viernes, 9 de mayo de 2008

(mientras estoy con ana, me llega un sms suyo, lleno de palabras cariñosas y casi infantiles, tiernas. ella ha estado jugando con el teléfono un minuto antes. obviamente, yo no soy el destinatario y sonreímos ante la equivocación. es algo que me hace sentirme detrás de un muro, uno que empieza justo allí donde acaba mi piel)