miércoles, 20 de octubre de 2010

(vivir escondido. pienso en ello mientras escaneo. mi trabajo últimamente consiste en digitalizar revistas como paso previo a la edición de una web en la que poder consultar online todo ese material. cuatrocientas setenta y tres páginas hoy, cincuenta y nueve por hora, todas en bruto, una ventana azul cielo por la que cruza un avión que deja una estela blanca que se difumina en minutos, en páginas, en la luz que sube y baja por la pantalla y que se adueña de esas letras incomprensibles que hablan de antroposofía en catalán, inglés y esperanto)

(pasar desapercibido. imagino una isla verde y fría en el norte, una isla en la que estar solo. me imagino siendo martin, el protagonista de nothing personal, la película de urszula antoniak que vimos en verano. martin hunde las manos en las algas con que fertiliza la tierra, mezclándolas con la turba, sin esperar nada más que unas sábanas blancas y limpias al volver a casa. martin se mira al espejo, se reconoce, martin escanea páginas de una revista, el trabajo es mecánico y posibilita la huida, casi te obliga a ella)

(burbuja, estación espacial, el centro del asterisco y la galaxia. escucho música clásica durante todo el día. una radio pequeña, unos auriculares y un volumen discreto, para poder escuchar si me hablan. a veces suena bach y entonces es precioso. también haendel o schubert o vivaldi o arvo pärt o haydn o el bellísimo john jenkins)