miércoles, 10 de diciembre de 2008

animales que comen hasta reventar. animales que se espían los unos a los otros, que se observan y relamen, que se estudian mientras babean. rasco un poco de helado de vainilla y dejo que se derrita en la boca

(en la entrada del hua long hay dos guerreros de xi'an de tamaño natural. el resto de decoración es occidental y moderna, a base de madera color caoba y formas lisas y rectas. por ocho euros tienes un excelente buffet libre. comemos en silencio, mirándonos a los ojos)

la chica rusa se entretiene delante de la bandeja de cerdo agridulce. quizás está cogiendo los mejores trozos. se desnuda. no la toco. miro sus ojos azules y sus pómulos grandes, su sonrisa franca y brillante. me gustan sus caderas. la miro como miraría un cuadro de francis bacon, con la boca ardiendo. le diría: no sé por dónde empezar a mentirte