martes, 20 de octubre de 2009

el ataúd de iván alferoff es metálico y pesa muy poco. dentro de él sólo hay una cabeza unida a un uniforme de gala vacío, perfectamente planchado. dos guantes blancos cruzados sobre el pecho, pero sólo está lleno el izquierdo. su familia sólo llorará una cabeza y una mano con la que no escribía

el marine alferoff nunca llegará a tocar el suelo. el tres de marzo de mil novecientos sesenta y seis, su cuerpo quedará destrozado por la metralla en algún lugar de vietnam del sur. después vendrá lo de la cabeza, la mano y todas las lágrimas del mundo. después se casará su prima y naceré yo