martes, 31 de julio de 2007

es verano y a veces el cielo se queda mudo y gris y el aire se enfría. todo lo que sucede a nuestro alrededor deja de tener sentido. la gente sigue muriendo —da igual que seas un turista argentino en estado de embriaguez o un director de cine aclamado por tu modernidad— y un dolor pequeño y metálico viene a acariciarme los deditos, recordándome todas las cosas que hago mal

a veces querría borrar mi nombre de las bocas de la gente

ana desde londres. un sms, dos. las compras, la música, los museos, las risas, los mojitos, las cervezas ocupan todo el tiempo. es imposible dejar de sentir de un día para otro. mi teléfono ya no puede recibir más mensajes, así que elimino todos los que se guardan en la memoria. borrar todos es la opción correcta. es como olvidar un poquito. es un teléfono antiguo, un nokia con poca memoria. y las palabras que estaban guardadas eran fuegos en el cielo de varias personas, varios nombres: lourdes, juank, ana, jose y raquel

la gente que uno quiere tiene palabras como cometas, palabras de órbitas perfectas, incandescentes, palabras lejanas que se acercan y se vuelven a alejar. palabras que adoro, que indican los solsticios y el ritmo de los mares y los vientos

no sé describir lo que siento en el corazón. un puto nudo de mierda, de esos que nunca son los suficientemente fuertes como para aguantar mi peso y sí demasiado intrincados como para ser deshechos. puedo intentarlo, pero vivo en la tierra de nadie y allí no hay ni sorpresas ni salida

y sí ciudades fantasma

sobre las que gravito
cantan los men at work. ciertamente es una ironía, sí

cada vez sé menos cortarme las uñas. me hago heridas que sangran como coños. quizás sea una patología extraña, no sentir el dolor del metal cuando apretas y clic y corta y

una negación más de la realidad que doblo con cuidado y guardo para la colección
se mezcla todo. el ventilador a media potencia, la pantalla de mierda, el sudor que me corre por la espalda, la música de esa emisora francesa con éxitos de los ochenta, los correos de juank, de rafa y de mònica, el trabajo pendiente, los colores siempre iguales, las tipografías siempre iguales, los tamaños siempre iguales, la necesidad de que suceda algo, las ganas de decirle a ana que la quiero, las de vivir sin polla, las de romper el teléfono, el sonido dinosaurio de la destructora de documentos, los lápices sin punta, los cajones vacíos, las heridas en los dedos

a ver cómo salgo de ésta

lunes, 30 de julio de 2007

es verano y bergman ha muerto en una isla. a miles de kilómetros, un surcoreano es asesinado en un afganistán polvoriento. los principales periódicos reflejan ambas noticias, irrelevantes en lo que toca al futuro de este lunes. a miles de kilómetros, unos amigos beben cerveza en el bar de jacobo, esperando mansamente las vacaciones, esperando como se espera un paredón o una noche más. a mil kilómetros, llueve en galicia, frente a playas inmensas y frías, y a dos mil, en londres, hay gente hablando deprisa tratando de olvidarlo todo de golpe

un trayecto entre seven sisters y holborn con los ojos en lágrimas, en llamas
esta mañana he estado en un centro médico de montcada i reixac haciéndome una revisión para un seguro de vida. los bancos se aseguran de que no te mueras de cualquier manera. pon el brazo así, apreta el puño, en esta vena estará mejor, es más fácil de encontrar. será una analítica completa, vih incluido. quítate las bambas y ponte recto, que te mida y que te pese. orina en este botecito, la primera gota no, con un dedo tengo suficiente. relléname estas preguntas con letra un poco clara (las de mi padre las dejé sin contestar). pasa a las sala de espera. ahora te llamará la doctora. me mira, me toca, me hipnotiza. no tiene anillo de casada, el culo plano y las tetas grandes

treinta y ocho minutos después, me cuelo en el tren para volver a casa. es sólo una estación, algo que dios entendería fácilmente

todos mis actos malos, mis defectos

domingo, 29 de julio de 2007

no hice nada. dormí, sudé, me pajeé, volví a dormir y bostecé. le puse el nombre de domingo, el día del sol

