miércoles, 31 de agosto de 2011

(palabras como cuchillos en el suelo, horas de metralla húmeda en la nuca, último día de agosto, fin de todas las fiestas)

(sueño que mato a mi madre en la cocina, que la mato con una pala y no sale sangre y pienso en huir pero antes tapo a un chico enfermo que duerme en mi cama, elijo una manta grande de tonos ocres y anaranjados, despejo su frente y cierro la puerta de la habitación)

(calculo el tiempo que tardará mi madre en descomponerse con este calor y la puta humedad)

(en la calle hay un coche amarillo diminuto, un isetta, y un montón de viejos a los que conozco del barrio, wenceslau, maria antònia, el señor sin voz y la nariz cuadrada, su mujer y la señora de las gafas esféricas, todos se apartan de mí, sólo he matado a mi madre, discusión a gritos y una pala)

martes, 30 de agosto de 2011

(un segundo antes de despertar abro la puerta del ascensor y ahí hay una niña pequeña, cuatro años en un vestido rojo, me mira y llora, me da miedo, la abrazo, estamos en mitad de la calle y hace frío, son las once de la noche, dónde vives, no contesta, despierto, son las seis de la mañana, suena la alarma del móvil, politono samsung en volumen cuatro más vibrador)

(antes de eso sé que estaba en casa de david fontanals y él vivía con un montón de fantasmas y no tenía miedo, eran como personas normales pero iban sucios y ausentes, ocupándolo todo. antes de eso me costó dormir y antes, mucho antes, me emocioné con los ojos de charlotte rampling en veredicto final, de sidney lumet)
(el agua está fría al principio, pero sólo al principio, tranquila, no te dolerá, tampoco es para tanto. una vez más empiezan el hámster y su rueda, un circo de once meses, leones y elefantes, payasos, trapecistas y magos, pero aquí quien manda es la puta foca. buenos días, rutina)

domingo, 28 de agosto de 2011

(a propósito del encanto de las repeticiones: las mismas películas, las mismas canciones, las mismas calles y las mismas personas, los mismos pasos de baile, las mismas palabras para decir y escuchar, los mismos días, las mismas noches, las mismas mentiras, las mismas verdades, los mismos puñetazos en la boca desde que despierto hasta que me caigo de espaldas)

(un temblor de parkinson que fuera tan, tan rápido que al final sólo existiera la quietud. awakenings, de penny marshall)
(más sobre los pececitos de colores y la burbuja de alcohol, pececitos que brillan con las pupilas dilatadas y el humo de la marihuana y las aletas sucias, pececitos de todos los tamaños que se besan las bocas y se bailan y se caen de las sillas, peces gordos y negros que se pasarían la vida metiéndose farlopa, gafas de sol a las tres de la mañana, peces que abren la boca y apenas se oye el qué, apenas se entiende, apenas nada mientras se mira un punto fijo allí, justo en el lomo de otro pez, enésimo pececito en explosión)
(una chica llora mientras baja la calle en bicicleta, un tiquet en el bolsillo con cuatro cervezas más para esta noche, unas vans negras llenas de polvo y luz de incendio ahí fuera, carne envuelta en plástico que sigue durmiendo en la nevera)
(sueño que míriam conduce por la autopista y apoyo la cabeza en la ventanilla. sueño que entran hojas secas por la ventana que da al patio. sueño con chicos delgados y ausentes y con luces que vibran en el suelo)

(los últimos días de vacaciones en una burbuja, pececitos nadando en alcohol)

viernes, 26 de agosto de 2011

(sueño que estoy en la playa y hay un niño que escupe peces negros y los deja en una toalla pero no se mueren nunca y las olas y una mujer que corta fruta en rodajas finas, sonriendo)

(chicas rusas que se hacen fotos en la orilla con cámaras caras, una mujer joven que busca a alguien, las chancletas en la mano, una estrella polar en el corazón)

jueves, 25 de agosto de 2011

(sudo como el puto schortsanitis, como si fuera un negro de ciento cincuenta kilos y dos ocho, camisetas empapadas bajo los focos del parque, familias en las gradas, latinos que discuten a gritos en la pista de al lado, la de fulbito, movimientos rápidos, balones que cambian de mano y ruido de cadenas cuando entran limpias, son las once de la noche y no importa, nada importa porque uno cruza la zona, recibe y, sin botar, lanza, cayendo, media vuelta a seis metros, la pelota negra describe un arco infinito, estalla en el aro y sale despedida hacia la nada, no hay un plan b, no hay nada después de eso)

miércoles, 24 de agosto de 2011

(litros de semen, miles de bocas abiertas, the sounds, tony the beat, piel a cambio de tripas, grasa y empujones)
(digital, otra canción de joy division, la música de la lavadora al centrifugar, una paja casi líquida, cincuenta euros hasta el final de las vacaciones, imposible dormir por las noches, vagar durante el día, mirar desde esa mesa cómo la gente arriba, la gente abajo, una cinta de moebius llena de pieles hinchadas por el calor, día sí, día también)

