sábado, 28 de julio de 2007

te veo bien, dice ella. y sonríe mientras nos abrazamos. me enseña sus tatuajes nuevos, hablamos de cortázar. me alegra verte, digo sonriendo. no encontré ninguna de las dos rayuelas que tengo, así que le compré en el fnac una edición de salvo el crepúsculo. es el libro que más me gusta de cortázar, si exceptúo la prosa del observatorio, pero ése no se lo dejaría a nadie

sería como regalar los cielos de jaipur a alguien que no conoces de nada. un trozo de tu corazón

compré para mí los vagabundos de la cosecha, de steinbeck. hablamos un ratito de trivialidades y quedamos en vernos el jueves para comer. con el enano. me gustará que sea en el bar donde estuvimos tomando una cerveza el primer día. será una manera de cerrar el círculo. odio los círculos abiertos. en este caso sí

después, metro y transbordo. me gusta la chica alta que está delante de mí, con su rostro levemente andrógino. comida en casa de juank y marina. ruido encima de la mesa. alcohol y café y humo y aire acondicionado. daniel y edurne y rafa y kadri. polaroids sonriendo en parejas, en tríos, y un montón de vasos sucios

un sábado tranquilo, de no querer pensar, pensarte ni pensarnos. equilibristas y magos y helado de chocolate a cucharaditas chicas