miércoles, 19 de diciembre de 2007

he soñado con john stockton y con imre kertész. con que follaba con loida. con que era primavera y había árboles desnudos todavía. john stockton tira a canasta como se tiraba hace setenta años y me dice que ahora imparte cursos a personas en crisis. imre kertész me dice que él es el verdadero john stockton y me sonríe. loida me besa con cuidado y se queja por el dolor cada vez que me clavo un poquito más entre sus nalgas. follamos delante de ellos, sin saber dónde estamos. me corro dentro de ella y muero un poco más. tú eres un copo de nieve de color rojo. se lo escribo en un billete de tren, por la parte de atrás

el viernes cenaremos con rafa. cenaremos todos. con rafa. donde siempre. el viernes. casi vacaciones de navidad, bolas y espumillón. viernes dentro de mil años, de dos mil, de tan lejos que está. más copos de nieve y luz de velas mientras hablamos de y de

me he despertado muerto de frío y con urgencia de wc. eran las seis y media y se oía a betty respirar fuerte en el comedor

mañana iré al médico. me aterra. me acompañará isa. me lo ha recomendado ella y, por enchufe, me ha dado hora para mañana por la tarde. tendré que salir un ratito antes del trabajo. todo saldrá bien, lo sé seguro

una imagen: me he adelgazado mucho y llevo ropa holgada para disimular la bolsa. tengo una cicatriz redonda como una fresa caliente y una bolsa adhesiva de plástico que compro en la farmacia en paquetes de diez unidades. también tengo otra cicatriz, como de cesárea, pero esa está cerrada, muerta desde hace tiempo. me quedo mirando la pared de mi cuarto y, por un momento, tengo la sensación de que esa imagen es real. no me preocupa, siempre y cuando no me mire la cicatriz, ni que nadie me la vea. de repente, me mareo y me siento en el borde de la cama, con la mente en blanco, solo en medio del desierto

juank dice que tengo los ojos de mi padre. una vez lo vi desnudo, de espaldas. era increíblemente flaco y pálido y tosía mientras caminaba por el pasillo