domingo, 17 de mayo de 2009

(una vieja me masturba. ambos estamos sentados en sillas de madera y ella, frente a mí. me corro en su mano, me la ofrece y la lamo: tengo la lengua áspera de los gatos. detrás de ella, un niño escribe palabras que no entiendo en una pizarra)

(un viaje en tren. hay un hombre con una cicatriz que le cruza la cara. tengo miedo de él. sé que ese hombre tiene el secreto de la isla y que puede convertirse en un gigante siempre que quiera. todos en el vagón estamos en silencio cuando él pasa)

(una plaza y al fondo un centro comercial. un millón de perros enterrados hasta el cuello en el suelo. algunos lloran, otros están quietos, otros jadean, algunos parecen dormidos, son todos iguales. cruzo en dirección al centro. allí, en una papelería, me esperan daniel y su optimismo)

despierto. no me muevo durante un rato grande. me siento bien, tranquilo, con la habitación llena de tarde de domingo en penumbra