viernes, 30 de octubre de 2009

vuelvo a casa en taxi. me caigo de sueño. el taxista toma un camino innecesariamente más largo. al principio me molesta y después me da lo mismo. miro por la ventanilla y concluyo que no conozco esas calles vacías a las once de la noche. podría decirle que se detuviera en ese semáforo, que ya está bien ahí, pero tendría que andar mucho hasta llegar a casa y hoy no tengo ganas de andar. más tarde se confundirá y se verá obligado a cambiar de sentido en una rotonda cercana, se volverá a confundir y tendrá que dar otra vuelta más a la susodicha rotonda. ese trayecto en taxi —errores, calor, olor a pino y los chirridos de la emisora como pidiendo socorro— acaba siendo lo más cerca que estaré esta noche de la libertad

miércoles, 28 de octubre de 2009

llevo una camiseta blanca que dice the residents play wormwood, unos vaqueros sin más historia y unas zapatillas adidas, calcetines negros, boxer blanco, una sudadera azul marino y una cazadora negra. miro por la ventana mientras apago el ordenador del trabajo y veo a una mujer en el edificio más cercano, el que está en la esquina de la calle afores con la plaza clos. está recogiendo la ropa de un tendedero plegable, la puerta del comedor está abierta y la luz es dorada, hermosa. hoy casi ha hecho calor

(tocamos dentro de dos fines de semana en manresa, en el local de la cnt, un edificio grande y fantasmal en el centro de la ciudad. será un festival extraño, de madrugada, con horarios imposibles que harán que pierda el domingo dentro de una burbuja de sueño. volver a casa de día, sin haber dormido, con los ojos blandos y turbios como los ojos de un pez, ése el es plan de después del concierto. ése y quedarme con los pulmones ásperos y negros durante días)

(estará todo lleno de modernos de provincias con la nariz hinchada de farlopa. a oscuras, un monstruo con cien cabezas calientes, sudadas, moviéndose adelante y atrás. el alcohol hará que quiera relacionarme y hable con gente que, en el fondo, me da lo mismo. el alcohol siempre me vuelve incandescente. el alcohol es mi ruina preferida)

(llevo una camisa blanca de manga corta, unos vaqueros ortodoxos y una martens de color cereza, calcetines negros, boxer blanco y un abrigo marrón que nació el mismo día que yo. corro entre los coches para coger el autobús y llego a las ocho y cinco a casa de míriam. la noche del viernes es agradable pero refrescará dentro de un rato. bebemos cerveza en el bar ése de la calle santa maria, el del camarero flaco con perilla, un gay sesentón que usa litros de neutrógena. la noche debería haberse detenido allí, en el preciso momento en que pagué y salimos por la puerta)

(pero no fue así, y por eso acabamos convertidos en una mala copia de scott fitzgerald y zelda sayre, borrachos y incapaces de convertir las palabras en algo que no fuera rencor. creo que fue un viernes sucio, sucio y sin apenas luz)

miro la pantalla y pienso en lourdes

lunes, 26 de octubre de 2009

(me masturbo. no siento nada pero sigo haciéndolo compulsivamente. busco dentro de mi cabeza alguna imagen, pero sólo tengo ternura y añoranza, un deseo casi infantil y limpio de ser feliz. entonces necesito parar y seguir buscando porque no puedo conseguir nada sin imágenes sucias, sin basura que ya esté dentro de mi cabeza. la imaginación no sirve para nada porque necesito recuerdos. me distraigo, me desconecto, empiezo de nuevo una y otra vez. al final siempre encuentro a esther, a manuela, a una chica sin nombre hace diez años y que me tomará de la mano hasta correrme en un triste hilo de miel brillante sobre el vientre. ya casi es de noche)
(las palabras de begoña son tristes porque ya no sabemos hablar de ninguna manera. tengo la sensación de estar perdiéndome un montón de cosas importantes cada vez que ella me manda fotos de aitana. nuestra relación se ha convertido en un desencuentro constante, como si fuéramos un mismo espejo de tristeza por el que caer hasta el infinito)