en el fondo, quería estar bien, pero no me salía demasiado

(las pelotas de colores se me chocan en el aire. las llamas se me ahogan en la boca. el cable entre edificios altos se rompe con sólo mirarlo. mierda de chiquillo equilibrista)
con ruth y dana en la barra del bar. en la terraza, películas de terror, braindead y la matanza de texas. sesión doble para una noche en la que tino está cansado, nosotros tontos y el bar vacío. sillas incómodas en las que te acaba doliendo la espalda. un rafa con perro y toda la farlopa del mundo en el bolsillo. les diciendo que no y el otro insistiendo y no y no. hoy sé que confío en él, les de manos sudadas y tan alto y tan flaco que es una persona alambre

alguien a quien querer mucho, tan tonto como yo

sábado, 28 de julio de 2007

todas las cajeras de supermercado son iguales. todas nuestras compras son iguales. un pack de veinticuatro latas de cocacola, una botella de pacharán, un paquete de chicharrones, una tarrina grande de helado de chocolate. setenta por ciento, dice el envoltorio

parecemos dos maricas de dieta enfermiza

(salimos al mediodía a comprar las cosas imprescindibles. no hay nadie en la calle, ni nosotros)

juank y yo
te veo bien, dice ella. y sonríe mientras nos abrazamos. me enseña sus tatuajes nuevos, hablamos de cortázar. me alegra verte, digo sonriendo. no encontré ninguna de las dos rayuelas que tengo, así que le compré en el fnac una edición de salvo el crepúsculo. es el libro que más me gusta de cortázar, si exceptúo la prosa del observatorio, pero ése no se lo dejaría a nadie

sería como regalar los cielos de jaipur a alguien que no conoces de nada. un trozo de tu corazón

compré para mí los vagabundos de la cosecha, de steinbeck. hablamos un ratito de trivialidades y quedamos en vernos el jueves para comer. con el enano. me gustará que sea en el bar donde estuvimos tomando una cerveza el primer día. será una manera de cerrar el círculo. odio los círculos abiertos. en este caso sí

después, metro y transbordo. me gusta la chica alta que está delante de mí, con su rostro levemente andrógino. comida en casa de juank y marina. ruido encima de la mesa. alcohol y café y humo y aire acondicionado. daniel y edurne y rafa y kadri. polaroids sonriendo en parejas, en tríos, y un montón de vasos sucios

un sábado tranquilo, de no querer pensar, pensarte ni pensarnos. equilibristas y magos y helado de chocolate a cucharaditas chicas
al volver a casa, chicos que hablan en las esquinas. los bares abiertos aún, el calor y las voces. antes de eso, fuegos artificiales en el pueblo de al lado. cohetes sencillos que estallan en diminutos crisantemos de colores. david fuma costo y bebemos agua y vino y cerveza, comemos cerezas frías y dulces, de la nevera. hablamos de esa chica que trabaja con núria, de religión, de política, de relaciones, de playa, de ordesa, de y de. saltamos de un tema a otro y no tenemos prisa por nada. el tercer piso, puerta uno, es la cima del mundo. recogemos la mesa con cuidado. núria duerme y los chiquillos también. nos abrazamos. su pecho es grande, de oso, acogedor. pincha cuando nos besamos en las mejillas. me encanta esa sensación

cruzo el parque, las calles sin coches. recuerdo una foto de las que tienen en el salón. tres niños que ríen. sus madres son amigas desde que eran pequeñas. sus parejas han llegado a ser amigos. marchan juntos de vacaciones. salen los fines de semana a casas donde nunca hace frío. la foto, en blanco y negro, se limita a reproducir el lazo invisible que ellos tres seguirán reproduciendo sin saber por qué. ríen y yo me doy prisa porque el semáforo está en rojo y a lo lejos

viernes, 27 de julio de 2007

viernes. hoy mi jefe ha empezado sus vacaciones. el trabajo se acumula encima de mi mesa en sobres transparentes y carpetas rojas, con toda la semana que viene programada. en grecia hace un calor que hace arder siglos de bosques y el adriático es un remanso de paz azul y blanca. y yo en medio del mar, con una ampolla en el dedo anular del pie derecho

