lo peor de todo es que en esos momentos no sé qué decir, me quedo callado, casi como si una mano invisible me hubiera desconectado. por los huequitos de la conversación que ya no es, noto como se cuelan polillas, con su temblor negro y terciopelo. cómo poco a poco me van llenando la cara, van entrando en la boca, ven llenándome el alma, van haciendo de mí alguien que no conozco, que no quiero ni para mí ni para otros
las polillas se comen las palabras de amor. y todo el mundo sabe el miedo que tengo a las polillas
siempre pasan en la última conversación. es entonces que no sirve de nada lo que he visto antes, porque ellas han llegado y son voraces
las lágrimas en la lluvia. las fotos de los besos
las sábanas. todo