domingo, 24 de mayo de 2015

(hablamos un eco blando de celos y niños y constelaciones, de perros enfermos y madres satisfechas, de carreteras que se pierden en desiertos de sal y montañas mágicas, del amor verdadero como un muro, pero la lengua alemana que estudiamos aquí no se parece ni recuerda a cualquier otra lengua viva: cada palabra llena nuestra boca de insectos ácidos y heridas, todo, todo era mentira)