jueves, 26 de julio de 2007

he salido esta tarde un ratito. cosas de trabajo, de ese trabajo que voy haciendo por mi cuenta para sacar más dinero a final de mes. la gente en la calle parece una gigantesca coreografía de animales sonrientes, de animales preocupados, de animales que fingen cosas importantes y se besan mirando escaparates, con bolsas de la compra. todo con un cielo azul de fondo, con aire caliente y coches que esquivar en calles sucias y estrechas, con rumba a todo volumen desde un ibiza rojo

hablamos de adhesivos, de materiales y precios. hace calor en el taller de jordi y no sirven de nada todos los ventiladores del mundo. guardo el papel con el total en el bolsillo del pantalón y quedamos en algo inconcreto la semana que viene

hablé con ana esta tarde. me sentí ridículo y con un dolor en el pecho como un campo de fútbol. pedir perdón por llamar, no volverá a suceder. tengo miedo, un miedo inconcreto a que ya nunca esté

saco a la gente de mi vida y después me arrepiento. o la saco y en el fondo no quiero. o no la saco y tampoco quiero o sí quiero o yo qué sé. nada ordenado dentro de la cabeza. todo por construir, por derrumbar

pensé que quizás hacerme una paja sería una manera de empezar a olvidar. llenar la cabeza de fantasías guarras para sacar del corazón a las personas que son realmente importantes. ni qué decir tiene que no he sido capaz. estoy muerto entre el cuello y las rodillas

el día menos pensado me meteré en la cama con alguien, con alguna de esas mujeres que voy encontrando en mi camino y que no dejan de ser personas que olvidaré más tarde o más temprano. personas que me olvidarán también, sin dramatismos de ningún tipo. ese día lo habré enterrado todo

ese día será una historia diferente

como llegar a casa y quitarme los zapatos y escuchar a bobbie gentry hasta que se haga de noche

de un invierno, por ejemplo