jueves, 27 de octubre de 2011

(lluvia intensa a las tres de la tarde, ropa empapada, cielo de plomo, la pantalla del ordenador es una piscina olímpica en la que flotan colores, hace tres semanas que no tengo teléfono móvil, la dependienta de la frutería nueva no tiene dientes, sueño con trabajo todas las putas noches, vidas de cuarenta y ocho céntimos y mañana mogwai)