(vuelvo a soñar con juank pero esta vez no recuerdo gran cosa. hay un puente sobre una cantera, una jaula con palomas que aletean nerviosas, él se masturba porque quiere ver el futuro, despierto a las siete, me duele el dedo meñique de la mano izquierda, está levemente hinchado y tenso, un golpe fortuito ayer por la noche, desayuno, hacía días que no desayunaba)

(suena una alarma, ladran perros, aúllan perros, el ruido es insoportable y el calor y el agosto y la jaula, el cáncer y la quimio de la madre de begoña sintetizados en un sms que huele a sangre)

martes, 23 de agosto de 2011

(podríamos salir esta noche un rato a lanzar a canasta, propone les. acepto, claro, todo sirve para dejar de pensar. podríamos beber hasta reventar o irnos de putas o seguir fingiendo o creer en dios. podríamos, no sé, hasta una invasión extraterrestre)
(sueño con vías de tren y rusos cavando al final, llevo unos zapatos demasiado pequeños, me hacen daño, camino entre esas personas que no conozco y siento su sudor, es desagradable. hay también una torre de color blanco, sin ventanas, sin puerta, sé que vivo allí)

(sueño con juank, está sentado en un sillón de barbero, no tiene piernas y se acaricia las prótesis de madera, ahí tienes el maletín que estabas buscando, dice, lo señala, es metálico, lo abro, está lleno de agujas de punto de color gris, empiezo a clavarlas en el suelo, ésa será tu casa, añade)


domingo, 21 de agosto de 2011

(no se diferencian los domingos de ningún otro día, un animal escondido que insiste en envenenarse, la boca cerrada, el zumbido eléctrico en las calles vacías, la tela de araña)

(una mesa llena de gente conocida, sonrisas llenas de verano, un idioma propio y incomprensible, botellas vacías y música demasiado alta, tablero de ajedrez con pocas piezas y el rey ahogado)

viernes, 19 de agosto de 2011

(explicación de cómo no volvernos a ver nunca más: lágrimas y nudos, veintiún minutos y quince segundos para el fin del mundo)
(los que quieran, que beban sin sed. los que esperan, que beban después. incapaz de entender nada más en esa canción, susurros que corren en todas las direcciones posibles, jabón de avena en la ducha, no volver a vernos nunca más, imágenes de dos mil uno: una odisea en el espacio, una odisea para los putos indecisos)
uno. la madre de begoña se muere cada día un poco más, mensajes en el teléfono que no me atrevo a borrar, como si hacerlo fuera a darle alas al cáncer, pulsar eliminar como dar un paso en el vacío

dos. desayunar, volver a la cama, mirar la televisión con los ojos en blanco, responder mentalmente todas las preguntas de ayer, como si siempre tuviera una segunda oportunidad para todo, el comportamiento bajo los efectos de la euforia

tres. seguir durmiendo, seguir caminando dormido, con la luz roja del stand by en la frente, escribir como si toda esta basura le importase a alguien, como si fuese una pulsera de oro

cuatro. los koalas se alimentan exclusivamente de hojas de eucalipto, sábanas de color mostaza en las que una espiral señala el lugar preciso, la cueva del tesoro

jueves, 18 de agosto de 2011

uno. el día acaba con puñetazos encima de la mesa, con la boca llena de espirales de mierda, con palabras enquistadas de sosa cáustica. rabia y tristeza se aceleran en el corazón, todo el mundo habla de lo mismo y siempre con las mismas frases, demasiados ombligos, demasiados espejos, demasiadas sombras de animales que jadean gilipolleces

dos. borrar todos los correos electrónicos de la bandeja de entrada, borrar todos los videos cerdos, tirar la ropa a la basura y arrancarle las páginas a todo libro que me pueda fascinar. la nevera está llena de fruta demasiado blanda y el ventilador provoca interferencias en la conversación telefónica

tres. he arreglado un disco duro de isa, he comido patatas fritas, he besado una boca y he tragado agua de mar, ponga los recuerdos en el cajón correspondiente, escriba con cuidado la etiqueta, elija el color, ahórquese si tiene los santos cojones entre las piernas

cuatro. dormir porque uno está bien del corazón, una raya blanca en la frente, dos minutos para moverme de aquí a allí, líneas, cuadriláteros donde fundir la montaña rusa a ostias

domingo, 14 de agosto de 2011

(empujones, barcelona llena de chicos y chicas de bonitos ojos iluminados y cruces en llamas en la espalda, la fe en el dios de los católicos, una cerveza en un kebab, las conversaciones de las mesas contiguas, domingo y lo más cerca que puedo estar de ser feliz)

sábado, 13 de agosto de 2011

(la habitación tiene una cama deshecha, una mesita de noche, hay huevos de cocodrilo dentro de la pared y se mueven, puedes verlo a simple vista, pon la mano aquí, fría pared de yeso)
(sueño que estoy en casa y todo está oscuro y hay una habitación y sé que nu nu está dentro y me llama y me enseña llorando la pared de la mesita de noche, ennegrecida por el moho, burbujeando como si tuviera algo latiendo dentro, son cocodrilos, gime, pon la mano, puedes sentirlo, puedo sentirlo, son las patadas en el vientre de una preñada, siento miedo, déjame salir, implora, salgo y cierro con llave)

