lunes, 29 de febrero de 2016


(puedes reconocerlos bajo esta piel traslúcida: queda el lodo de sus aullidos, la mueca lejana, la fuerza imparable del odio en las arrugas)

domingo, 28 de febrero de 2016

(las orugas se desperezan bajo la piel, bostezan y muerden, avanzan perezosas bajo las casas ardiendo, sarmientos que hierven un poco aquí y allá, toman forma de rostros o polillas que envejecen en párpados, sien y cuello, iaşi, dedos y mejillas, jedwabne)

sábado, 27 de febrero de 2016

(soy incapaz de retener la diarrea en el vientre, en el espejo, en la madera que recubre la pared de esto que debería ser mi hogar. cada mancha en la piel es una pavesa de sangre, pienso, y sueño con duddy y con claudia y con ese bosque de carne que se levanta al final de la calle, entre los perros y los yonquis)
(el índice deslizándose alrededor del cuello traza una vía férrea que la nieve cubre despacio, un camino a través del bosque humano, toda ciudad arrasada)

jueves, 25 de febrero de 2016

(la ceniza contra el interior de los huesos, las cuevas húmedas donde bendecir el pan, el mar, las manos de los huérfanos)

miércoles, 24 de febrero de 2016

(entre las costillas, en la raíz de los dientes, ahí sigue envejeciendo el incendio de las casas, las clases de piano, la canción de los niños planeando sobre el río)

domingo, 21 de febrero de 2016

(yo, que llevo treinta años muerto como muertos están todos los amigos del invisible salvador sans —las mismas manos encogidas, los dientes negros clavados en treinta kilos de derrota—, toso y camino, escucho con claridad la voz de su madre hablando desde la quemadura atroz de sus nudillos, llorando en sus huesos enfermos, tejida en la ropa sucia)

sábado, 20 de febrero de 2016


(abrazarás a tu madre mientras estalla el cristal de tus pulmones, el amor de tu vida se perderá en el fondo del mar, entre medusas, éramos millones de animales y nunca nos volvimos a encontrar, eso imaginas al caer)

(el orín salpica los pies desnudos de los enemigos del pueblo. allí, de pie ante la tierra abierta, el olor insoportable de los vivos)

viernes, 19 de febrero de 2016

(caer un cielo, un abismo challenger, una cordillera, caer hasta sentir los peces remontando las venas azules, las raíces abriéndose paso, la saliva de los vecinos al rezar años después)

jueves, 18 de febrero de 2016


(las heridas en las manos han ido tomando forma alrededor de la idea imprecisa de una fosa común)

miércoles, 17 de febrero de 2016


(alrededor de los ojos, quemando los párpados y el hueso, lo que en apariencia es un eczema. a miles de kilómetros bajo la piel, en lviv, un incendio de peces negros mordisquea la carne, la hojarasca, el lecho marino, reduce las sinagogas a un diluvio de pétalos)

martes, 16 de febrero de 2016

(a jirones, entre los dientes, el trofeo)

(el lunar del pecho —una diminuta mancha levemente rugosa a la deriva en un archipiélago dorado— se convertirá, en tan sólo unas semanas, en un agresivo melanoma, el enésimo planeta rojo, el mismo firmamento de ciudades subterráneas, otro pogromo en el que buscar reflejo)

lunes, 15 de febrero de 2016

(abrir el cuerpo humeante del animal rosina wassertrum, vaciar su tórax con esfuerzo, dormir en la tumba improvisada, esperar el día del perdón)

domingo, 14 de febrero de 2016

(tierra quemada a medianoche: la región subcutánea comprendida entre rumbula —memoria, bosque, hervidero de huesos, de oraciones— y la antigua casa marfà-campeny)

sábado, 13 de febrero de 2016

(un área desconocida bajo la piel del pecho, ayşe hassan, convenientemente cartografiada, apenas unos milímetros en los que se levanta el dolor de la joven mandelbaum)

viernes, 12 de febrero de 2016

(es imposible hallar paüls en el atlas meridional de pernkof. paüls, el último lugar seguro entre las vértebras de jesús)

jueves, 11 de febrero de 2016

(los gitanos de capesius esperan en los pasillos ciegos, comen pan negro detrás de todas las puertas que uno imagina en el hospital, ensucian con furia el castillo pomorze, dentro del olor químico, profundo en las heridas que no sanan en el pecho, en las venas recién operadas)

lunes, 8 de febrero de 2016

(en esos treinta años de recuerdos de cristin, las llamas empiezan el sábado al mediodía, con las calles de wilno llenas de brujas sobre las que escupir y mear, son llamas pequeñas y voraces, concentradas en la palma de las manos y en los ojos, en la verdad abierta en la frente, llamas que se retuercen y arañan el aire, llenan la boca, convierten el camino a la colina de las cruces y las piras en nuestro único futuro)

domingo, 7 de febrero de 2016


(la calle cot, la noche en el túnel de los deportados andaluces, una torre humeante, una cantera después de un bosque de cuerpos huecos o un laberinto de espejos de antracita con el cadáver del envejecido pintor albert alcázar atrapado en su interior)

(wiegala: mi mismo cadáver sonriendo sin sonreír, sin dientes ni encías, con los ganglios inflamados y escupiendo sobre el ruidoso recuerdo abandonado de la niña leticia richol maudil —trinidad, nuria, matilde, sofía, leonor, júlia, otra vez sofía—, la diosa ácida en la discoteca las palmeras, la derrota y los demonios de hace treinta años, la nana que se eleva desde el prat hasta alcàsser en las nubes)