(miro mis manos y los coágulos de sangre y mierda entre los dedos sólo son hojas de haya, una ciudad desconocida, una lengua áspera lamiendo los huesos de antonio anglés)

(árabes ociosos un segundo antes de estallar)

(en la ciudad santa, la primera madrugada es fuego contra el rostro)

(el hambre revienta en el pecho a sacudidas, tanz tanz yidelekh, contra el humo sordo que vela cualquier fotografía, el emplazamiento exacto de la fosa entre las vértebras)

(ahora muerde el corazón del perro, abre el vientre, roba la esperanza, la carne del cordero)