miércoles, 15 de abril de 2009

el perro de mierda no camina apenas, moviéndose pesadamente con los ojos cerrados. perro a punto de morir mientras su dueña insiste en que le siga. dueña con pantalones vaqueros, cincuenta años y culo juvenil. podría partir al perro por la mitad de una patada. podría agacharme a su lado y acariciarle las orejas. perro de pelo largo, con algo de pequinés y cien años de asma encima de sus patas. podría dejar de pensar tonterías y caminar más deprisa

tiro la bolsa de la frutería en la papelera y guardo las manzanas en el bolso verde. la chica del vehículo comercial cruza la plaza como buscando a alguien mientras habla por teléfono. las chicas que fuman le devuelven el saludo. un microcosmos en el que ella brilla y quema como un sol