miércoles, 31 de julio de 2013

(ahora la mujer transparente viste de raso rosa, camina lentamente sobre sus zapatos joya, mira y se deja mirar porque viene de las estrellas y estamos en montecarlo hace sesenta años, un bolso de charol lleno de secretos, son las once de la noche, el sabor de la ginebra y el amor encharcándome las entrañas, apretándome los muslos)

martes, 30 de julio de 2013

(la chica me mira desde la variant, hoy hace de paquete del más alto del grupo, el que siempre lleva las gafas de sol como una diadema, farloperos y yonquis, todos amigos de esther, mi primera novia, la paciente cero de todos los contagios, hoy tiene el pelo recogido con un pañuelo de lunares a juego con la blusa azul, se pasan la tarde en el verás mañana, el bar de emilio el gordo, el que se folla a su perro, el que habla demasiado, el que trafica con todo, el que respira como si en lugar de nariz tuviera un oleoducto atravesando el desierto de su puta cara a toda velocidad, ahogándose, tosiendo, garganta y pulmones como sacos brillantes de moco y alquitrán)

(han pasado veinticinco años y ahora nos miramos, ella sonríe mientras escribe en el móvil, imagino su vientre veteado de cicatrices, pienso en sylvia plath, en maría ramos, en todas las mujeres que conozco dando a luz, la plaza está llena de niños, madres y padres que disfrutan de una existencia despreocupada y sudorosa, una bolsa de plástico llena de latas de bebidas energéticas, un cachorro como un corderito marrón, nervioso, saltarín, la vida entera pasándome factura)

domingo, 28 de julio de 2013

(leo páginas sueltas de michel houellebecq porque siempre es el mismo libro de instrucciones bajo el aire caliente, la misma voz interior sobre la misma escena, la misma pena por la misma distancia y las sábanas brillando al sol)

sábado, 27 de julio de 2013

(júlia conduce a toda velocidad en las curvas un coche rojo, viejo y grande, rozando los muros cuando derrapa, llegamos tarde, bájate, espérame en la fiesta, después suena el teléfono y júlia está en silencio y cuando habla es para insultarme, me grita, está fuera de sí, me siento triste, lloro, todo el mundo me mira, hay una maleta y está llena de cachorros que morirán si ella no viene, despierto con el sonido de una radial cortando la reja de la entrada, sábado a las ocho)
(la mujer da a luz y su coño rompe todos los huesos del niño, animalito que nace llorando, que tomo en mi pecho y se licúa sobre mí, dejando sólo la piel y la culpa por no haber podido evitarlo. la madre duerme en un colchón sobre el suelo y entonces suena el teléfono una y otra vez, mi hijo ha muerto, mi hijo ha muerto, ahora corro a través del bosque y los túneles, como si quisiera nacer otra vez, entonces despierto y el aire caliente)

jueves, 25 de julio de 2013

(el negro lutz cochrane como una piel negra y dorada, piel sin dientes y surcos llenos de polvo de estrellas mientras en la televisión el tren descarrila una y otra vez)
(los últimos acordes en la guitarra del negro lutz cochrane antes de despertar, sus manos inmensas, manos como arañas alienígenas, manos que imito con mis manos sucias de cuerpos que no conozco)

martes, 23 de julio de 2013

(avanzar, retroceder, esperar en el andén a que el destino no nos separe jamás, como en los cuentos de princesas silenciosas que lamen el cristal, desaparecen en el vaho)

lunes, 22 de julio de 2013

(juntamos las mesas con los jóvenes conservadores a pesar de no tener nada de qué hablar, sólo por desafiarnos, sólo por aguantar eso de por qué beber tanto. la voz de anabel barea delante de mí, respondiéndole con un discurso seguro, bien estructurado a pesar de la oscuridad, mirándome los pies y las palabras)

(al gigante josh charles lo encuentran ahora y sale en las noticias, ha pasado veinticinco años enterrado bajo la grava del patio del colegio, en el permafrost, las imágenes de su cuerpo en un bloque de hielo de estructura perfectamente rectangular)