(últimamente tengo un sueño que se repite. cambian las circunstancias pero el ovillo es siempre el mismo. esta noche estaba en sevilla, una ciudad en la que he sido feliz y que conozco bien. mis amigos también estaban allí y diluviaba. ríos de agua por las calles. estábamos todos en un bar, comiendo y bebiendo. de repente he tenido la sensación de que llegaba tarde a algún sitio, a pesar de que nadie me estaba esperando. he empezado a correr, primero moviendo mucho los brazos, como si nadara, y después corriendo, como un animal, a cuatro patas. tenía la sensación de volar, como si apenas pesara. las calles pronto dejaron de ser conocidas y yo seguí corriendo porque, a pesar de tener la certeza de que me estaba equivocando de dirección, no podía dejar de correr. entonces ha sonado el despertador y ha empezado la semana)

domingo, 25 de octubre de 2009

(creo que voy a vomitar. todas esas adolescentes bebiendo sangría guarra hasta reventar. sus poses afectadas en la máquina de tabaco. el otoño quemando las hojas de los tilos. las noches más largas al volver a casa. el puñetazo que le debería clavar en la boca a más de uno. hasta mañana)

(porque aquí no hay noches de lluvia ni hoteles preciosos en los que quererse. aquí sólo hay mentiras y charcos en el suelo, su puta madre, tu puta madre)
begoña me manda fotos de aitana. bebo cervezas en el bar de siempre hasta que no puedo más. me suda la polla el marxismo, el leninismo, el insurreccionalismo, bonanno y su puta madre. sólo quiero que me dejen en paz, beber y reventar. en el autobús de vuelta a casa había unos jipis que venían de excursión. las botas llenas de barro me deprimen. hablé con S. creo que ella es la única persona que me hace feliz

(las palabras de begoña son tristes. aitana ha crecido mucho y está deliciosa. las cervezas en el bar de siempre acaban siendo demasiadas. las conversaciones con un mínimo de inteligencia me agotan. pienso en gadamer y en lo poco que me importa para comprar cien gramos de jamón en dulce en el supermercado de la esquina. definitivamente, la hermenéutica del embutido para cenar. definitivamente, la voz de S, lo único que me limpia el corazón)

sábado, 24 de octubre de 2009

en este viernes todo es bastante horrible. hemos bebido demasiado, míriam duerme y yo miro una película de scorsese en la tele. hoy nos hemos dejado vencer por el miedo y los rencores. me siento blando y con ganas de irme, pero ella me espera arriba para despertar juntos, con la vaga esperanza de que mañana sea diferente

jueves, 22 de octubre de 2009

después de eso vino un documental sobre marianne faithfull en el trenta-tres que me aplastó un poco. su carita brillaba en la pantalla, sus canciones me aburrían, todo el mundo tenía imborrables —hermosos, duros, horribles, luminosos— recuerdos de ella, pero yo no era capaz de ver más allá de la veinteañera con una jeringa colgando del brazo mientras todo dios se la follaba. después empezó a llover y ya no pude dormir más de dos horas seguidas

miércoles, 21 de octubre de 2009

una cerveza en un bar de cerdanyola. el bar vacío, rock'n'roll y el dueño leyendo en la barra. la televisión encendida sin volumen. el madrid gana, el madrid empata, el madrid pierde. raúl espera su quinto hijo, no sé dónde he leído ese detalle. míriam y yo hablamos, conversamos, nos escuchamos a ratos, nos rozamos los dedos, nos miramos a los ojos. hoy no estoy de humor pero me obligo a querer estar allí. ha sido un día de mierda en el trabajo, o ésa es la sensación que he tenido todo el tiempo. me pregunto cuánto tiempo más voy a aguantar así. menos mal de míriam, que con sus tonterías consigue hacerme reír de vez en cuando. hoy tiene frío, tiene frío pero no se abriga. me siento culpable de tanto que me quiere, por la paciencia que me demuestra. cenamos en el chino que está al lado del bar. ella disecciona con cuidado su pato a la naranja, apartando todas las cosas que no se comerá, amontonándolas en un plato aparte. no me gusta la grasa que no cruje, no me gusta el perejil, no me gusta la piel del limón confitado. en mi soja salteada no sobra nada. no hay nadie más aparte de nosotros. todo el mundo está viendo la televisión, me digo. todo el mundo está vestido de blanco imperial para la ocasión, así es el fútbol. trece euros con cuarenta que incluyen una botella grande agua natural y un té chino para entrar en calor. y el coche aparcado en a-tomar-por-culo

