viernes, 30 de agosto de 2013


jueves, 29 de agosto de 2013

(la enfermedad amarga la boca, pienso mientas miro las lágrimas tatuadas en los ojos de coco, la reina punk de los dientes rotos, dime que fuma como greta garbo mientras la chica del chador se sienta para descansar el embarazo, mientras los ruidosos rumanos ensucian el aire que respiran, mientras el óxido empapa la espalda si te apoyas en la baranda antes de dejarte caer una vez más)

miércoles, 28 de agosto de 2013

(la música de arenas movedizas en la escalera de la catedral, la rave de turistas que se fotografían con smartphones y sonrisas clónicas y perfectas, mejillas sonrosadas y protector solar en capas gruesas. la cerveza se convierte en diarreas, el café en sueño, las mujeres sentadas a mi lado en el enemigo a exterminar)
(en ese hombre que pide una moneda para café mientras llovizna, en las manchas de sudor en su camisa, en el orín de sus pantalones arrastrados, en las gafas de montura rosa del artista negro que nos mira sin mirar, en su uniforme de látex carnicero, en cada paso de desfile, en cada alambrada tejida de jirones y condenas en el balcón de los turistas, en las palabras de tania terror desmenuzando las fotografías de la paz del extrarradio, ahí está la muerte de dios y la frontera)
(el árabe del otro extremo lee un corán que cabe en un bolsillo, palabras y labios en silencio mientras las estaciones se suceden y el cielo se encapota. a su lado, una mujer embarazada y delgadísima lee en un kindle disfrazado de libro de verdad, con tapas de tela y primeras páginas de papel, tiene pulseras rosas de cuero y la piel dorada del verano que quiere terminar. a su lado, una latina gordita lee hojas sueltas en una carpeta de plástico con las instrucciones para hacer un perfecto masaje capilar. a su lado, un trozo de carne y grasa suda y se muere de frío mientras se seca la frente con un kleenex)

(el trozo de carne y grasa piensa en la insoportable sensación de que le toquen la cabeza, la espalda, el pecho, las tripas o la polla. piensa también en cuántas semanas le quedan a la chica preñada, dos como mucho, parirá un cerdo enano o un demonio de tasmania. piensa también en las dos maletas del árabe: es gigantesco y todos esos explosivos podrían ser su última oportunidad para escapar)

martes, 27 de agosto de 2013

(sueño que hundo las manos en la cera y en la tierra hasta convertirla en un túmulo funerario donde poder dormir, poder dormir, poder dormir sin despertar)
(el hombre envuelve el libro en una gran toalla azul y lo deja en la arena, se acaricia el vientre tembloroso, camina hasta el agua y se lanza a las olas blancas y grises, desaparece durante unos segundos interminables hasta que emerge un poco más allá y empieza a nadar con brazada lenta, constante, nadar de metrónomo suizo, nadar perfecto de copo de nieve, nadar brillante y anaranjado que se aleja en diagonal hasta desaparecer en la distancia, un poco más allá de las boyas amarillas que marcan el límite del mundo y las rutas de los grandes petroleros y el cielo gris preñado de tormenta y lluvia y infierno de medusas y todas esas canciones que júlia me enseñó y que ahora se ahogan en el suelo de cemento)

domingo, 25 de agosto de 2013


(beber sólo me aleja del punto de partida, convierte las voces en un círculo concéntrico, pedro pons, pedrito pons en un abrazo de sudor y tinta y tornillos en la espalda, la única herencia para sus hijos, piedras que se hunden en el mar y nadie las encuentra)

sábado, 24 de agosto de 2013

(las palabras de ferran ugarte se reblandecen en un cerebro que arde en alcohol como una antorcha que jamás podrá guiarte, defenderte, mi cerebro. los ojos azules inyectados en sangre, los años vividos a toda velocidad, pensar que éramos amigos y ahora sólo somos carne y grasa, vastos silencios de pus)

jueves, 22 de agosto de 2013

(rené clement y yo bebemos café en el bar génesis mientras la cara de michael stipe pintada de azul en la televisión, el cuerpo flaco atrapado en un haz de música inaudible desde aquí, la batería de bill berry, las mesas de madera llenas de quemaduras, los pómulos tensos y sonrosados de rené clement, los dientes de rené clement como de festón sucio, las manos grandes y frías de rené clement, de uñas recortadas con cuidado, la voz y la vida en guerra contra el mundo y uno mismo, sin más testigos que yo, que me quedé a escuchar el miedo de rené clement)

