sábado, 30 de mayo de 2009

míriam riega las plantas. le duelen los pies y camina descalza por el patio. acabamos de volver de comprar. los tomates pera son baratos y jugosos. haré ensalada para cenar

(tiempo de espera en el fnac. tengo cuarenta y cinco minutos hasta que llegue míriam. después iremos a comer y a la primera sesión de good en el floridablanca. hojeo la broma infinita, de david foster wallace. pienso en por qué se ahorca un tipo tan brillante. un muro de mil doscientas páginas contra el que me estrello. me fascinan los dibujos de jon j muth en m, su recreación de la película de fritz lang. hojeo más libros, más novelas gráficas. coraline, enfermo, el nuevo de chris ware, hago el cálculo mental de cuánto podría gastar, más de doscientos euros que tampoco me salvarían la vida)

(a las dos y cuarto puntualmente. una cerveza en la principal. en la mesa de al lado, una niña juega con una cámara de fotos, sus padres posan, se besan, se miran, ella no se decide, se ríen, me hacen reír, me siento feliz de estar allí, tranquilo, sin esperar nada)