hemos comido juntos. hace mil años que no veía a ruth y me asombra ver cómo le brillan los ojos, la sonrisa. una camiseta a rayas y una falda de skunkfunk. fritanga en cualquier bar cerca de casa y cerveza que se calienta rápido en copas anchas. no hay nadie más en esa terraza y la luz es naranja. más allá, chicas de pies sucísimos que fuman. en la plaza dura, obreros que trabajan poniendo vallas, moviéndolas, sumamente hormigas. aprovechamos para sincerarnos en mil cosas y me siento bien, a pesar de

cenaré con david, su hermano. tanta actividad me sorprende. me gusta cómo se ve el mundo desde la ventana de su comedor. allí todo parece una película en cinemascope. los niños se habrán ido a dormir temprano y él fumará un montón de hierba. y de beber, vino rosado y música de otros años

y mañana, un ratito de sandra. darle uno de los dos ejemplares de rayuela que tengo. rayuela es un libro que me gusta y me infla a partes iguales. ella estará en la tienda y eso es muy poco laberinto y mucho laberinto al mismo tiempo. un beso, un abrazo, colección de preguntas típicas y quizás nos veamos un día de éstos, comer a las cuatro de la tarde, cuando salga. ni qué decir tiene que esa partida de rayuela está perdida

menos mal que tengo otra

y después, badalona. la muchachada estará en la playa, esperando para comer cualquier cosa que se haga sin pensarla demasiado. tarde de terraza, de sol, de música por la ventana, de vamos a hablar de todo y en voz muy alta. alrededor de la mesa estaremos una buena colección de nombres. es la última comida con rafa. después, él se va a estonia

estonia es un sitio frío para vivir. con mucha gente rubia como su novia. quizás ellos hablen más que ella. es sólo una suposición

y creo que volveré a casa. supongo que no tendré la cabeza para muchas cosas. me acabo de hacer una paja. es mi manera de enfadarme con el mundo. también he hablado con ana, fruto de una cadena de actuaciones desafortunadas que siempre consigo poner en marcha yo. ella se ha quedado triste, en el aeropuerto, una hora antes de volar a londres para empezar sus vacaciones. yo en el sillón ergonómico y en el mac blanco en el que escribo. la boca me sabe a café aguado

después, me he puesto a mirar fotos cerdas. siempre elijo mamadas, quizás porque las mamadas de verdad me dan asco

creo que necesito una ducha, sí, pero por dentro

jueves, 26 de julio de 2007

he salido esta tarde un ratito. cosas de trabajo, de ese trabajo que voy haciendo por mi cuenta para sacar más dinero a final de mes. la gente en la calle parece una gigantesca coreografía de animales sonrientes, de animales preocupados, de animales que fingen cosas importantes y se besan mirando escaparates, con bolsas de la compra. todo con un cielo azul de fondo, con aire caliente y coches que esquivar en calles sucias y estrechas, con rumba a todo volumen desde un ibiza rojo

hablamos de adhesivos, de materiales y precios. hace calor en el taller de jordi y no sirven de nada todos los ventiladores del mundo. guardo el papel con el total en el bolsillo del pantalón y quedamos en algo inconcreto la semana que viene

hablé con ana esta tarde. me sentí ridículo y con un dolor en el pecho como un campo de fútbol. pedir perdón por llamar, no volverá a suceder. tengo miedo, un miedo inconcreto a que ya nunca esté

saco a la gente de mi vida y después me arrepiento. o la saco y en el fondo no quiero. o no la saco y tampoco quiero o sí quiero o yo qué sé. nada ordenado dentro de la cabeza. todo por construir, por derrumbar

pensé que quizás hacerme una paja sería una manera de empezar a olvidar. llenar la cabeza de fantasías guarras para sacar del corazón a las personas que son realmente importantes. ni qué decir tiene que no he sido capaz. estoy muerto entre el cuello y las rodillas

el día menos pensado me meteré en la cama con alguien, con alguna de esas mujeres que voy encontrando en mi camino y que no dejan de ser personas que olvidaré más tarde o más temprano. personas que me olvidarán también, sin dramatismos de ningún tipo. ese día lo habré enterrado todo

ese día será una historia diferente

como llegar a casa y quitarme los zapatos y escuchar a bobbie gentry hasta que se haga de noche