(alejándose en el tiempo a una velocidad indeterminada, el cuerpo desnudo de rené clement con una bolsa de plástico en la cabeza en el sótano de la antigua casa de su padre. alejándose también, en una foto llena de ternura que ilumina su perfil de facebook, la hermana de rené clement besando a su pareja en la mejilla, avanzar es retroceder a estas alturas sin vértigo)
(paco conduce con cuidado por la carretera de santiga, las ventanillas bajadas, un medley de hard rock lleno de caspa en el reproductor de cd, pájaros extraños en la cuneta, las camisetas empapadas de sudor, último jueves de agosto haciendo trabajos de mierda, haciendo que encajen las piezas del puzzle, el sueldo a fin de mes)

miércoles, 21 de agosto de 2013

(el hermano gemelo de stanley tucci es un cerdo frío y viejo vestido del gris de los conductores de autobús, su cuerpo está tranquilo en la cama de la habitación oscura, podría estar durmiendo si no fuera porque pronto empezará a hervir)
(sueño que no sé qué hacer con todas esas personas a las que he matado —un matrimonio de sicarios chinos, un conductor de autobús, hermano gemelo de stanley tucci— y tengo miedo de que alguien me descubra, de que alguien entre en casa con cualquier excusa porque no hay puertas, de que el calor de agosto empiece a pudrir los cuerpos, de que mi madre deje de quererme cuando sepa quién soy en realidad. despierto, son las doce y media de la noche, el reloj parpadea, la casa en silencio, me hundo cada vez más en el colchón porque era tan real)

martes, 20 de agosto de 2013

(las mismas canciones que se repiten aquí y allí, a diez centímetros salvajes sobre el asfalto, derritiéndose con el calor, en los aplausos desbocados, en la culpa que se apunta entre los ojos)

sábado, 17 de agosto de 2013

(llueve sobre la tumba del partisano jacques vergès, sobre los niños ruidosos, las canciones tristes, los labios que nunca se besan)

viernes, 16 de agosto de 2013

(hay casetas bordeando el camino de regreso desde la playa, cruzando el río salado, es fiesta mayor y la música empapa aún más el calor, la ropa, la risa borracha de las chicas a mediodía, bailando en una serpiente de flamenco y purpurina, la piel de los caballos, el tinto de verano hace diez años, recuerdos como pegajosas bolas chinas)

jueves, 15 de agosto de 2013

(las chicas de la mesa contigua discuten con un gatito negro y blanco correteando entre las tazas vacías, ajeno a la tensión que provoca. pienso en criaturas celestiales, de peter jackson: ambas tienen las tetas grandes, las uñas de luto y el mismo tatuaje de charmed en el brazo, los silencios desplomándose encima de mis fantasmas, puños, cepos y gemidos, ahí están otra vez los trozos de carne y grasa, prometiéndose el amor eterno y la carnicería)

(el trozo de carne y grasa ahora gime contra el espejo, dilatándose a cada embestida, sudando mis nombres, la legión)
(en el túnel abandonado que une arc de triomf con las casas baratas del bon pastor se hacinan inmigrantes a los que intentamos cuidar, dar de comer conectándolos a los cables de argón que nacen de las paredes mientras llegan las neveras con carne, con sémola, con botellas de agua que se descongela poco a poco, las mantas de la cruz roja, el resto de voluntarios)
(un trozo de carne y grasa que suda encima de otro trozo, moviéndose torpe, lamiéndose guarradas en las mejillas, en la comisura de los labios, en cada jadeo y cada palabra que se ahoga, el amor es una conversación de teléfono hecha realidad y matadero)

