sábado, 15 de diciembre de 2007

aguanieve en la calle. ocho grados que parecen menos treinta por el viento. me duele todo. esta mañana he estado con dana en barcelona. he bebido sidra, fría y levemente ácida. la resaca no me dejaba pensar. ayer bebí mucho, como si fuera antes. salimos con juank y marina y daniel y josep maria por badalona. un bar con reguetón y chusma de extrarradio y olor de frito. una cena en la sargantana con humus y quesos y embutidos. una cerveza en el bar ése donde hay música en directo. la última en el local y hoy estoy muerto

me cago en mi puta madre. el chico que se sienta a mi lado en el tren de vuelta a casa empieza una conversación. no ve que me estoy muriendo? lleva dos maletas y me pregunta por una estación, sabadell nord. mis respuestas son un hilo de voz. fantaseo con llegar a cerdanyola y coger un taxi que me lleve a casa, pero en la parada no hay ninguno. camino lo más deprisa que puedo. el dolor se hace fuerte al subir la calle padró. tengo que apoyarme en el muro pequeñito del sandacos. jadeo y escupo la saliva que me llena la boca. son las cuatro de la tarde y apenas hay gente en la calle. me rompo al llegar a casa

me cuesta moverme ahora. un dolor que atraviesa los muslos, las rodillas, los codos y la espalda. tengo un poco de miedo. me gustaría salir esta noche porque hay un concierto en el local, pero apenas puedo con nada. me gustaría un abrazo y dormirme. suena el teléfono. jaume vila por si salíamos un rato. mejor no, jaume. no me encuentro demasiado bien, así que hablamos un rato de su moto, de grande-marlaska, de nodatta, de las cenas de navidad, de su trabajo y el mío y del concierto de esta noche. si vamos, te pego un toque. claro, sí, siempre