martes, 14 de abril de 2009

sí, supongo que no escribo fácil, o que no me explico con suficiente claridad. pese a ello, sé que ni miento ni exagero. las cosas son así de grises o así del mismo color. tanto da

acabo de volver de casa de míriam. es una suerte que ella sea incapaz de leerme por dentro. hemos cenado, hemos escuchado música y hemos visto el barça-bayern. creo que había demasiada luz en el comedor

antes de eso, al bajar del autobús, he comprado manzanas en la frutería que hay cerca de su casa. tres maravillosas manzanas golden por sesenta céntimos. después me he sentado en un banco y he llamado a lourdes por teléfono. por suerte se encontraba algo mejor. al colgar eran las ocho y cinco y el suelo estaba lleno de unas bayas blancas que, si las pisabas, resbalaban. en la esquina, dos chicas fumaban, una señora paseaba un perro de mierda y otra chica aparcaba un vehículo comercial. esta última era preciosa, como tantas otras antes