jueves, 22 de agosto de 2013

(rené clement y yo bebemos café en el bar génesis mientras la cara de michael stipe pintada de azul en la televisión, el cuerpo flaco atrapado en un haz de música inaudible desde aquí, la batería de bill berry, las mesas de madera llenas de quemaduras, los pómulos tensos y sonrosados de rené clement, los dientes de rené clement como de festón sucio, las manos grandes y frías de rené clement, de uñas recortadas con cuidado, la voz y la vida en guerra contra el mundo y uno mismo, sin más testigos que yo, que me quedé a escuchar el miedo de rené clement)

(alejándose en el tiempo a una velocidad indeterminada, el cuerpo desnudo de rené clement con una bolsa de plástico en la cabeza en el sótano de la antigua casa de su padre. alejándose también, en una foto llena de ternura que ilumina su perfil de facebook, la hermana de rené clement besando a su pareja en la mejilla, avanzar es retroceder a estas alturas sin vértigo)