sábado, 27 de octubre de 2007

he dormido prácticamente toda la tarde. había quedado con ana esta noche, como el sábado anterior, pero hablé con ella y mejor mañana para comer juntos. hoy no me encuentro especialmente bien. todo el mundo sabe que los domingos me apestan, pero mañana será diferente, prometido. me gusta que ría al otro lado del teléfono y tener los mismos chistes y el hablar despacito de los dos, un hilo invisible y fuerte de cuatro continentes y diez años