lunes, 25 de mayo de 2009

el lunes es una vuelta al estadio, cuatrocientos metros en solitario, con los ojos cerrados y el corazón saliéndose del pecho. un buen día, el día gris

ya toca estar con el ventilador encendido. desde temprano, el sonido del motor tapa un poco la música que suena de fondo. gianmaria testa es ferroviario y canta. erri de luca es albañil y escribe. es bonito que haya gente tan honesta. me pregunto por esa honestidad en mí, en si sabría encontrarla

pero testa no me gusta mucho. me recuerda a paolo conte y siento rechazo, así que me concentro en correr esos cuatrocientos metros y escuchar el zumbido del ventilador. el aire caliente se puede cortar con un cuchillo y tú puedes aplastar mi honestidad entre los dedos

nueve horas en el estudio. nueve horas como nueve puñetazos en el pecho. cruzo la meta en solitario y escupo en el suelo. otro día más aquí. estoy contento, absorbido por el trabajo. la vuelta al estadio se eterniza al principio y después casi se desvanece, así pasa el tiempo ante la pantalla del ordenador. paolo conte me recuerda a josef fritzl. los imagino desnudos a ambos y me veo a mí mismo sentado en la cama, desnudo también, limpiándome las gafas

un montón de papeles con datos señalados en rojo. una regla de metal. un lápiz con el que escribo y dibujo. cero medallas, cero antorchas olímpicas. cien millones de lunes todos iguales, así