martes, 20 de octubre de 2009

el ataúd de iván alferoff es metálico y pesa muy poco. dentro de él sólo hay una cabeza unida a un uniforme de gala vacío, perfectamente planchado. dos guantes blancos cruzados sobre el pecho, pero sólo está lleno el izquierdo. su familia sólo llorará una cabeza y una mano con la que no escribía

el marine alferoff nunca llegará a tocar el suelo. el tres de marzo de mil novecientos sesenta y seis, su cuerpo quedará destrozado por la metralla en algún lugar de vietnam del sur. después vendrá lo de la cabeza, la mano y todas las lágrimas del mundo. después se casará su prima y naceré yo

lunes, 19 de octubre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

esa imagen no necesita de banda sonora, ni tan siquiera de sonido. madrugada. trenes de mercancías que se agolpan en una estación término, llenos de personas hacinadas. el vapor de las máquinas dibuja nubes a ras de suelo, entre las vías. no está sucediendo nada, no tiene que suceder nada

esa imagen se multiplica a sí misma, formando muros de imágenes idénticas. se bastan así, inmóviles como animales atrapados por una luz inesperada, mirando fijamente mis ojos rojos, para construir un laberinto, una ciudad asfixiante y sucia. camino por ella, con la sensación pesada de la nieve y el frío encharcando los pulmones. acaba siendo imposible avanzar, pero sólo me doy cuenta de ello cuando llego a un callejón sin salida aparente y tengo que volver sobre mis pasos
sopa picante con un montón de cosas nadando dentro. míriam y rosa disfrutan, se relamen, hablan de trabajo. yo jugueteo con un bol de arroz blanco incomible. no tengo hambre, bebo cocacola, iremos al cine a la sesión de las cuatro y diez. restaurante chino en la calle verdi, un poco por encima de astúries. me cago en la puta madre que parió a todos los artistas argentinos. en la mesa de al lado, un tipo que habla demasiado alto. así es fácil saber cosas de él que no me interesan en absoluto. definitivamente, si quieres ser alguien en esta vida, tienes que comprarte unas wayfarer de las de ver, no de las de sol

de vez en cuando digo alguna tontería. me duelen los huesos, las rodillas, los codos, las muñecas. pienso en los huesos de lorca. pienso en una ducha y una cama. pienso en un líquido caliente inundándome por dentro, en algo dulce llenándome la boca, en cerrar los ojos y dormir y zambullirme en una piscina templada y azul. pienso en lo poco que me gusta gràcia y sus calles llenas de gente, en la risa de rosa y en lo hermoso de la película que hemos visto

(tres años sin ver la luz del sol. sam bell se entretiene con la talla de maquetas. un juguete en un mundo de juguete. recuerdos prefabricados y una vida que se repite hasta la saciedad. amplios bucles de tiempo y círculos concéntricos. pienso en el futuro que le estamos dejando a nuestros hijos. pienso en todas las preñadas, en todos los carritos de bebé, en todos los pañales sucios en las papeleras de los parques, en todas las batas recién lavadas secándose en los tendederos de la ciudad. pienso en la manifestación de madrid, en el máster que míriam comenzará el martes, en cómo se parece la cola en la caja del supermercado a la cola en la puerta del cine y otro millón de cosas que sólo me acaba importando a mí)