de un invierno, por ejemplo
azúcar en el té de madrugada. yo como un animal en la jaula, jadeando, ardiendo sin arder. barrotes entre el mundo y la respiración ahogada. mi piel es suave. eso me dijeron una vez o más, al principio de todo

fuera, el mundo libre, la gente y los tranvías, las ciudades ahora
sentados en el sofá, bebemos cerveza de lata. nos miramos. ella está nerviosa todavía. yo acaricio sus pies perfectos, sus uñas de rojo sangre

ella no lo sabe, pero tanta ternura hoy me rompe por dentro

corazones que estallan semanas después

miércoles, 25 de julio de 2007

puede llegar un momento en que suceda. apenas me habré dado cuenta, pero el mecanismo del mundo habrá dejado de funcionar y las relaciones se habrán agotado, muriendo de inanición, de cansancio

muchas veces siento que el silencio que suele acompañarme es capaz de ahogarlo todo. es que lo pinta todo de gris

y no sé qué hacer con el miedo

porque sabe nadar y sabe pintar
días sin deseo. ana se ha ido o me he ido yo o nos hemos ido los dos. el deseo se enredó en sus tobillos y la eligió a ella

creo que me noto un agujero en el pecho

en la garganta, en la polla, en las manos. en lo profundo de los ojos, también allí
es como un laberinto. todas las conversaciones empiezan con vacaciones, los pasillos siguen con vacaciones, el final del túnel es vacaciones. quién, cómo, dónde y cuándo, todo un pozo inmenso donde un animalito pequeño se ahoga porque no sabe nadar, vacaciones también

estoy harto antes de empezar

silencio, un silencio enorme. hoy he compartido la tarde con juank y con marina. también con más gente. nos quejamos de los tangos, nos reímos de y con, dejamos y hablamos y bebemos y cenamos y un montón de verbos más que ahora no sabría listar

si pienso en sus besos, me estremezco hasta temblar

si pienso en los tuyos, me muero por dentro
el médico me mira con severidad, frío detrás de sus ojos azules. no he seguido el tratamiento, la enfermedad remitirá sola, exactamente igual que la última vez, asumo toda responsabilidad en el caso de que suceda cualquier cosa, etcétera. llevo mi discurso preparado. se queda con una fotocopia del resultado de las biopsias para que nadie le pueda buscar las cosquillas. me habla del megacolon tóxico, una posible consecuencia en el caso de que la enfermedad se agrave. las enfermeras, la de siempre y una que se ha acercado a escuchar, me miran. no puedo saber qué piensan. me da igual. todo me da igual. recojo mis papeles y les deseo a todos unas felices vacaciones

al salir del edificio me siento extrañamente contento. tengo la cabeza en otro lugar y el otro lugar en tierra de nadie

martes, 24 de julio de 2007

lo peor de todo es cuando sólo nos queda una foto que se irá desvaneciendo hasta desaparecer entre tus dedos
lo peor de todo es que en esos momentos no sé qué decir, me quedo callado, casi como si una mano invisible me hubiera desconectado. por los huequitos de la conversación que ya no es, noto como se cuelan polillas, con su temblor negro y terciopelo. cómo poco a poco me van llenando la cara, van entrando en la boca, ven llenándome el alma, van haciendo de mí alguien que no conozco, que no quiero ni para mí ni para otros

las polillas se comen las palabras de amor. y todo el mundo sabe el miedo que tengo a las polillas

siempre pasan en la última conversación. es entonces que no sirve de nada lo que he visto antes, porque ellas han llegado y son voraces

las lágrimas en la lluvia. las fotos de los besos

las sábanas. todo
soñé que estaba borracho en el trabajo, que salía tarde, a medianoche, con exigentes clientes mejicanos que no saben lo que quieren, con campos de prisioneros al final de la calle, con hembras animales de coños de babas y sangre

despertar ha sido un alivio
me encuentro mucho más cansado de lo que he estado en los últimos meses. no siento motivación prácticamente por nada. me vacío emocionalmente cada vez que tengo que desnudar mis sentimientos, algo a lo que me veo obligado a menudo. y ahora hay pocas cosas que me llenen, muy pocas. y todas, absolutamente todas, son incondicionales. nada que ver con las conversaciones tortuosas, con las citas sucias, con las palabras que se buscan en relaciones cada vez más tristes y virtuales

