lunes, 7 de abril de 2008

he engordado hasta límites vomitivos. me muevo pesadamente por el piso en penumbra porque me aterra la luz. he conseguido que nadie me busque ni me eche de menos. grapo cartones en las paredes, cartones recortados de las cajas de medicinas que tomo para seguir en el mundo. nombres, millones de nombres de fármacos. tengo una cinta con la voz de mi madre que repite la palabra mentiroso como una letanía. es un sueño profundo del que me despierta la luz que entra por la ventana. ya es de día

esta mañana me quedé dormido. olvidé poner el despertador ayer por la noche, mientras miraba cualquier mierda en la televisión. sin apenas tiempo, me he tomado las pastillas sin respetar las normas de uso (media hora antes de, veinte minutos antes de). en el trabajo he seguido dibujando planos. siento que no puedo esperar nada más y lo que es peor, que no merezco nada más. lunes, con el corazón a mordiscos