viernes, 11 de enero de 2008

hoy borré un montón de rastros de personas que han pasado por mi vida. con otros rastros hice una maleta que dejé junto a otras maletas de años anteriores. siempre son buenos propósitos, casi como aprender alemán o volver a tocar el piano. pero todo eso fue antes de la ducha, porque lo de la patada y los cojones y el agua caliente y el dolor desértico fue una consecuencia, digamos que natural, de mi propia incapacidad para asumir estados de felicidad

la chica de la panadería me mira desde muy detrás de sus ojos negros. pero todo eso sucederá dentro de diez minutos y sesenta céntimos de euro