nada que ver con follar con o con

hoy necesito respirar aire puro

hoy buenos días

lunes, 23 de julio de 2007

el día torcido. por la tarde he dormido mucho rato, me han mordido mosquitos en el trabajo, he mendigado amor y he tenido silencios

un lunes asimétrico, disfuncional, mierdoso
esta tarde ha venido isa a casa. hemos hablado de un montón de cosas y nos hemos abrazado al principio y al final. su piel dorada y sus sandalias blancas y sus ojos verdes y su manera de querer incondicional mientras juega con betty, que se deja jugar

ahora ella no está. y es feliz al no estar. puedo recordar un montón de veces que le mentí mientras salíamos juntos. mentiras por todo. puedo pensar en todas las veces que he mentido a la gente que amo y amaba, ya sean amigos o amantes. siento un asco infinito por lo que soy

mañana me dan las biopsias. te imaginas?

domingo, 22 de julio de 2007

un día tirado a la basura. un montón de horas en la pantalla, escribiendo y borrándome, mirando tetas y pollas. domingo de tortilla de patatas y gris en las nubes. de tomates rojos y zumo de limón. de dormir a deshoras, de hablar un ratito con ana, de estar triste, de enmudecer y despedirnos. día de pantalón corto y frío en la cama. de no pajearme, de no recordar
el motivo de mis pajas. yessica no mira nunca a la cámara, restringe los horarios, se relame, acota las visitas, las edades. yessica no se llama yessica pero eso da lo mismo. no seré yo quien quiera saber cómo se llama yessica, cómo la llama su madre cuando se cuelga del teléfono esas noches tristes, o su padre en el trabajo. yessica cuando se cansa delante de su ex. yessica con tatuajes arcoiris dibujando sus tetas y su espalda y yo atrapando el pez, dejándolo brillar y sacudirse en la camiseta azul marino, calmándose un poquito

todas las llamas blancas, el domingo todo el día, los sueños como mares

cómo son de horribles las cosas que me hablan al oído
amplío. es fácil convertir lo que no es en algo que sí. la necesidad de tener nos hace ver vírgenes en las manos de cualquiera, estigmas, pedacitos, mosaicos. todo esperando que alguien (tú o yo) le cosa palabras en los bordes

le meta un te quiero en el dobladillo
pronto se hará de día. después de mucho intentarlo, he conseguido hacerme una paja como dios manda. me gustaría estar borracho, borracho de solemnidad, pero no. unas cervezas compartidas y palabras tranquilas, besos preñados de ternura y canciones que a todos nos suenan, ése es el resumen de la noche

después, me puse a buscar trocitos de coño en internet. patético

antes, me enamoré mil veces de jose. ella nunca pide, ella todo da. y nos miramos y preguntamos

mis muertos

sábado, 21 de julio de 2007

unas adidas negras, una camisa de cuadros, un libro de steinbeck. también las colas al pagar, las calles, los bares, la gente de siempre. también el calor denso en el interior de la estación, las chicas que salen los sábados, los maricas tristes que hablan alto y se quejan por todo. también sandra y su beso, su cumpleaños, su manera ruidosa de mirar

también ana, llenando el aire de lágrimas y borbotones
me duele colgarle el teléfono a alguien. me duele que todo gire de esta manera desordenada alrededor de silencios como agujeros negros. cuando ya no hay nada de qué hablar, todo se convierte en nada

su último sms es de una belleza patética. te amo, pero así no

la respuesta de uno
las conversaciones con ana se hacen difíciles. pasamos de estar bien a estar fatal y de estar fatal a estar peor. no existen pausas en el corazón de ana y yo necesito una tregua, sólo una

es fácil convertir el amor en un basurero

viernes, 20 de julio de 2007

núria y vicente cenan en una de las mesas de dentro. me siento con ellos y con david f. una cerveza sin alcohol, hablar de política, que ella ha aprobado las oposiciones, que él ha acabado la carrera, que se ha sacado el carnet de conducir. hablar con les y con tino de cómo quedamos mañana. instrucciones para comprarle un regalo al señor linares. unas zapatillas deportivas, que las suyas ya no sirven para nada

