domingo, 24 de mayo de 2015

(hablamos un eco blando de celos y niños y constelaciones, de perros enfermos y madres satisfechas, de carreteras que se pierden en desiertos de sal y montañas mágicas, del amor verdadero como un muro, pero la lengua alemana que estudiamos aquí no se parece ni recuerda a cualquier otra lengua viva: cada palabra llena nuestra boca de insectos ácidos y heridas, todo, todo era mentira)

viernes, 22 de mayo de 2015

(el incendio me despierta: son las tres de la mañana y las llamas a través del ventanal revelan sus rostros, sus cuerpos atrapados en el sótano, la respiración a socavones, la mierda resbalando por sus piernas por los siglos de los siglos, amén)
(arden los libros antiguos, las plegarias y los ciervos de astas doradas, los demonios que duermen enroscados como hongos en los troncos vacíos de los árboles, arde también el bosque negro que rodea esta casa y la de enfrente, en el llano: las paredes sucias de sangre seca a intervalos regulares, las lágrimas de los monjes camino del martirio)

lunes, 18 de mayo de 2015


sábado, 16 de mayo de 2015

(las grietas en la tierra y el morro ensangrentado de las ovejas atrapado en una fotografía de hace diez años o más. el amor —cualquier amor— se abre paso a través del archipiélago de intestinos y latidos: la estructura ósea de todas esas personas que se abrazan o me tocan, ángeles que cuelgan como ahorcados de nuestras mejores conversaciones)
(me masturbo mientras un hongo nuclear vaporiza cien mil cuerpos en la pantalla de televisión. la mancha de semen en mi camiseta es un niño de diez años con fiebre en el día de su cumpleaños, un niño que cierra los ojos y levanta el brazo derecho mientras imita a su padre, un monstruo con el vientre lleno de muertos en una guerra lejana. horas más tarde, mientras el incendiario david fernández camina en silencio entre un desierto de sillas metálicas y bocas hambrientas, volveré a estallar, esta vez sobre los diminutos ríos turquesa que inflaman las piernas de una mujer justa)

martes, 12 de mayo de 2015


(a las tres de la mañana, cuando se retiran las olas, sólo quedan piscinas vacías y cuerpos durmiendo en ellas, como si no fueran a despertar jamás)

sábado, 9 de mayo de 2015


(la opacidad en el hígado no deja lugar a dudas: una casa en el lago, dos niños maravillosos, una mujer a quien amar, un bosque sin miedos, un tumor inexplicable desbordándolo todo)
(por una sevilla distorsionada en la que los muros antiguos se convierten en túneles y osarios, el fantasma de lourdes se me revela como una mancha en la piel que crece y aúlla, rompiendo la luz que entra por la ventana entreabierta durante dos horas que son eternas, mientras sus padres y sus hermanos y toda la gente que quiere muere en sucesivos accidentes de avión)

domingo, 3 de mayo de 2015

(capitanes que muerden imperdibles dorados, el anzuelo: antes de que se entumezca y pierda valor, abrimos la carne roja y áspera con las manos en el suelo de la dársena, manos y cuchillos oxidados en el lomo. perros sin dueño se pelean, gruñen, ladran, muerden por el charco de tripas aún brillantes. el sudor moja nuestras camisas, oscurece esta vieja ropa de reyes. levantamos los brazos en señal de triunfo mientras corremos hasta las vallas que nos separan de la fiesta, de la gente que se besa y felicita después del combate y la victoria)

viernes, 1 de mayo de 2015

(a millones de kilómetros de aquí, la cuerda se tensa entre el cristal de las vértebras: la mujer joven llora, preguntándome por qué con los puños blancos de dolor; yo, a su lado, encadeno mentiras y silencios hasta que despierto, con las tripas llenas de culpa y orín; la boca, de gusanos rojos que trepan despacio hacia la luz del cielo)