martes, 17 de julio de 2007

me entristece que me echen de menos, que me digan que me echan de menos. me he pasado la vida añorando y ahora esas palabras me pesan como losas en la espalda. la vida mirando a través de los ojos de alguien que no está, andando a pasitos cortos, explicándole en silencio todo lo que veo, lo que siento, ocultando mis tristezas, mis miserias, mis patéticas infidelidades, pintándolo todo de colores para sentir una sonrisa al otro lado del teléfono, en una carta con una flor pintada en el remite

al mismo tiempo, sé que esas mismas palabras me hacen seguir existiendo. si nadie me echara de menos, si yo mismo no añorase, me diluiría en el aire que jadea el único monstruo, la rutina