los amigos de uno

alba crece en mi mano como un colibrí. me encanta abrazarla y besarla en las mejillas. fuma y observa y sonríe y en septiembre vivirá en barcelona. un bonito piso a compartir en passeig sant joan. desde su habitación con pequeño balcón se ve la sagrada família y yo no sé qué más decir porque, realmente, lo único que querría en ese momento es verla crecer en mis manos, así, como los colibríes que tiemblan

la gente que quiere uno

y jose me besa con cuidado y su abrazo es perfecto y me encantan sus ojitos con sueño y no echarla de menos más que en momentos de esos que están separados por seiscientos kilómetros. ha venido de madrid, no sé hasta cuándo estará pero quedamos en llamarnos mañana. me apetece verla, quererla, quererla mucho, sentir como estalla esa chica coche bomba a mi lado

ser todos los daños colaterales
me hago una paja. me corro con tristeza. pienso en ducharme. me miro la polla y aún está temblorosa, tanto como un pez. me gusta estar solo y así es como más lo consigo
quizás antes eran invisibles y ahora no, no lo sé, pero sucede que, cada vez más, me encuentro con gente de esa que conocí en alguna de mis vidas anteriores. gente sin apenas nombre y sin historia con la que te emborrachas una noche sí y otra también y a veces hablas de nada concreto. gente que está transparente de tan flaca, que ha perdido los dientes, que camina lento, casi como si fuera a desmontarse, a descoserse. gente que amarillea cuando te saluda con un hola, con qué hay, con qué tal, con un gesto de los ojos o de la cabeza, de los labios, a veces del brazo. gente que a veces finge no verte y cruza las calles por cualquier lado sólo para seguir escondiéndose del mundo

temo seguir así, acabar así, empezar así

jueves, 19 de julio de 2007

he estado con daniel esta tarde. hemos ido a cambiar el casco que le regalamos para su cumpleaños hace un par de semanas. una tienda enorme en la calle rosselló. cola de gente para que nos atiendan y, allí, entre esa pareja de chicos pelirrojos y la morena alta de traje chaqueta y culo tatuado, fernando, mil años después. frases y sonrisas que no sirven para nada. cuánto tiempo, qué haces, qué te cuentas, dónde estás. manresa, ripollet, gràcia. un largo etcétera de miradas que se huyen

fuimos amigos, o muy conocidos, o simpatizamos, o no sé cómo era, pero era, aunque de eso hace mucho tiempo. después él se folló a mi novia durante mucho tiempo, le rompió el corazón y yo empecé a sentir un asco físico por su presencia. supongo que el mismo asco físico que pueden sentir otras personas al saber que yo me he follado a sus novias o a las novias de sus amigos o a sus madres o sus abuelas o yo qué sé. el caso es que allí estábamos los tres, daniel con el casco amarillo en la caja de bultaco, yo con los pantalones caídos y fernando con su sonrisa y su pasión incendiaria por las cosas

y en la puerta, una derbi impala, la suya, y saber que ojalá no nos volvamos a encontrar

que ya no hay fiestas
tengo la cabeza a punto de estallar. discutir por todo, por cada palabra dicha, por cada silencio, por cada palabra callada. minutos horriblemente mudos. interferencias en los latidos del corazón. sensación de hartazgo

llama ana desde la puerta del parking. los pasos de sus zapatos marcan el ritmo de la conversación, de mi desgana
cumplo con mi trabajo, con los saludos a la gente que conozco por la calle, con el calor y los libros que tengo por leer. cumplo con tener las horas ocupadas, con las cosas por costumbre. cumplo con las palabras que no sirven, las ventanas abiertas y las puertas

cumplo contigo, cumplo con
hay gente que come el chocolate dejando que se deshaga en la boca, inundándose de un amor dulce y cálido, disfrutando de ello. eso te dibuja colores y sonrisas en las mejillas. creo que comer el chocolate así es algo de lo que no soy capaz

pero esto es sólo un síntoma. la enfermedad va por otro lado, late y respira allí detrás

miércoles, 18 de julio de 2007

he dejado grabándose los dos capítulos de héroes. antes he mantenido varias conversaciones telefónicas. muchas veces creo que es mi medio natural, el teléfono. no me exige más que estar un poquito, hacer que sí con un sonido que es como un suspiro o un ruido en la boca, y reflexionar de vez en cuando sobre lo complejo de las cosas. las conversaciones no se repiten, pero sí se asemejan con violencia. a veces, con un silencio es bastante

