lunes, 5 de noviembre de 2007

viernes. vuelvo a sangrar. intento concentrarme y ver una luz tranquila que va curando las heridas por dentro. despierto varias veces durante la noche. respirar tranquilo y relajarme, es así como debo hacer las cosas. pero me cuesta. en lugar de un haz de luz que me recorre el colon, sólo puedo sentir algo rígido y frío en el vientre. madera vieja y húmeda y nada de luz. pronto se hará de día y hoy podríamos ir a comprar esa estufa, quieres?

(las cajas donde están las estufas están desordenadas. ningún precio corresponde y la dependienta se desespera. elegimos un radiador de aceite de once cuerpos y dos mil quinientos vatios de potencia. a la dependienta que se desespera, la faja se le sale por detrás. la chica de la caja, la más tranquila, tiene un culo redondo y las uñas de color rojo. ahora un mozo intenta arreglar el despropósito de las estufas: cada caja con su estufa, cada precio con su caja. mira sin interés y hace su trabajo lentamente. en un rinconcito pequeño detrás de la pantalla, justo al lado de los cables, una mosca ha muerto atrapada en una teleraña con las alitas muy abiertas. hoy cocinaré como un gran chef)