(despierto y sé que mi madre ha muerto una vez más, pero esta vez estoy tranquilo, en paz con ella y con lo que esperaba de mí)

domingo, 21 de julio de 2013

(sólo soporto las celebraciones familiares si hay alcohol. como en silencio, todo el mundo habla, los cuchillos no están afilados y cortar la carne se convierte en una odisea. la cabeza se me borra un poco de los hombros y recuerdo cuando ayer escuché true faith después de cien años debajo del agua, bofetadas y equilibrios)
(la chica lleva una camiseta azul demasiado grande, un azul eléctrico con un transfer gigante que dice wipp express, pantalones negros, sandalias, uñas recortadas con cuidado, el pelo recogido en una discreta cola de caballo, un pequeño bolso negro en el hombro mientras sube la rampa hasta el supermercado, la vida en el pasillo de los detergentes, cambiar de canal vertiginosamente sólo nos devuelve una y otra vez al punto de partida)

sábado, 20 de julio de 2013

(estoy en la cárcel y no es muy diferente del estudio donde todavía trabajo, grandes pantallas azules en las que una barra se desliza lentamente, indicando un proceso que no hay que interrumpir, alguien llama por teléfono, traerán colchones nuevos y hay que pagarlos al contado, antes todo era mejor, una vez llevamos tres contenedores hasta una isla y un ingeniero nos pagó ciento once mil euros, estaban llenos de almohadas, había dedicado su vida a las patentes, dice el transportista, es otra calle sin salida, añade, despierto)

(el día clarea, cuarenta y tres, treinta y siete, veintisiete, cuarenta y uno, setenta años es toda una vida, setenta años en el infierno, sonriendo a mi pesar)

viernes, 19 de julio de 2013

(son los pasillos de un concurso de televisión pero aquí lo llaman hospital, pasillos infinitos y idénticos y puertas que no puedo abrir con voces encerradas detrás, tengo botellas de agua para beber y están aquí y allí)

(detrás de la terraza hay un bar donde los skinheads beben dobles pintas de esa stout. le pido media al camarero de las ray-ban clubmaster y despierto volviéndome loco de frío y ganas de mear)

jueves, 18 de julio de 2013

(hay un muro y unas escaleras que lo recorren y detrás una casa abandonada, armarios altos y llenos de comida, fruta seca, sopa en jarrones de cristal sellados con piel fina y cuerda y cera, quién vivía aquí, una mujer que enterramos después de la última gran guerra)

miércoles, 17 de julio de 2013

(la piel de pintura fría que se forma en el último bote y que rompo con un cuchillo antes de empezar a arañar puños en el culo de mi amor y niebla de hollín sobre el último lienzo en blanco)

martes, 16 de julio de 2013

(llorar mirando las fotos de los muertos, la estela de calor atroz, las horas sucumbiendo en la avalancha mientras la pantalla vibra con la voz de àngels, hablar por hablar, hablar salpicándome la cara de palabras que nadie necesita, instrucciones para un motor a punto de estallar)

lunes, 15 de julio de 2013

(deberías leer a bolaño, dice el fantasma de roberto bolaño mientras los retortijones me vacían las tripas por quinta vez en el día, silbando a través de la puerta cerrada, apagando la luz)

(deberías leer a bolaño porque pepa lee a bolaño en los aviones, porque tania lee a bolaño mientras llora, porque mi madre desnuda lee a bolaño después de vomitar las últimas pastillas del día. deberías leer a bolaño porque los paquistaníes aprenden el funcionamiento del mundo con los detective salvajes, deshuesan la carne en movimientos húmedos, poéticos, precisos y preciosos. sólo por esas gafas de mierda que tenías cuando tenías quince años deberías leer a bolaño, dice mi madre con la boca fría y temblorosa, boca de ortodoncias y sarro viejo lleno de animales. deberías leer a bolaño, deberías aprender a escribir bolaño sin juntar las letras, sin romper el papel, sin clavar el lápiz en el suelo, deberías dejarte el pelo de bolaño en la cabeza hasta que arda, deberías inventar las mismas palabras que bolaño, deberías pelearte con el oro y la electricidad recorriendo el cuerpo santo de roberto, amén)

domingo, 14 de julio de 2013

(no quiero dormirme porque sé que hay alguien más en la casa y tengo miedo, miedo de estar con las puertas abiertas, las ventanas sucias de insectos que se estrellan, miedo del teléfono y del ruido sordo del ventilador removiendo el mismo aire caliente una y otra vez, del sudor en las piernas y del mordisco de los perros y de cualquier viaje a las estrellas junto al bolaño de los cojones)
(sueño con un documento monstruoso de indesign donde hay que cambiar las páginas de sitio una y otra vez, páginas granates con letras blancas por páginas granates con letras amarillas, piscinas con insectos ahogados, el olor de la carne quemándose en el fuego, el sabor de la fruta y el postre en las hormigas. sueño o no sueño pero sí sé que hay abrazos y besos llenos de alcohol y sudor, punks tan viejos como el mundo, programas de fantasmas en xplora, miedo porque sé que no estoy solo)