hay gente con la que hablar es añadir piedras a un gran muro circular
firmé esta mañana. en la calle hacía calor, más que otros días. el notario bromeaba acerca de lo mal que aparca. a mi izquierda, el director de la oficina bancaria sonríe algunos chistes. a mi derecha, el vendedor, representado por poderes en la figura de un señor con bigote blanco que tartamudea y habla de sus tres hijos. yo llevo una converse de color rosa y hablo poco. bromas sobre lo bien que me vendrá un piso de propiedad para encontrar novia. sí, en eso estaba pensando. bromas también sobre los hippies forrados de dinero que viven en ibiza. anécdotas de juventud de las que me abstraigo pensando en un gran vacío blanco y blando

todo queda saldado en cuarenta y cinco minutos. firmas, papeleo y cuarenta años como cuarenta puñaladas. cuarenta años sin las soluciones mágicas de la gente, sin conejitos preñados de billetes en chisteras tristes

martes, 17 de julio de 2007

me entristece que me echen de menos, que me digan que me echan de menos. me he pasado la vida añorando y ahora esas palabras me pesan como losas en la espalda. la vida mirando a través de los ojos de alguien que no está, andando a pasitos cortos, explicándole en silencio todo lo que veo, lo que siento, ocultando mis tristezas, mis miserias, mis patéticas infidelidades, pintándolo todo de colores para sentir una sonrisa al otro lado del teléfono, en una carta con una flor pintada en el remite

al mismo tiempo, sé que esas mismas palabras me hacen seguir existiendo. si nadie me echara de menos, si yo mismo no añorase, me diluiría en el aire que jadea el único monstruo, la rutina
mañana firmo la hipoteca. notario, vendedor, comprador, el del banco, las pocas ganas. la sensación de que es una cárcel, de que es un engaño. cabeza que da vueltas todo el tiempo pensando en cómo conseguir más dinero, en si podré con todo, en si estaré haciendo lo correcto, en si seré feliz

un terror grande

hoy es día antes de firmar la hipoteca. como algo de queso por primera vez en muchos días. ana me llama desde la tienda a la que ha tenido que viajar para ultimar detalles. tengo la cabeza del revés y en otro sitio. me corro sin apenas placer

me gustaría poder salir un momento, alejarme y ver que todo tiene sentido

ver cómo, allá abajo, barcos imaginarios en la bahía y un mundo azul en las antípodas

lunes, 16 de julio de 2007

el summercase fue una gusanada a la que juank no volverá. separados por un montón de mar, desde su primer día de vacaciones en formentera, una llamada de teléfono nos une a las siete y media de la tarde. momento de ducha y cerveza en la terraza, de ver atardecer, de dejarse acariciar, de quererse mucho, mucho

nubes que cruzan áfrica desde el atlántico hasta arabia
el corazón se estremece. siempre está lleno de gente, de túneles en los que habitan recuerdos y se esconden sueños como demonios pequeñitos

hay grúas clavadas que construyen otras vidas, cielos cansados que estallan una y otra vez

con el corazón así de oxidado es difícil dar pasos, acá o allá
no entiendo cómo puede haber personas a las que les gusten los lunes

el dolor esta noche era constante. un dolor de esos que no te deja estar tumbado en el costado izquierdo. me siento mejor que en días anteriores. he dejado de cagar sangre y eso es motivo de alegría. como poco y sano y apenas pierdo peso. me siento bien sin tomar la medicación, imurel y prednisona

avanzo haciendo equilibrios entre edificios altos
juego con víctor. víctor es el hijo de mi hermano. me mira con sus ojos oscuros y enormes mientras intento hacerle sonreír. un sonajero de un montón de colores, una camiseta a rayas, unos pañales de esos caros, una cuna de madera

