domingo, 28 de febrero de 2010

otra vez el silencio antes de bach, de pere portabella. míriam duerme y yo me emborracho de esa película hipnótica y absolutamente maravillosa. es sábado y el sofá es rojo, el tabaco de otra marca, una cerveza, un gol de leo, otro febrero que se acaba

(me encuentro vacío. me he pasado la tarde tirando cosas a la basura. esta mañana vimos the lovely bones, de peter jackson. al salir, ella tuvo que parar el coche en el arcén de la autopista porque no podía dejar de llorar. una línea de asfixia que unía a susie salmon y a isabel camps y que yo había sido incapaz de percibir hasta ese instante, cegado por mi propio sufrimiento. después, el comportamiento cíclico de la culpa, las manos ásperas del polvo)

sábado, 27 de febrero de 2010

las palabras no sirven. hace días que tengo las manos grises y me noto más cobarde y paralizado que de costumbre. se me acelera el corazón a puñetazos, sí, pero eso no me sirve ni para empezar a caminar —sea en la dirección que sea— ni para moverme por dentro, como un estupendo animal disecado en una habitación que nadie abre

descargo capítulos de perdidos, intentando mantener un punto de conexión, algo que me separe de la amnesia; me cruzo con gente que no sabe ni que existo aunque sus nombres formen parte de mi paisaje mental; multitud de correos electrónicos en la bandeja de entrada de mi vida; días que se despiertan fríos; vidas que podrían estar bajo ese andén, bajo ese puente, esperándome con carita de felicidad

lunes, 22 de febrero de 2010

miércoles, 17 de febrero de 2010

mi corazón refleja el cielo azul y se ilumina, se le abren las puertas, se asusta y se tropieza, me arranca la respiración

martes, 16 de febrero de 2010

(los recuerdos se encienden como hogueras tristes. la culpa es un tornillo que se va clavando en la frente. la culpa es una piedra en la espalda. la culpa es un topo mordiéndome el vientre. la culpa es esa herida y todas las heridas)
martes, acupuntura. el cuerpo atravesado por agujas es una cárcel invisible, una cárcel llena de fantasmas que respiro y beso

domingo, 14 de febrero de 2010

sueño que edurne está embarazada y está ahí, muy quieta porque daniel tiene una bomba pequeña en la mano, una bomba de color naranja. qué quieres hacer, pregunta ella?
míriam y yo follamos en una habitación blanca. ella tiene el coño lleno de hierros que me hacen daño al moverme. en un rincón está sentado agustín fernández mallo, dándonos indicaciones sobre lo que quiere que hagamos. se acaricia por encima del pantalón hasta correrse con un gemido mínimo. sólo siento dolor. míriam tiene los ojos en blanco y está llorando. despierto, es domingo y me quiero morir

martes, 9 de febrero de 2010

puedo igualmente asegurar que, aunque parecieran unos pocos segundos...
(una pausa, un instante, respirar)

lunes, 8 de febrero de 2010

todo va a ir bien, dice S, y yo intento creerlo con todas mis fuerzas mientras miro sus manos y el color que pinta sus uñas, oscuro y precioso como ella. todo va a ir bien, repite mientras avanzamos entre la gente que camina la rambla. en unos minutos estaremos en el viena de la calle pelai: una cocacola y una especie de bocadillo vegetal para ella y una infusión para mí. las mesas estarán llenas a las diez de la noche. las mesas, si las miro detenidamente, estarán vacías porque el mundo habrá desaparecido esta misma noche, a las diez en punto

todo va a ir bien, dice S, y yo quiero creerlo mientras pienso en sus palabras y intento construir la realidad tal y como ella la percibe, como un tapiz infinito en el que todas las posibilidades reverberan sin principio ni fin, contaminándose, manchándose entre ellas, un drone como único impulso vital. sería bonito que todo fuera así, pienso, porque aún podríamos pensar en salvarnos de todo ésto. sería como recibir las instrucciones de uso de la bomba en el último minuto

