martes, 30 de julio de 2013

(la chica me mira desde la variant, hoy hace de paquete del más alto del grupo, el que siempre lleva las gafas de sol como una diadema, farloperos y yonquis, todos amigos de esther, mi primera novia, la paciente cero de todos los contagios, hoy tiene el pelo recogido con un pañuelo de lunares a juego con la blusa azul, se pasan la tarde en el verás mañana, el bar de emilio el gordo, el que se folla a su perro, el que habla demasiado, el que trafica con todo, el que respira como si en lugar de nariz tuviera un oleoducto atravesando el desierto de su puta cara a toda velocidad, ahogándose, tosiendo, garganta y pulmones como sacos brillantes de moco y alquitrán)

(han pasado veinticinco años y ahora nos miramos, ella sonríe mientras escribe en el móvil, imagino su vientre veteado de cicatrices, pienso en sylvia plath, en maría ramos, en todas las mujeres que conozco dando a luz, la plaza está llena de niños, madres y padres que disfrutan de una existencia despreocupada y sudorosa, una bolsa de plástico llena de latas de bebidas energéticas, un cachorro como un corderito marrón, nervioso, saltarín, la vida entera pasándome factura)