él tiene cuatro meses y a mí me quedan
el ruido de los coches en la carretera cuando ana me llama. tiene una entrevista de trabajo esta tarde. una empresa más grande, más responsabilidad, más sueldo, más viajes, más

más deprisa aún

yo, en cambio, tengo la sensación quejica de que todo va a menos. mi dinero, mis sueños, mis esperanzas. me miro la polla. ni tan siquiera consigo masturbarme y en la calle hace tanto calor que a uno le dan ganas de llorar

domingo, 15 de julio de 2007

días atrás, borré todo el contenido de los blogs que he ido escribiendo a lo largo de los últimos dos años o tres, ya no recuerdo. con ellos, desaparece prácticamente todo lo que soy, lo que he ido volcando en palabras desde que sentí esa necesidad. empezar de nuevo, empezar a secas, es algo que nunca me funcionó demasiado bien. viajo siempre con una mochila muy llena de mierda. relaciones afectivas inconclusas, problemas familiares, un papel con la rendición firmada de antemano

todo es igual a antes y el cansancio, cada vez más grande
ana me manda fotos suyas desnuda. me gusta mirarlas. me llena de ternura. la casa en penumbra

querría hacer feliz a toda la gente que me quiere. y no sé hacerlo. no sé ni cómo hacerme feliz yo mismo

sus fotos desnuda
todas las cosas que echo de menos son cosas que recuerdo, detalles que me han dado vida y esperanza. soy incapaz de imaginar, de soñar, de esperar cosas nuevas, alientos, latidos, voces. todo lo que escribo es, de una manera u otra, palabras acerca del recuerdo

daniel llama. yo siempre estoy bien y él apenas tiene voz
guardo la comida que ha sobrado de hoy para mañana. cambio las sábanas azules por unas blancas a rayitas. apago las luces. me quedo quieto en el mínimo pasillo. el futuro es incierto y se parece a los peores días pasados

hay muchas cosas que deberían bastar y no, no bastan
cádiz es pequeña y todos los sitios están cerca entre sí. un domingo de playa es una opción bonita de tener paz. un cesto con bocadillos y bronceador y mil doscientos cincuenta y dos kilómetros de ausencias

besos de plata como pececitos
es domingo. he dormido todo el día. ana ha llamado. me ha gustado escuchar cómo se corría. he dormido más y también hemos hablado

como una jaula en el que la fiera se cansa de estar atrapada, un dardo narcótico

sábado, 14 de julio de 2007

hoy es el cumpleaños de mi hermano. le he comprado un polo azul. llevo una camisa blanca y cuando venga jugaré con su perra. betty es un bulldog con labio leporino y carita de mala. sábado de sol en la calle y he pedido en la librería que ya no me guarden el rockdelux

hoy, por fin, he estallado emocionalmente

viernes, 13 de julio de 2007

soy feliz dentro de ana, quieto, sin moverme. soy feliz cuando ella estalla en colores y gemidos, sumamente cascada. soy feliz cuando me derramo tibiamente en la tierra de nadie. soy feliz cuando juego con su boca y le susurro cerdadas bonitas al oído que la hacen temblar. cuando miro por la ventana. cuando me acerco, cuando me alejo, cuando no puedo más, ahí también soy feliz

los motivos diferentes y que no sé explicar, que no quiero entender
la gente chilla y chilla por todo. desde el aire, las manchas de petróleo en ibiza parecen animales y fantasmas. arcade fire tocará en unas horas más en el summercase y allí estarán juank y marina y edurne y daniel y david, todos ellos con el corazón de neón. preparo algo para cenar. la felicidad es un nudo en la garganta cada vez que

(por dios, tengo la boca llena de nombres, de miedos)
no sé decidir. me quedo quieto esperando a que todos los muros que he ido edificando desde que tengo conciencia se desmoronen sobre mí, a mi alrededor. bajo la cabeza, la escondo en un agujero o debajo del ala. intento avanzar, asumiendo que sólo yo puedo abrir las puertas, abrirlas y cerrarlas. que nadie más puede hacer ese proceso por mí

no sé decidir. cuelgo el teléfono, apago la televisión, me masturbo. pienso en ana. en mujeres a las que he querido. en mujeres con las que he follado. es viernes y escribo para no olvidar

para no dejar de querer
ana cruza las piernas sobre la mesa de cristal del comedor mientras hablamos por teléfono. a veces está en la cama, encogida sobre las sábanas granates. fuma y sonríe y yo, en la distancia, absorbo su aliento hasta querer enamorarme