qué nos salva? la huida al norte, dice juank. el norte es manresa, el norte es girona, el norte es zugarramurdi y incluso las islas shetland, tan lejos que ni siquiera. el norte es suecia, añade él. el norte es cualquier sitio en el que nuestra vida sirva para algo. no tenemos norte, pienso. no tenemos un millón de cosas y todas se resumen en que no tenemos ni norte ni brújula ni

míriam se zambulle en los crucigramas de la vanguardia con una concentración que no conviene perturbar con tonterías. miro el partido de fútbol sin interés. si corto el cable rojo, estallamos por los aires. si corto el cable verde, estallamos por los aires. qué sucede si enfrío los circuitos de la bomba? sucede un gol imposible de messi, otra cerveza sin alcohol, sucede una tarjeta roja y el culo de esa chica cuando se levanta a comprar tabaco, porque es sábado y S ya dijo que

domingo, 7 de febrero de 2010

tres dies amb la família, de mar coll. otra película sobre miserias familiares que apenas dice nada y que no me creo en absoluto. el punto de partida de mi escepticismo es léa, el personaje que compone la premiada nausicaa bonnín, muy en su línea: aburridas jóvenes que rebosan resentimiento y lozanía a partes iguales. para meterle dos ostias y que se harte de llorar

por el contrario, precious, de lee daniels, es todo lo contrario: un patadón en la boca que significa asfixia, una película que sientes verdadera en cada uno de sus silencios, de sus monólogos, de sus personajes, de sus escenas y elipsis. al salir del cine ya no tenía más ganas de sábado

viernes, 5 de febrero de 2010

(una imagen en una revista: queenie, della y peaches quietas para siempre en una reunión de venta a domicilio de tupperware. más o menos, la vida misma)
uno. puedo hacer un millón de cosas, abrir ventanas, cerrar puertas, prenderle fuego a ese montón de escritos que guardo con celo. elijo no hacer nada, contemplar cómo nunca pasa nada, ni aquí ni allí ni en la piel del lemur

dos. el secreto está en la masa y todo el mundo lo sabe. así, ellos —en genérico— están predestinados a asumir los roles importantes en esta historia. hasta tú, lector o lectora, tendrás una estatua en la plaza donde te pelabas las rodillas hace veinte años o, mejor aún, diez minutos en un programa de televisión, no importa cuál ni de qué hables

tres. es viernes. una semana más es viernes, chaval

jueves, 4 de febrero de 2010

(levántate y mira por la ventana. déjalos hablando solos. no hay nada que brille en sus palabras)
dice tomàs que cambia el tiempo, que empezará a lloviznar y todo será como hace unos días, unas semanas (caminar por las mismas calles con las mejillas frías de gotas minúsculas)

el trabajo es una cuesta a trompicones, a veces mucho, a veces poco, a veces nada, siempre aburrido. elegiría diez sitios para largarme de aquí pero sólo tengo una imagen en la cabeza: has visto uzak, de nuri bilge ceylan?

martes, 2 de febrero de 2010

(amplío. estoy frente a la puerta de un springfield, del mismo springfield donde me he comprado ropa interior un millón de veces. la escena está detenida en el tiempo, con taxis blancos y gente hacia ninguna parte porque allí el caminar es cíclico: es sábado de compras)

(amplío. siguiendo la calle alfonso xii en dirección a torneo, girar a la izquierda por marqués de paradas y recorrerla entera hasta reyes católicos, girar a la derecha y cruzar el puente. tiempo estimado, veinte minutos. tiempo estimado, la vida entera)

lunes, 1 de febrero de 2010

(una imagen —una secuencia de imágenes— que se repite obsesivamente. en ella, la calle alfonso xii está llena de gente que cruza sin cuidado, es sábado por la mañana y es un agradable día lleno de sol)

(sigue. a la izquierda, la plaza del duque; a la derecha, la campana. la gente sigue yendo de un lado a otro y distingo claramente dos abrigos de color frutilla. soy incapaz de moverme, como si estuviera atrapado por una boca invisible)

(paso horas allí, casi hasta que oscurece. las tiendas cierran y las calles se vacían poco a poco de gente. la espalda ha dejado de dolerme: es como si nunca hubiera estado en esa ciudad y hubiera empezado a olvidarlo todo)