viernes, 5 de julio de 2013

(por la puerta de la carnicería moderna de rafa sánchez —velas, cojines, cócteles de moda, música de tintineo— entran todas las mujeres que amé; a algunas las conozco, a otras no)

(hablo con mi madre y tengo miedo de su beso, de su pijama de ositos, de su bolsa de colostomía medio llena. la mujer de los tacones azules prepara un brunch, carpaccio de bebé elefante, dos años en el vientre de su madre para acabar en el plato de un imbécil. los crían cerca de londres, dice rafa, se adaptan por el clima, la carne es tierna y suave en las caderas, el recto es delicioso con verduritas, sólo hay que atreverse)

(trabajé de puta durante tres años, dice maría. no sé qué decir, la abrazo, beso sus mejillas, pienso en sus orgasmos. sé que también está júlia pero no consigo encontrarla: una nube de cuerpos incómodos me apretan cada vez más, despierto, es viernes, tengo diez minutos para raparme la cabeza)