domingo, 30 de marzo de 2008

t!, que fabrica trina (o schweppes), en su versión té negro con limón tiene el sabor dulce de los polos de hielo con sabor a cola de cuando éramos pequeños. a sorbitos, me gusta dejar que se caliente en la boca, cerrando los ojos, tragándolo despacio. apenas hay nadie en la calle y paco está contento porque no llueve. he comprado la vanguardia en la gasolinera de la calle balmes y el suplemento tiene una portada llena de colores bonitos que habla de todas las primaveras posibles. o algo así

el sol brilla en la ventana. nunca sucede nada. no sirve de nada creer que la inercia te lleva a un sitio mejor que éste. domingo de veintitrés horas. basta con una venda en los ojos y seguir caminando, da igual a dónde

(en la parada de autobús, chicas de colores diferentes, calladas, con la mirada distante. chicos magrebíes sentados en los bancos de madera que hay detrás. la chica pelirroja sube la última y yo cruzo entre los coches detenidos, semáforo en rojo, domingo en el extrarradio de la gran ciudad)