jueves, 18 de agosto de 2011

uno. el día acaba con puñetazos encima de la mesa, con la boca llena de espirales de mierda, con palabras enquistadas de sosa cáustica. rabia y tristeza se aceleran en el corazón, todo el mundo habla de lo mismo y siempre con las mismas frases, demasiados ombligos, demasiados espejos, demasiadas sombras de animales que jadean gilipolleces

dos. borrar todos los correos electrónicos de la bandeja de entrada, borrar todos los videos cerdos, tirar la ropa a la basura y arrancarle las páginas a todo libro que me pueda fascinar. la nevera está llena de fruta demasiado blanda y el ventilador provoca interferencias en la conversación telefónica

tres. he arreglado un disco duro de isa, he comido patatas fritas, he besado una boca y he tragado agua de mar, ponga los recuerdos en el cajón correspondiente, escriba con cuidado la etiqueta, elija el color, ahórquese si tiene los santos cojones entre las piernas

cuatro. dormir porque uno está bien del corazón, una raya blanca en la frente, dos minutos para moverme de aquí a allí, líneas, cuadriláteros donde fundir la montaña rusa a ostias