viernes, 16 de octubre de 2009

minutos culturales. hace unos días —dos o tres, tampoco importa demasiado— descargué proyecto nocilla, la película de agustín fernández mallo en la que viste un poquito más su entretenida literatura de aeropuerto. es una puta basura, de esa clase de artefactos que provocan rubor y vergüenza ajena. eso sí, compraré el último libro de la serie, lo leeré y me acabará dando la risa

fernández mallo estará en el fnac de plaça catalunya, en barcelona, el próximo martes, a las siete y media de la tarde. desde aquí animo a todo el mundo a ir y partirle la boca. por listo
(en la mesa de la esquina, el universitario argentino con dos moleskines llenas de letra apretada y regular, diminuta, meticulosa. frases cortas, combinando dos colores, azul y negro. un culo frío de café con leche. suena algo de rock'n'roll de los cincuenta —flash cadillac & the continental kids— y me invade el optimismo. es la banda sonora de american graffiti, neones, batidos y tupés. mònica está en el wc. pienso en el tipo de las moleskines. pienso en bruce chatwin. me dan ganas de vomitar todas las cosas que pienso)

al descargar el correo electrónico esta mañana, las palabras de llllaura, amargura y confesión en un río helado. no he podido responder nada. multitud de mecanismos de defensa activándose al unísono, los recuerdos agolpándose en las sienes, todo ahí, como una bomba que estalla y estalla y no se cansa de estallar, comiéndose mi vida. los monstruos no viven en nosotros, no: nosotros somos los monstruos

jueves, 15 de octubre de 2009

(todos los cachorros crecen, todos se acaban convirtiendo en el monstruo que vive debajo de tu cama, de la mía, dentro de tu corazón, en tu boca llena de mentiras)

esta tarde he estado con mònica. un millón de años sin vernos, sin tocarnos, y todavía sigue confiando en mí, como si no existiera la distancia. mònica y su cabello color ceniza. mònica y su abrigo rojo. mònica y sus uñas rojas. mònica y su bolso le coq sportif en perla y oro. mònica y sus vísceras enamoradas, da igual de quién, en qué dirección

una cerveza en la terraza del gaucho, un odioso bar de universitarios en cerdanyola. las pretensiones argentinas de los susodichos universitarios. las palabras de maradona en el último segundo de su vida. hace frío en la calle. hablamos. bueno, realmente es ella la que me cuenta. me gusta escucharla mientras dejo que pase la tarde. fuma, liando los cigarrillos con cuidado. apostaría a que el ritual es siempre el mismo, a que todos son idénticos. pienso en la chica de negro, la de las tetas grandes que estaba pagando en la barra cuando fui a pedir otra ronda más. su nuca rapada. sus labios finos. las monedas en su mano. el monólogo de mònica se queda en pausa mientras la cabeza se me llena de pájaros. es como caer de bruces en un bosque desnudo, nevado al atardecer, lejos, mucho, más aún

todo de color negro, del negro de los lobos, del negro de los monstruos y sus cachorros sonrientes

miércoles, 14 de octubre de 2009

no quería escribirte y mira, te estoy escribiendo. te he leído en el blog y he pensado que por qué escribes estas cosas, como si fueras un enfermo terminal o un preso perpetuo. no lo entiendo. me disgusta. no te entiendo. es enfermizo. me da rabia que seas/escribas así

el correo electrónico después continúa por otros caminos mucho más privados, pero su inicio es deliciosamente demoledor. pienso en esas palabras mientras sigo sin demasiado interés el segundo capítulo de flashforward en cuatro. pienso en pocoyó, en que quizás debiera comportarme como él y descubrir el mundo de una manera positiva. pienso en pato, pienso en elly, pienso en pajaroto y loula. pienso en stephen fry y en las cosas mierdosas que tiene que hacer para llegar a final de mes. no, así no, F. hoy tiene que ser el primer día de tu vida de color de rosa y tu cabeza tiene que oler a lo que huelen las nubes, tolón, tolón

