techo y un plato con el que— y ver cómo cada día que pasa siento más asco por todo y por todos, como si mi corazón fuera una semilla que se arruga, miedosa y sin futuro

hablar, hablar, hablar. el dolor en la cabeza se concentra en la incapacidad de pensar, de comunicarme. como un vaso vacío que está esperando que alguien abra la lata para darle un significado. la fe en dios, el sacrificio que todos estamos dispuestos a hacer

ratoneras, hablábamos de eso. a veces viene alba y me abraza. siento como la polla se me pone ridículamente dura con el contacto de su vientre. me aparto y invento cualquier excusa para irme, como queriendo empezar de nuevo en otro lugar, esperando siempre que ella no se haya dado cuenta de lo triste que soy. mis amigos piensan que ella y yo follamos. mis amigos se equivocan al predecir mis movimientos, trazan líneas y unen puntos, dibujando constelaciones equivocadas porque soy un animal muerto, incapaz, alguien tan mitificado como una osa mayor

míriam. hoy no nos veremos porque ella tiene trabajo pendiente y a mí me apetece mucho más ver el partido de baloncesto y cenar temprano y no hacer nada que vernos, es así de triste por mi parte. mañana quizás sea diferente, pero hoy sólo necesito estar a cuatro mil kilómetros de la costa más cercana, en medio del mar, sin luces que me orienten

escribiendo con las manos mojadas, pensando en un momento de felicidad a las cinco de la tarde, cuando paco sacude fuerte el trapo gris sobre la mesa que está vacía, como queriendo ahuyentar algo que no existe, el nacimiento de una estrella o algo así de lejano, las hojas de los tilos que se queman lentamente, otoño en unos días

viernes, 4 de septiembre de 2009

(salimos, cenamos pizza, vamos al cine, dormimos juntos, despertamos, reímos, gruñimos, nos duchamos, hacemos la compra. ella no se da cuenta de que llevo un disfraz)

(salimos, vamos al cine, cenamos pizza, dormimos juntos, despertamos, reímos, gruñimos, nos duchamos, hacemos la compra. ella apenas necesita mi piel)

las cien diferencias, pienso en ellas y las escribo con sunn o))) en el itunes. me gustan sunn o))). he bajado monoliths & dimensions y lo escucharé con más calma dentro de unos días, cuando vuelva a estar solo otra vez. también he descargado more, de double dagger. grandes esperanzas depositadas en ellos. es viernes y una mujer llora en televisión. sus hijos asisten a la escena. estamos hablando de sacrificios humanos, otra vez te están arrancando el corazón

jueves, 3 de septiembre de 2009

miércoles, 2 de septiembre de 2009

amanece cada vez más tarde y dentro de poco será noche cerrada cuando suene el despertador. duermo en sábanas que siento sucias y que no quiero cambiar porque así me obligo a ducharme cada mañana, cada tarde, cada noche. mierdas en la televisión hasta que se me cierran los ojos. un mensaje de míriam queriéndome mucho. un dolor rápido en el corazón, un puñetazo imaginario en el colchón, otra rubia tonta que quiere morir asesinada en harper's island

tiene el pulso húmedo, lento y resbaladizo, el vientre tenso, el bazo frío y las defensas bajas. las palabras de pablo, mi acupuntor coreano, suenan a fin del mundo. yo me encuentro bien, respondo. tiene defensas bajas, repite él. siempre me llama de usted. tengo la sensación de no estar allí, de haberme caído hacia el techo y no haber dejado de caer hasta sentirme una luna más en saturno. él es inmune a mis palabras y sus agujas hoy no me hacen daño. por eso duermo y, al despertar, recuerdo a bill stewart

la casa de al lado, la que está llena de rusos. una chica pela patatas y pela cebollas en el patio. suena el teléfono móvil y descuelga sin ganas. a su lado, un hombre de un millón de años se mira el reloj, uno de esos de esfera dorada y cuero negro. pienso en ese hombre. un ruso tan viejo como el mundo que ha elegido este pueblo de mierda para morir. quizás es el padre de la chica que pela patatas. quizás es el abuelo. quizás es un antepasado lejano que dormitaba en siberia hasta que alguien lo trajo aquí, para que se pudriera lentamente al sol del mediodía

al sol del mediodía o a la humedad del aire, la misma que te quita las ganas de vivir y te convierte en un charco pegajoso. suena música de jazz, de ese jazz bailongo y mierdoso que sólo puede gustarle a los profesores universitarios y gente así de atroz. tecleo bill stewart en el google. dispongo de información suplementaria: es periodista y la guarda nacional nicaragüense lo mató en mil novecientos setenta y nueve. no hay día en que no recuerde esas imágenes. alguien en el suelo, un soldado apuntándole, un disparo y un cuerpo que se agita al morir, la política exterior norteamericana hecha añicos por un soldado de dieciocho años que llorará en el juicio y un periodista con nombre de batería de jazz que no hablaba español. es fácil encontrar esas imágenes en internet, pero no son nada si las comparamos con las decapitaciones en nombre de alá

hablamos de pandemia, de gripe, de tamiflú. hablamos de donald rumsfeld y de mary poppins. hablamos del olor que entra por la ventana abierta, un olor a carne quemada en forma de amigable barbacoa: nuestros vecinos rusos —un millón de ellos y todos siempre diferentes— están preparando la comida. el viejo dormita en el rincón opuesto a la escena anteriormente descrita. se presume el movimiento. se presume al viejo andando, aunque sea lentamente, entre la neblina de pollo y cerdo y brasas. todavía quedan varias semanas para el frío, me digo, y muchas más hasta el invierno. veo con claridad el fantasma de una ciudad soviética perdida en mitad de la nada, con las paredes llenas de metales pesados y radioactividad. imagino al viejo allí, mirando su reloj de pulsera sin querer saber la hora, esperando un suceso, una señal cualquiera, una luz en el cielo cargada de rabia para poder morir tranquilo. en lugar de eso, ripollet. deberías saber lo que eso significa

tiene las defensas bajas, repite pablo, mi acupuntor coreano. se me cierran los ojos mientras él clava las agujas. los brazos me pesan y me arrastran al fondo del mar. hoy ha empezado la rutina en todas las direcciones posibles

martes, 1 de septiembre de 2009

ratonera: perteneciente o relativo a los ratones, trampa en la que se cazan los mismos, agujero que hace el animal en paredes y arcas y nasas para entrar y salir por él, madriguera, trampa o engaño urdidos con el fin de coger a alguien