sábado, 29 de marzo de 2008

en buenos aires, la protesta por la reforma agraria inunda la capital de manifestaciones. en el aire de la noche todavía restalla la cacerolada de hace unos días. ana se mueve sola en la ciudad infinita. autobuses que cruzan la telaraña de calles. las ganas de volver al ruido de barcelona y de prestarme ese libro del que me habla, sin título ni autor

ana terminó de cenar. era pollo con salsa de manzana y pasas. estaba bajo de sal y no pudo evitar quejarse un poquito. se acaba la magia del principio, y es algo que uno nota en una comida desabrida. aquí —más o menos, a once mil kilómetros de distancia— amanecía un día gris. mientras, ella me escribía un correo electrónico en cuyo asunto puso finales de marzo

el agua tibia de la ducha a la siete de la mañana. sábado, buenos días, algo dulce para desayunar