domingo, 22 de septiembre de 2013

(la princesa rusa camina entre los cuerpos que se amontonan en la trinchera, envuelta en gas y hiedra, con el tiempo dilatándose como el esfínter de sabrina la gourmande, parpadeando entre explosiones, ahogándose al respirar. amo a la princesa rusa)

(la mujer de la mesa contigua se duerme después de cenar, tamborileo she's lost control sobre el mantel, despierta, se vuelve a dormir, vuelvo a hacer ruido porque quiero salvarla de las miradas de compasión del resto de cerdos de la piara, su marido está lejos, perdido en sus silencios de viejo hijodeputa, ambos son demasiado mayores para tener dos mellizos de ocho años, niños que preguntan por qué no adelgazas, niños a los que se les cae la comida al suelo porque nunca pasaron hambre)