lunes, 26 de abril de 2010

la vida de los demás es un campo de minas por el que paso de puntillas, con cuidado por conversaciones opacas y gestos amables que me invitan al grupo, incapaz como soy de negarme y sabiendo que, en el último momento, buscaré una excusa que me aparte del bienestar de pertenecer. sonrisas como campos de minas o infecciones: la muerte en directo o en la confortabilidad del hogar

yo como un campo de minas por el que tú y todos pasáis de puntillas, con el mismo temor que a mí me pisa el corazón, un temor espejo que insiste en reflejar con nitidez los momentos más incómodos, mis vacíos, mis pausas, ausencias, distancias, mis miedos a todo y por todo