viernes, 12 de julio de 2013

(habermas es inaguantable como profesor pero ahí estamos todos, escuchando sus palabras, sus silencios, su tos llena de mocos mientras se limpia las gafas antes de ir a la manifestación, cruzamos el puente empujando un carrito de supermercado lleno de cajas con bolas de cristal made in china, me despierto riendo pensando en idoia lópez riaño, es, no es, es la chica que está junto a la farola, fumando con las prostitutas colombianas, culos sobre tacones imposibles)

jueves, 11 de julio de 2013

(llego tarde a la fiesta de cumpleaños en una plaza escondida en el bon pastor, he estado bebiendo y no recuerdo apenas nada, sólo sé que tengo la bota derecha destrozada, sin apenas suela, rota en la punta, desteñida, poco a poco voy recordando, quizás frené utilizando ese pie mientras íbamos en moto, no sé, alguien ha violado a una deficiente mental, he tapado a la chica con una camisa de cuadros. mis amigos son yonquis que mean sentados mientras piensan en quitarse una vez más, estirándose la polla para poder exprimir las gotas, está tocando un grupo de glitter rumba, el gordito y los contentos que beben su grasa, hay una parada de metro cerca y cada vez hay más gente pero intento no separarme de javi linares porque es la única opción de volver, atravesando los plátanos frondosos y la avenida que conduce hasta el pantano)

(despierto, es jueves, a veces pienso que el calor dilata los días, los convierte en montañas insalvables, fruta demasiado madura que cae limpiamente en el cubo de la basura, el sabor dulce del té tibio para desayunar, qué quiere decir volver)

miércoles, 10 de julio de 2013

(me miro al espejo y soy una mala copia de kiko rivera, una copia gibosa y sin afeitar, con mulos arrastrándose en las arrugas y el sonido de los dientes rompiéndose del esfuerzo. paquirrín volcado en su faceta como dj mientras jota peleteiro se folla a jessica bueno, el máximo interés en el papel couché. hay una gota que cae y cae del grifo de la izquierda, el del agua fría, piscinas llenas dentro de un millón de años, si fuera charles bronson me enfrentaría al peligro de desmontar el artefacto y salvar a las princesas que se esconden allí)

(la lavadora no se cansa de centrifugar, dos camisetas rojas, dos camisetas azules, dos camisetas negras, tres pares de calcetines, una cazadora que nadie necesita, una nave espacial estrellándose en roswell, mis últimas diez horas en una mesa de autopsias, el fantasma de las vacaciones sonriendo junto al fantasma del despido, del dinero en un sobre de papel milimetrado, de los viejos enfermos pasando a través del aro en nuestro circo del sol)

martes, 9 de julio de 2013

(sueño que me corto las uñas y son recortes blandos llenos de hongos, polvorientos y difíciles en un montoncito que crece y crece a pesar de mi torpeza con el cortaúñas. sueño que me sangran los dedos y antes de eso, la boca llena de amor al respirar)

(y media rodaja de limón en la copa donde me sirvo el vichy, paco vendrá dentro de tres minutos, en la mesa de al lado está esa chica que no sé cómo se llama, camiseta negra de tirantes con corazones de lentejuelas doradas en las tetas, ya tiene dos hijas y un smartphone que toquetea mientras las niñas juegan con una pelota rosa)

(y la muerte de diógenes hace unos días, los vecinos llamaron al ciento doce cuando el calor disparó la podredumbre, desde esta mesa puedo ver la ventana de su habitación, ahí, justo encima de la panadería. pienso en miquel bauçà y en la última vez que nos vimos —ambos cruzábamos el puente— y en esa otra en que me invitó a cenar hace quinientos años, algún día me invitarás tú, dijo, no, no es así, el mundo desaparece cada día un poco más, se convierte en un laberinto del que es imposible escapar a pesar de los muchos vuelos en avioneta, de los viajes a puerto montt, de los vasos llenos de ojos de cristal)