martes, 13 de octubre de 2009

no tengo ni puta idea de francés, le digo al espejo. es más, no quiero tener ni puta idea de francés, repito. no tengo cara de enfado, no, sólo es cansancio, aburrimiento, pereza, desidia, lamparones y medallas en un uniforme gastado. en rigor, no tengo cara de nada. sólo soy otro viejo más al que sacan de paseo cuando todavía hace sol, alguien incapaz de orientarse en condiciones, siempre en plan de fuga, siempre harto, siempre dormido, siempre apagándose, siempre pensando más de la cuenta, siempre chocando contra todos los muros, siempre aceptándolo todo como un animal manso que alguien sacrificará un día de éstos en vete tú a saber qué mierda de fiesta, el horror, el horror

jueves, 8 de octubre de 2009

viernes, sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y etcétera. sólo soy feliz cuando consigo masturbarme, cuando todos los fantasmas me abandonan aunque sólo sea por un ratito que después quedará en nada. todos los días acaban siendo la misma sala de hospital

(aburrimiento, un espejo, una silla de ruedas, un tipo que se mira, se reconoce, se piensa y se recuerda, que se motiva con las pequeñas rutinas. la vida es una botella de suero, una sonda nasogástrica, un montón de pastillas de colores, la piel muerta y las ilusiones propias de un individuo de ochenta años que nunca ha trabajado con las manos)
(un sólo salto más y habrás llegado: mañana es viernes)

martes, 6 de octubre de 2009

(una caja de cerillas diminuta, enciéndelas todas, ten cuidado con los dedos. la habitación más pequeña de la casa, intentando escapar de la música que ha estado sonando todo el día. puedo con mi vida porque es una vida de juguete, una cómoda maqueta donde todas las piezas están en su sitio, al alcance de la mano. me pregunto cómo sería todo si, en lugar de disneylandia —groenlandia, perú, tibet, japón, isla de pascua, selvas de borneo, cráteres de marte, anillos de saturno—, fuera el mundo real)

lunes, 5 de octubre de 2009

un lunes que apenas se mueve, como un pez que salta de la pecera y boquea hasta morir en el suelo de la cocina. las horas lentas, el silencio, los trabajos cíclicos y pesados, piedras que empujar cuesta arriba una y otra vez. los primeros días de octubre son calurosos y sudo dentro de la cazadora abrochada. pálido y pesado, me masturbo al llegar a casa, bajo las persianas, preparo té, llamo por teléfono, comunica, llamo por teléfono, comunica, llamo por teléfono y vuelve a comunicar, fin de la partida

domingo, 4 de octubre de 2009

una vitrina. detrás del cristal, dos pequeños cuencos llenos de caramelos. camino desnudo por la casa a oscuras. hace frío. cojo un sugus sin mirar el color y lo mastico. sugus azul es sugus de piña. sugus de piña pegándose en los dientes. sugus es felicidad cuando tienes cuatro años y cuando tienes treinta y nueve

me vuelvo descuidado. dejo el ordenador en reposo con diez navegadores en pestañas. pornografía. escritura. un diario que nadie lee. mis poemas. mi basura. mis mamadas. mis putas. soy vulnerable: cualquiera podría ver cómo soy de sucio, con las venas llenas de vergüenza y el corazón encharcado. mi equilibrio pequeñoburgués podría empezar a tambalearse pero no me importa. en el fondo, es como si estuviera deseando que todo se termine de una puta vez

(míriam llega a medianoche. huele a humo. voy a ducharme, dice sonriendo. borro el historial y apago el ordenador. hemos cenado en una crepería, nos hemos quedado en rubí, hemos hablado de las vacaciones, al final han venido juanpe y eli y el patata y noemí y ramón y la hermana de noemí y manolo y isa y míchel y un largo etcétera. crêpes y cervezas para todos. míriam está contenta, enciende el portátil, busca unos videos en youtube, los comentamos. a mí no me parecen falsos, digo. hablamos de ovnis y de vida extraterrestre pero tengo la cabeza muy lejos, mucho)