(hay ropa tendida y polvo en el suelo, en todos los rincones del castillo, en los niños que juegan en el foso, en mi cabeza llena de una sola isla y una mujer que alumbra mi terror)

miércoles, 14 de agosto de 2013

(un camino asfaltado que se adentra en el bosque, corremos hacia un sol naranja que estalla en el cielo, la felicidad me hace reír, despertar riendo, pensando en jugar, tristeza un segundo después)

martes, 13 de agosto de 2013

(la hermosa sensación de velocidad sobre el skate —una preciosa madera indian longboard, fabricado por john ketcham justo después del descubrimiento, con ruedas bajas de madera y silicona— mientras desciendo la calle mandri hasta la biblioteca modernista donde trabaja núria, con el suelo de mosaicos de colores brillantes y las estanterías llenas de libros que no encontrarás en ningún lugar del mundo)

(ahora estamos en una terraza, mesas de metal y adolescentes de buena familia que escuchan hardcore, olvido la tabla, regreso corriendo, está rota por la mitad dentro de una papelera, sé que ha sido él —el peor de todos, un animal flaco, de pelo largo y zapatillas caras, con un collar de serpiente, naranja, negro y blanco a intervalos venenosos—, golpea mi garganta con un dedo de cuchillo, empiezo a toser, escupo y despierto con ganas de orinar)

lunes, 12 de agosto de 2013

(nunca nadie como tú, dice el perro con voz de niño, su cuerpo caliente y peludo significa amor y invierno)
(nu nu y ana carbó ahora son antonia y camina desnuda por la comuna de los médicos rumanos, más allá del coll de parpers, lijando tablas de madera con las que fabricará mesas de artesano. miro sus pies y sus uñas pintadas y cómo me mira con ojos borrosos y siento amor y pena, hay niños que corren hacia los columpios y que nunca serán míos y un perro que me abraza fuerte, que llora como una persona, que me habla al oído y siento que me rompo por dentro y despierto llorando)

(antes de eso, júlia al final de la calle, en la casa ocupada de na bastardas, habrá música en directo y paco me espera detrás de la puerta del lavabo. pienso en ella y siento rabia y pena y vuelvo a despertar llorando, otro charco de amor)
(despierto cuando la fiesta del sueño se convierte en un acantilado de tristeza, lunes otra vez, más correos electrónicos, agujeros más profundos, puñetezos cada vez más lentos, cada vez más reales)

domingo, 11 de agosto de 2013

(sueño que escribo en trozos de papel de color rojo y es fluido y me siento bien, como si hubiera llegado el momento de empezar otra vez, despierto y olvido, aún no estoy preparado, necesito cuarenta años más)
(despierto, vomito, escupo, me quejo, respiro como si descarrilase, si me lavo la cara y bebo agua y vuelvo a vomitar quizás pueda dormir un rato más, el pecho lleno de peces, culpa y enebro)

viernes, 9 de agosto de 2013

(una nube con forma de dragón o de nessie naciendo del bosque más allá de la carretera, bebiendo de otras nubes, deshaciéndose a nuestro paso)

jueves, 8 de agosto de 2013

(voy a perder la guerra, voy a ser el esclavo que se apaga en las cunetas, en los días de agosto, en las alternativas a la fina lluvia que gime en mi espalda, a las noches sin dormir, buscando un trago más de aire, a los cuerpos calientes que discuten, a las noticias que queman la pantalla, a la saliva que cae lentamente en mi polla, electrocutándome al cerrar el círculo)

martes, 6 de agosto de 2013

(imagino a mi madre caminando por la carretera que cruza el desierto, con el calor quemándole los cien años de tristeza que jamás podré limpiar, ahora toco su cabeza, su espalda, sus manos suaves, siento que fui veneno y ahora es demasiado tarde)
(hay algo en el codo izquierdo que no funciona, no deja lanzar a canasta, una molestia al extender el brazo, como de mina antipersona creciendo entre tendones, una suerte de animal antediluviano o torturador chileno o alienígena de roswell, un agujero negro que amenaza con hacer desaparecer el aire caliente y todas las lluvias que vendrán. así, el calor me hierve la cabeza y me deja fantasear con unos últimos días acarreando una bombona de oxígeno, respirando como darth vader, con los pies sucios y rodeado de chiquillos con la boca llena de preguntas insolentes, más cerca de buck grotoswki que del viejo de los alpes. o con una silla de ruedas, cagándome encima mientras me consumo en babas y amor)