(sueño que míriam está delante de un espejo, se ha vestido con la ropa de nu nu, le toco el brazo y la piel se deshace y me mira, los dedos pegajosos, despierto angustiado)

jueves, 11 de agosto de 2011

(salir con javi, beber cerveza, fumar y hablar bajito, pensar en juank y daniel, en edurne y marina, vacaciones en menorca, miedo a las películas que antes me gustaban)

(lanzar a canasta, correr, sudar, botar, el reflejo cegador del sol en el tablero de metacrilato, el sonido de la red cuando entran limpias, el lento desfile de familias a la piscina, mirar el aro y dejar la muñeca suelta, que acompañe la pelota, pulir la mecánica del tiro en dieciocho segundos)

(soñar con tubos metálicos que pueden ser cualquier cosa que uno quiera, las propiedades topológicas de los objetos, el silencio en las sábanas sucias, dormir tres horas, reducirlo todo a una pantalla, a un cuadrilátero)

(mensajes que van y vienen, decir y corregir, drama y tragedia, nieve detrás de las guitarras afiladas, las cosas más pequeñas son las que más daño hacen, fíjate en esos niños, joder, te estoy hablando, por favor, no me toques nunca más)
(she's lost control, de joy division, la manera de empezar el día envuelto de fantasmas, mis movimientos previsibles, el polvo atrapado en la luz)

miércoles, 10 de agosto de 2011

(en la estantería de la tienda, un bote de gel verde que promete arder para siempre cada vez que uno le prenda fuego, napalm esmeralda para lavar platos y pecados, la edad de oro de las llamas)

(aprendí mucho en ese trabajo. aprendí que el mundo es una mierda. billings el coleccionista a clay, en como un guante de seda forjado en hierro, de daniel clowes, aventura onírico-surrealista sobre cómo cruzar la calle y no saber volver jamás)

martes, 9 de agosto de 2011

(costumbre y anhelo. un perro insiste en ladrar en el patio, el bucle de noticias, el desayuno, la respiración de ángela, mi vecina, las paredes de papel, dormir poco, soñar más, laberintos que suponen un desierto eléctrico a las tres de la mañana, una pantalla más brillante de lo habitual, el amor desesperado que todo el mundo busca antes de que sea de día porque casado mama polla es eso, ay, amor de hombre)

(sueño con unas calles que no conozco, busco el número cinco, la puerta abierta, un pasillo largo y escaleras que suben, escaleras que bajan, un sótano, un timbre, una mujer negra que abre y sonríe, sonríen los labios gruesos pintados, las manos fuertes, nadie necesita hablar, me toma de la mano y me come la polla, el llanto de un niño en el piso oscuro, me corro sin orgasmo, eres amargo, dice, se relame, se limpia con la mano)

(sueño que esas calles son ahora diferentes y que quiero ubicarlas en un plano mental que me llevaría al metro, pubilla casas es un metro, camino y no avanzo, llego tarde y no puedo avisar, despierto con frío y los ojos llenos de alfileres)

(sueño con lourdes, hay un momento en el que lourdes está allí, en el sueño, como si siempre estuviera mirándolo todo)

lunes, 8 de agosto de 2011

el viejo de la casa de atrás —calle padró, treinta y dos—, el que envenenaba los gatos del patio porque no le gustaban, el viejo que babea en la puerta de la calle con las gafas mustias, arrastrando los pies, con una bolsa de plástico amarillo en la mano, la camisa de cuadros, nos miramos, le sonrío, no le saludo pero le mediosonrío, hueles a infierno, puto viejo de mierda, nos cruzamos, pienso, apenas un empujón

tengo las mejillas calientes, escucho disco las palmeras!, escucho los chikos del maíz, me hago una paja antes de ducharme, aburrida miel blanca a latigazos sobre un trozo de papel, son tiempos de hambruna y indecisión, escribo correos electrónicos con las últimas novedades y mentiras, bombas en casas cuartel que harían del lunes el día perfecto, viajes a lugares que no lo son y sólo tendría que querer verlo, desiertos, estados emocionales de calma y dispersión, nihilismo y economía al máximo volumen que da esta mierda

domingo, 7 de agosto de 2011

los días se ralentizan en el aire húmedo y espeso del verano, escribo mientras desayuno, bostezo, me tatúo la piel de inercia aquí y allí

jueves, 4 de agosto de 2011

(días de verano y vacaciones. salgo a lanzar a canasta por las mañanas, temprano, a las ocho ya estoy en la pista, sudo, hay resultados desiguales, hoy no he tirado más que una vez con la izquierda, el resto han sido con la derecha, después vuelvo a casa pero antes paso por el bar de paco y me siento allí, a beber despacio una botella de agua con gas, la camiseta está empapada y hace que tenga algo de frío, es una sensación agradable y extraña, como si realmente no estuviera allí, como si no fuera a volver nunca de donde quiera que estuviese)