martes, 2 de julio de 2013

(la tarde es agradable porque trabajamos con las persianas bajas, en silencio, con los ventiladores encendidos, pintando las letritas de colores y poniéndolas en su sitio, ahí, en la rejilla base, ajustadas con pie de rey, desconectando durante rato, pensando en esa vez en la playa o en cómo soy de feliz cuando duermo o en esa canción que me martillea la nuca desde hace días, algo así como días de sol perdidos entre un desierto y el barranco hasta que nos despedimos a las seis)

(en el correo electrónico hay un video de un chiquillo que chapotea contento en una bañera azul, tiene mis mismas orejas, quizás muera en el próximo vietnam)