lunes, 5 de agosto de 2013

(el teatro estará lleno para ver a la monja forcades, así que esperamos en un bar cercano, una calle estrecha, sillas junto a la pared, caras y cuerpos conocidos, tengo que salir de allí y llevarme a esa chica antes de que alguien le haga daño, es por mi culpa que el peligro)

(despierto con la última imagen de marcel·lí canet en la penumbra de la estación de montcada bifurcació, son las seis de la mañana, el primer tren del invierno antes de desaparecer)

domingo, 4 de agosto de 2013

(abro la puerta de metal pintado de rojo y un hombre de espaldas que arrastra una bolsa de plástico gris, la misma bolsa de cadáveres que en las películas de terror, un paso más y despierto porque le puedo tocar: la playa está llena de monstruos que aúllan tristes)

sábado, 3 de agosto de 2013

(el granizo cae pesadamente en el patio, fino al principio, gigante al final, grandes yunques de hielo que se estrellan a cámara lenta en el suelo, estallando en fuentes que los niños miran sorprendidos, protegidos por los balcones grises, azahara se acaricia el vientre, el último día de embarazo y la antártida cae sobre nosotros y los chicos senegaleses que esperan la llegada de las naves jugando al ajedrez)
(sueño que mi hermano y yo nos acariciamos, que estoy borracho y me como todas las pastillas de esa caja, kline and adso medical industries, medicinas para viejos, alzheimer y gripe a partes iguales en la ruta de asilos hasta la frontera, la visitadora médica me mira y me pregunta y no tengo miedo a la respuesta, un torrente de palabras sin dique, sin sentido)

(sueño con schöenberg y el amor de su vida, una estudiante belga, construyo su relación a través de las imágenes en un documental, de las notas esparcidas sobre la tarima del teatro curvo, de la perfección en el planchado de sus camisas, de su vida en la ciudad de neón)

jueves, 1 de agosto de 2013

(costa sin mar me abre en canal y fotografía mis vísceras, lee el futuro ahí, en el charco de sangre y tripas y mierda que late, junto a daehyun kim, xiaoxiao, franz falckenhaus, joan cornellà y giovanni collazos, todo es oscuro y está lejos)
(la mujer transparente se llama natalia y es una princesa rusa tan antigua como el tiempo, una princesa que escribe una sola letra T en la libreta azul que olvidaron los ingenieros antes de acabar el túnel hasta el parque, despierto desorientado, con diarreas, bah)

(la comparecencia de mariano rajoy brey ante el congreso me convence —aún más— de la necesidad de socializar el dolor, amén)
(la mujer china es pequeña, con la cabeza grande y cuadrada, las piernas fuertes, bonitas, musculosas, piernas de gimnasta que recoge las mesas, limpia los cristales, se esfuerza en sonreír. el calor es asfixiante: uno de los árabes de la primera mesa ha derramado un poco de café con leche y lo recoge con un nudo de servilletas, la chica en uniforme de trabajo juega con uno de los dos móviles de carcasa blanca que acaba de sacar del bolso, yo bebo café con hielo mientras espero que sean las once y media y aparezca tania terror como por arte de magia)

(la mujer china saluda antes de saltar, las manos y los muslos blancos de magnesia, dos pequeños saltos, corre deprisa hasta el plinto, su cuerpo se eleva hasta el cielo sobre el potro, describe giros imposibles en el aire, cae, se clava en el tartán, saluda, sonríe, la gran esperanza de la juventud roja cuenta las monedas para no equivocarse en el cambio mientras el calor derrite la calle y el ventilador, por un momento entiendo que ella me lee el pensamiento, entonces siento vergüenza)
(mi sexo se desploma sobre el vientre como una secuoya temblorosa, nieve y oro, el amor a oscuras y los viajes en el tiempo)