domingo, 22 de septiembre de 2013

(madejas de hilo tatuadas en los brazos para recordar su cáncer de testículos. el hombre está sentado frente a mí, sólo quiere que alguien le escuche y me violenta que nadie aquí sea capaz de entender lo que está diciendo, sólo yo, que quiero quedarme solo para follar con las dos negras de tetas grandes que ahora cambian las sábanas de la cama en la habitación del fondo)

(la entrada al bloque, el portal está lleno de crías chinas que quieren ser putas y insisten en tomarme de la mano. intento explicarles que deben volver con sus familias, estudiar, jugar con otros niños, pero no entienden mis palabras y sólo repiten mecánicamente puta, yo feliz)

(hay un coche aparcado sobre la acera. una ventanilla se baja y un chino con inquietantes gafas de sol azul metalizado. sé que no debo mirar en el maletero por muchas señas que me haga. las negras cruzan la calle: ahora no son negras ni tienen las tetas enormes, sólo son dos mexicanas flacas que arrastran grandes bolsas de viaje con los cuerpos de trabajo dentro. despierto y pienso en la invasión de los ultracuerpos y en donald sutherland y en todas esas crías amarillas que sudan en el parque con los pies blancos de tierra)