jueves, 28 de octubre de 2010

hoy la montaña rusa atraviesa una estepa enormísima y en cinemascope, sin nada en kilómetros, sin nada en los centímetros más cercanos, tan sólo el aire caliente escapándose por la ventana del estudio

domingo, 24 de octubre de 2010

(dejo mi mano con suavidad en la ingle de míriam, así consigo cerrar los ojos, dejar de pensar)
es sábado y es hielo, cerveza, tabasco, salsa perrins, sal gruesa escarchando el borde de un vaso grande de plástico, zumo de limón. una araña ha tejido su tela entre las hojas del geranio, una maceta roja en el centro de una mesa de teselas grises y verdosas. el cielo azul y el sonido de un reactor que viene de lejos, se acerca y desvanece en la distancia. fumo, me gusta fumar, el humo se aleja y estalla contra la ropa tendida, contra las hojas del ficus gigante. es sábado y improvisamos, bebemos porquerías, comemos aceitunas y dientes de ajo, grandes tragos de michelada que nos pica en la boca, el calor en el patio, hoy comeremos tarde, hoy no existe la prisa

es sábado y por la noche estaremos en manresa, bailando en la stroika, el gran proyecto de daniel, una sala de conciertos recién inaugurada el jueves pasado. la sala se vacía poco a poco de gente, el calor es denso, oscuro, me encuentro bien, lúcido, despierto, bebo gintonics, el camino de vuelta a casa son cuarenta minutos de niebla en la autopista

me costará dormir. la realidad se confundirá con el sueño y seguiremos allí, en la sala de color rojo y negro y marrón oscuro. adolescentes besándose hasta que se hace de día, marina me abraza, me lame, me llena la boca de sangre y no siento asco, la echo de menos, despierto. míriam duerme a mi lado, son las ocho y algo, sólo he descansado tres horas pero estoy bien, podría ver tres películas y no dormirme, enciendo el ordenador, respondo el correo, borro el historial, apago el ordenador, vuelvo a la cama

es domingo y espero el autobús de vuelta a casa. el calor del mediodía me adormece en la parada. tengo un euro y once céntimos en el bolsillo. existen pocas posibilidades de que haga algo con el resto de horas que le quedan al día, qué poco valor tengo

miércoles, 20 de octubre de 2010

(vivir escondido. pienso en ello mientras escaneo. mi trabajo últimamente consiste en digitalizar revistas como paso previo a la edición de una web en la que poder consultar online todo ese material. cuatrocientas setenta y tres páginas hoy, cincuenta y nueve por hora, todas en bruto, una ventana azul cielo por la que cruza un avión que deja una estela blanca que se difumina en minutos, en páginas, en la luz que sube y baja por la pantalla y que se adueña de esas letras incomprensibles que hablan de antroposofía en catalán, inglés y esperanto)

(pasar desapercibido. imagino una isla verde y fría en el norte, una isla en la que estar solo. me imagino siendo martin, el protagonista de nothing personal, la película de urszula antoniak que vimos en verano. martin hunde las manos en las algas con que fertiliza la tierra, mezclándolas con la turba, sin esperar nada más que unas sábanas blancas y limpias al volver a casa. martin se mira al espejo, se reconoce, martin escanea páginas de una revista, el trabajo es mecánico y posibilita la huida, casi te obliga a ella)

(burbuja, estación espacial, el centro del asterisco y la galaxia. escucho música clásica durante todo el día. una radio pequeña, unos auriculares y un volumen discreto, para poder escuchar si me hablan. a veces suena bach y entonces es precioso. también haendel o schubert o vivaldi o arvo pärt o haydn o el bellísimo john jenkins)

lunes, 18 de octubre de 2010

soñé hace días con algo así como ésto. desde entonces, se ha convertido en un motivo recurrente sobre el que perder el tiempo y las ganas. grafito y lápiz de color sobre papel, cuadrado de diecisiete centímetros

domingo, 17 de octubre de 2010

(mi vida es un anzuelo lleno de peces, una trampa, nudos y más nudos que acaban dibujando un laberinto, el mismo laberinto de siempre, minotauro)
creo que he visto cien películas estúpidas durante el fin de semana. mi vida es basura en fotogramas, persianas bajadas y una manta de color marrón en la que cobijarme

qué nos hace humanos? obviamente, el contacto con nuestros semejantes. huir de ellos es huir de mí, acercarme al acantilado y sentir miedo y paz con los ojos cerrados

jueves, 14 de octubre de 2010

la cabeza como una pecera llena de carpas naranjas que se anudan y burbujean esperando que llegue el fin del mundo o el viernes a las tres de la tarde

lunes, 11 de octubre de 2010

autobahn. míriam conduce con atención, mirando fijamente la autovía, con el cielo gris oscuro a punto de desplomarse sobre nuestras cabezas. por el carril contrario, coches y camiones a una velocidad infernal. suena arcade fire —primero suburbs y después funeral— y a mí me da por pensar en qué sucedería, qué quedaría de nosotros en una colisión frontal contra uno de esos tráilers llenos de material químico, blancos y plateados como relámpagos

nada quedaría. bajo la ventanilla y juego con el aire y con la mano. es sábado por la mañana y hemos elegido vic para ir a dar una vuelta, el corazón de la catalunya interior, cerdos, putas y racismo en una ciudad aparentemente agradable para vivir. por la noche cenaremos en manresa con daniel y edurne y rafa y volveremos a casa cruzando el diluvio universal a las cuatro de la mañana, pero ésa sera otra historia, otra puta vida

(la jaula de los monos. míriam compró dos agendas iguales, dos moleskine tamaño cuartilla, una negra y otra roja, una para casa o asuntos personales, y otra para el trabajo. me pareció curioso —eso de establecer una distinción entre tiempos, espacios, obligaciones y rutinas me parece complicar gratuitamente la gestión de las horas—, tanto como muchas otras cosas que hace y a las que asisto, con una mezcla de perplejidad y ternura a partes iguales, en mi papel de espectador privilegiado)

viernes, 8 de octubre de 2010

el cansancio como un eco que me golpea en la nuca, en la frente, me cierra los ojos y me pesa en la espalda. viernes, sábado, domingo, lunes y martes fiesta, llamadas perdidas de rafael, lluvia que no quiere llover, ostias hasta romperte el alma en las comisarías, días de trabajo exactamente iguales, llenos de mentiras y trabajos rebosantes de intelectualidad, feliz fin de semana

(disfruto de mi erección matutina, casi como si estuviera trepando por el mástil y la tierra a lo lejos)

lunes, 4 de octubre de 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

sms en el buzón de entrada. lo que me gusta de las mujeres es que tenemos un sexto sentido para saber cuándo alguien está enfadado con nosotras. tú, en cambio, has sido incapaz de darte cuenta de que llevo una semana encabronada contigo porque prefieres estar a solas con tu tristeza antes que conmigo. yo me quedo con todo este desprecio que siento por mí misma, aunque lo verdaderamente triste es que no tengo derecho a exigirte nada