(pero es algo que no sabes, restos de comida en el plato antes de elegir dormir para siempre)

lunes, 8 de julio de 2013

(howe gelb preside la mesa de las princesas, todas con vestidos floreados que disimulan las manchas de sudor, diminutas cazadoras tejanas de fantasía, la conversación encharca el silencio y el sueño, vuelvo a pensar en henry darger y en todas esas mujeres que esperan ahí a ser quemadas vivas, sonrientes, incapaces de saltar por la ventana, romperse los tobillos, salvar el corazón)

sábado, 6 de julio de 2013

(el hombre arrastra una turbina de avión, espera en un semáforo, padre claret es una avenida desierta a las cinco de la mañana. la colombiana de tetas gigantes baila en la meridiana, nadie quiere dormir, sólo vomitar para seguir bebiendo)

(la mujer joven bosteza al volante. podríamos matarnos ahora mismo, sólo tendríamos que entrar en el circuito, dice. suenan sirenas y uno imagina adolescentes borrachas avergonzándose del embarazo, shorts escasos antes de estallar en una constelación de polvo rojo, camino de algún sitio donde den comida las veinticuatro horas)

(si lames una piedra como ésa tienes infinitas bolas extras. a cambio, sólo serás un peluche lleno de explosivos que nunca viajará en primera clase)

(taxistas paquistaníes, líneas amarillas en el gps, mis pocos pasos se mezclan con los gritos de la vecina avisando a la policía, zorra de cien años y ganas de joder)

(fin, porque me miro al espejo y el fondo me toca)

viernes, 5 de julio de 2013

(por la puerta de la carnicería moderna de rafa sánchez —velas, cojines, cócteles de moda, música de tintineo— entran todas las mujeres que amé; a algunas las conozco, a otras no)

(hablo con mi madre y tengo miedo de su beso, de su pijama de ositos, de su bolsa de colostomía medio llena. la mujer de los tacones azules prepara un brunch, carpaccio de bebé elefante, dos años en el vientre de su madre para acabar en el plato de un imbécil. los crían cerca de londres, dice rafa, se adaptan por el clima, la carne es tierna y suave en las caderas, el recto es delicioso con verduritas, sólo hay que atreverse)

(trabajé de puta durante tres años, dice maría. no sé qué decir, la abrazo, beso sus mejillas, pienso en sus orgasmos. sé que también está júlia pero no consigo encontrarla: una nube de cuerpos incómodos me apretan cada vez más, despierto, es viernes, tengo diez minutos para raparme la cabeza)

jueves, 4 de julio de 2013

(mi primer día entre los biólogos de la calle floridablanca son de camisa blanca y corbata con un estampado oscuro como el ladrido de un perro, lazo que encierra el único secreto del universo, el que late como un esfínter o un corazón hambriento. y hay un espejo y mi imagen sudorosa y un número en mi brazo, tres seis nueve cero, tatuaje que indica quién soy, de dónde y hasta cuándo)

miércoles, 3 de julio de 2013

(cantan canciones en afrikáans con el cielo gris lleno de aviones, entonces vuelvo a despertar y las ventanas están abiertas y los ordenadores apagados y una voz en el piso de arriba me recuerda que no estoy solo, vuelvo a dormir, vuelvo a empañar el cristal con mi respiración)
(sueño que vuelvo a la universidad por siete años más después de siete años y la clase apesta a insecticida y hay una cama de sábanas azules y sucias, sábanas encharcadas de huesos y las cenizas del amor de mi vida; entonces despierto y pienso en àngels y en sus dientes hinchados y en cómo respira y suda detrás de mí, cómo se empeña en darme por el culo, caminando deprisa, pies como diminutas pezuñas pintadas de rosa)
(me veo a mí mismo como una sombra que camina sin hacer ruido a través del patio de gravilla, que abraza a sus amigos, que bebe demasiado mientras el bajo de los pantalones se ensucia con el betún de las botas, que se esfuerza en sonreír mientras tiffany mynx jadea sobre una colcha color arcoiris y las voces cuentan los segundos que faltan para la gran explosión)

martes, 2 de julio de 2013

(la tarde es agradable porque trabajamos con las persianas bajas, en silencio, con los ventiladores encendidos, pintando las letritas de colores y poniéndolas en su sitio, ahí, en la rejilla base, ajustadas con pie de rey, desconectando durante rato, pensando en esa vez en la playa o en cómo soy de feliz cuando duermo o en esa canción que me martillea la nuca desde hace días, algo así como días de sol perdidos entre un desierto y el barranco hasta que nos despedimos a las seis)

(en el correo electrónico hay un video de un chiquillo que chapotea contento en una bañera azul, tiene mis mismas orejas, quizás muera en el próximo vietnam)

lunes, 1 de julio de 2013

(dormir, despertar sin piel, pedir socorro, enseñar los dientes, feliz lunes)